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Indignación e impotencia en dos pequeños pueblos de la Sierra Norte de Guadalajara que llevan casi 10 días sin internet

Los escasos vecinos de Galve de Sorbe y Cantalojas están enfurecidos y se sienten atrapados porque a menudo se quedan sin internet, sin telefonía móvil y, en muchas ocasiones, sin electricidad

En busca de cobertura móvil

Europa Press

Guadalajara

Los vecinos de Galve de Sorbe y Cantalojas, en la Sierra Norte de Guadalajara, están «tremendamente indignados» al constatar que son parte de lo que se denomina la España vaciada en todos los sentidos, ya que pronto llevarán diez días sin el servicio de Internet en sendos pueblos mientras la empresa que se hace cargo del mismo hace caso omiso a sus reiteradas llamadas.

Se trata de un problema que en pleno siglo XXI no debería darse y que está afectando en el día a día de todos sus vecinos; a los niños, ya que muchos de los trabajos que les piden en clase tienen que realizarlos haciendo uso de tabletas u ordenadores; a la Administración local, cuyo secretario no puede atender debidamente los requerimientos que le piden ni avanzar en el trabajo; a las casas rurales, que ven como los turistas, al no contar con Internet, anulan las reservas, así como a las tiendas y residencias.

Los escasos vecinos de estas pequeñas localidades situadas en la España más despoblada están enfurecidos y se sienten atrapados porque cada dos por tres se quedan sin internet, sin telefonía móvil y, en muchas ocasiones, sin electricidad, por subidas y bajadas de tensión que dan lugar a que se les estropeen los aparatos eléctricos, han señalado fuentes municipales a Europa Press.

«Esto si que es la España vaciada, pero vaciada de servicios, no de personas», ha explicado Pilar Moreno Esteban, teniente de alcalde de Cantalojas y propietaria de los apartamentos Tejera Negra y de la tienda de Cantalojas, municipio donde en invierno viven unos 90 vecinos, pero donde el turismo de fin de semana es una constante.

«Nos sentimos abandonados e impotentes. Nos dan lo último. Nos dan las últimas antenas y los peores equipos y por eso fallan los servicios», declara Moreno, convencida de que cuando un aparataje se queda obsoleto en un sitio, en un lugar de desecharlo, lo llevan a pueblos como el suyo, a los que se les presta una menor atención.

Desde el lunes 17 de marzo se encuentran sin cobertura de Internet, «sin haber tenido hasta el momento una explicación lógica sobre las razones por las cuáles no se ha podido afrontar todavía la avería», remarca la teniente de alcalde. «No entendemos como una avería que consideramos grave se tarda en solucionar más de una semana, que es lo que llevamos ya sin que se haya reparado».

«Que están para arreglarlo» o que «no pueden decir mucho más» son, según ha avanzado, la única respuesta que han recibido desde 7 Play, compañía suministradora, y lo más desagradable para Moreno es que haya gente del pueblo que se piense que el ayuntamiento no está haciendo lo suficiente para arreglar el tema cuando «no somos los culpables de que no tengamos red». «No tenemos competencias para cambiar una antena o actuar en esos equipos», se queja.

«Llevamos dos años con la fibra. Nos la vendieron muy bien. Nos dijeron que íbamos a tener más velocidad y megas, pero desde un principio nos han ido engañando», subraya la teniente de alcalde, para quien no se trata de un problema puntual sino que les pasa cada vez que llega una tormenta o que hay algo de aire.

«Todo está paralizado»

En su caso, hay gente que alquila los apartamentos pero como necesitan Internet y no se les puede garantizar el servicio, no se quedan. El propio secretario de la zona, Juan, se está quedando estos días en otros pueblos que lleva porque allí no le funciona nada. No puede ni siquiera abrir los documentos en el ordenador ni puede escanear ni imprimir porque todo está vinculado a Internet. «Todo está paralizado», precisa.

E igual le está pasando a la administrativa y a los propios escolares, que tienen que estar tirando ahora de datos de los móviles para realizar los trabajos que les mandan en clase.

Durante muchos años, estas dos pequeñas localidades han recibido el servicio de internet a través de Telecom Castilla-La Mancha. Pensaron que la llegada de la fibra sería la solución pero desde hace un par de años se hizo cargo del suministro la compañía 7 Play y parece ser que cada dos por tres tienen problemas.

Desde el Ayuntamiento de Cantalojas se han puesto en contacto con la compañía y aseguran que «no les hacen caso». «Es como si no existiéramos», afirman indignados. Si bien es cierto que esta época del año no hay demasiada gente en los pueblos, dada la situación, tampoco pueden ser un atractivo para realizar el teletrabajo.

Este lunes tienen una reunión telemática y no saben si la podrán realizar. De momento, la que tenían hace varios días tuvieron que sustituirla por el teléfono. Todos, incluso los más mayores, entienden que Internet hoy en día es una herramienta imprescindible, de ahí que se encuentren desesperados, angustiados, de mal humor y con una tremenda impotencia por no poder hacer nada al respecto.

Llaman a diario a 7 Play, pero nadie les concreta nada. Una postura que no entienden de una empresa de estas características, a la que piden que no les engañen y que les informen de la situación, porque, además, en estos pueblos suelen pagar por este servicio más que en las ciudades dado que, como dice Moreno, no se pueden acoger a ninguna oferta de las que sacan las compañías.

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