El ataque personal de Vox a Irene Montero eclipsa el debate de Presupuestos y la supresión de la sedición
El Congreso se solidariza con la ministra de Igualdad en un momento político complicado para ella por las consecuencias de la 'ley del solo sí es sí'
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Editorial | Los excesos del populismo

El ataque personal de la diputada de Vox Carla Toscano a Irene Montero ha eclipsado este jueves por la mañana el debate de Presupuestos y la derogación del delito de sedición, que se discutirá esta tarde. En un momento delicado para el Gobierno de coalición, donde la oposición había centrado el tiro en su penúltima cesión a ERC para tramitar de urgencia una reforma del Código Penal «a la carta», los mensajes escuchados en el Congreso han sido de solidaridad con la ministra de Igualdad, quien además atravesaba un momento político complicado por las consecuencias de la aplicación de la 'ley del solo sí es sí'.
El debate presupuestario transcurría con sosiego desde el lunes, pero todo cambió este miércoles por la tarde, cuando se debatía la sección de los Presupuestos correspondiente al Ministerio de Igualdad. Toscano acusó a la ministra Montero de ser consciente de que su ley iba a comportar una rebaja de penas a los agresores sexuales antes incluso de su aprobación, pero el tono de la sesión cambió por completo cuando pasó del reproche político al personal: «El único mérito que tiene usted es haber estudiado en profundidad a Pablo Iglesias».
El socialista Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, quien ejercía en ese momento de presidente del Congreso, pidió que se retirase la frase del diario de sesiones por atentar contra el decoro parlamentario, pero Montero reclamó la palabra desde su escaño. La ministra, atacada por su relación personal con el exvicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias, denunció la «violencia política» de la diputada de Vox y advirtió de que las feministas pararán los pies «a esta banda de fascistas». Desde ahí, bronca monumental: prácticamente la totalidad del hemiciclo acusa a Vox de rebasar los límites, mientras la formación de Santiago Abascal censura que la Mesa de la Cámara Baja permita que Montero «incite a la violencia» contra ellos llamándolos «fascistas».
Este miércoles, la intervención de Montero, con la voz entrecortada, ya le sirvió para granjearse la ovación de la izquierda al completo y los partidos nacionalistas, que se pusieron en pie para respaldar a la ministra frente a Vox. Incluso Sara Giménez, de Ciudadanos (Cs), aplaudió desde su escaño. Pero es que este jueves, lejos de hablarse de los Presupuestos, con las cesiones a ERC y Bildu, y de la reforma exprés para eliminar el delito de sedición del Código Penal, las conversaciones las monopolizaba el comentario de Toscano, defendido por Vox y criticado por el resto del arco parlamentario.
Incluso el PP, que pide la dimisión de Montero por las rebajas de penas a agresores sexuales con la 'ley del solo sí es sí', y Cs, que exige cambiar con urgencia la norma pese a haberla apoyado en su momento, han manifestado que el insulto sobra en el Parlamento y han reprochado la actitud de la diputada de Vox. En los pasillos del Congreso, en el pleno durante el debate y en las conversaciones informales entre políticos y periodistas, no se hablaba de otra cosa.
El diputado de Vox Víctor Sánchez del Real, desde la tribuna de oradores del Congreso, ha criticado durante el debate de PGE la censura a la supuesta «violencia política» de su compañera. «Carla Toscano no lloró porque tiene más hombría y valentía que toda la Mesa del Congreso y todos los diputados 'zurdos'», ha clamado, en una intervención que ha vuelto a levantar ampollas en el hemiciclo. «Fascistas», «fascistas», gritaba el propio Sánchez del Real, ridiculizando la etiqueta. Gómez de Celis, este jueves, ha intervenido para eliminar del diario de sesiones el término «fascistas» en referencia a Vox, así como las palabras «filoetarras» y «asesinos» en alusión a Bildu. Hasta después de «la bronquita de colegio de monjas» de este miércoles, ha dicho el diputado de Vox, la Mesa no ha tomado cartas en el asunto.
También Gabriel Rufián, de ERC, se ha referido al asunto desde el atril frente al hemiciclo. Según él, hay una «cacería» contra la ministra Montero por «ser mujer, de izquierdas y trabajadora». «Es violencia machista y de clase», ha aseverado el independentista, poco después de confirmar que su grupo también votará a favor de los Presupuestos. El republicano ha instado a la derecha «a no cabalgar a lomos de la ultraderecha» y a los medios a no hablar de un tono «bronco», en genérico, cuando hay «agresores y agredidos».
La propia Montero, en los pasillos del Congreso, ha señalado que este miércoles «se pasaron algunos límites», pero ha aprovechado para incluir también dentro de la «violencia política» las críticas que ha recibido en los últimos diez días por la aplicación de la 'ley del solo sí es sí'. Podemos, en un primer momento, culpó a los «jueces machistas» de la rebaja de penas a agresores sexuales, pero el Gobierno está ahora a la espera de que el Tribunal Supremo emita un criterio para decidir si modifica o no la norma. La ministra de Igualdad ha reclamado que «la indignación» por lo vivido este miércoles sirva para que «la derecha y la extrema derecha» no sigan «con esa campaña de bulos, mentiras, difamación y violencia política».
A lo largo de la mañana, políticos de distintos partidos han censurado las palabras de la diputada de Vox. Entre ellos, la vicepresidenta Yolanda Díaz, Patxi López (PSOE), Cuca Gamarra (PP) —quien ha recordado que Iglesias también descalificó a Ana Botella por «ser mujer de»—, Jaume Asens (En Comú Podem), Edmundo Bal (Cs), Mertxe Aizpurua (Bildu), Íñigo Errejón (Más País) y Joan Baldoví (Compromís).
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