Misterios de Málaga
El terrorífico hombre sin rostro que se aparece en la casa donde habitó Cervantes en Vélez-Málaga
Testimonios relatan fenómenos paranormales en el inmueble donde habitó el escritor después de que un hombre muriera en el pozo del patio
Aseguran que se oyen pasos, muebles que se mueven, puertas que se abren solas y, lo más aterrador, la silueta de un hombre con un rostro amorfo

El casco histórico de Vélez-Málaga , capital de la comarca de la Axarquía, alberga un edificio singular conocido en la ciudad como la Casa Cervantes . La construcción, una vivienda solariega del siglo XVI, parece ser que hospedó durante algunas semanas ... de 1594 al que es considerado como el más importante escritor español de todos los tiempos, Miguel de Cervantes Saavedra.
Pero ese apunte histórico rivaliza enormemente en fama con los supuestos sucesos de índole paranormal que parecen suceder en el inmueble, propiedad ahora de la Administración. No en vano es allí donde muchos atestiguan haber vivido algunas de las experiencias más terroríficas de toda su vida al ser testigos de cómo un ente sin rostro se pasea sin rumbo entre los muros del inmueble . ¿El resultado? Una casa encantada donde la historia y el misterio se dan la mano.
La vida de Miguel de Cervantes Saavedra como escritor es bien conocida; como soldado, espía o aventurero no lo es tanto, pues si bien es cierto que su figura ha sido muy estudiada no dejó de ser nunca una persona con pasajes oscuros que lo llevaron, en no pocas ocasiones, a meterse en serios problemas tanto con sus contemporáneos como con la Justicia.
Uno de aquellos problemas fue el que acabó encerrándolo en la Cárcel Real de Sevilla en 1597 , donde escribiría su más famosa obra, El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha . Lo que no muchos sabrán es que aquel problema surgió en la ciudad de Vélez-Málaga cinco años antes , cuando era recaudador del Estado para la Gran Armada del rey Felipe II.
Hay que adentrarse en el barrio de San Francisco para localizar la vivienda, que en su tiempo fue un lugar de hospedaje de viajeros en tránsito y a la que se llega a través de calles estrechas que aún mantienen el encanto andaluz de tiempos pasados para encontrarla. Allí, en un cruce frente a una fuente, se encuentra la Casa Cervantes.
Como si el tiempo apenas hubiese pasado, la construcción presenta en el exterior una hermosa fachada con grandes balcones , cerramientos de forja y una portada adintelada en sillares con elementos de tradición gótica. De hecho, podría pasar perfectamente por uno de los escenarios donde se desarrolla la vida de algunos de los personajes de sus novelas.

Tras la puerta principal lo primero que nos recibe es un zaguán, una especie de vestíbulo o recibidor antiguo que nos comunica la entrada con un bello patio cuadrado, con una galería de triple arco de medio punto y columnas de ladrillo que sirven para distribuir tanto las habitaciones laterales como las subidas a la planta superior. Y en medio del patio, una fuente junto a un pozo que le da frescura al conjunto . Es precisamente en ese pozo donde comienza la aventura con lo insólito.
Obras que remueven el pasado
Que tengamos hoy día esa maravilla del siglo XVI en pie es no sólo por el pasado histórico que la acompaña, sino también por el empeño de la Administración de poner en valor un elemento arquitectónico genuinamente andaluz. Por eso, en 1985 se acometen unas obras que sirven tanto para preservar como para adecentar una estructura muy dañada por el tiempo y el abandono.
Entre los elementos que se aseguran está el patio que ya hemos mencionado y donde un pozo que abastecía de agua al inmueble fue, a mediados el siglo XIX, lugar de un incidente de los que dejan marcados a los edificios.

Cuentan que un hombre que allí se alojaba tuvo la mala desdicha (no se sabe si por imprudencia, por suicidio o por un crimen aún hoy impune) de caer de cabeza al mismo, de tal forma que por su angostura y la estrechez del habitáculo no pudo darse la vuelta y se ahogó bocabajo.
Cuando se dieron cuenta de su ausencia y lo localizaron habían pasado varios días, de tal forma que el cuerpo no sólo se había deformado , sino que su rostro (merced a un fuerte golpe y a la hinchazón generada por la descomposición) era un amasijo de carne irreconocible . Tal fue la impresión que se llevaron al rescatar el cadáver que tuvieron que taparle el rostro con una tela para evitar impresiones.
Es a raíz de la remodelación del inmueble en 1985, y de una relación no escrita dentro del mundo del misterio que traza un ascenso de fenomenología paranormal tras remover los lugares donde se produjo una tragedia , que las apariciones de un ente por la Casa Cervantes se convierten en vox populi.
Así, pronto surgen testimonios de quienes escuchan pasos que atraviesan estancias vacías , golpes fuertes en paredes donde nadie los provoca, puertas que se abren y se cierran ante los atónitos ojos de los testigos, ruidos de muebles que suenan como si se empujasen trasladándolos por las estancias pero que no se mueven de sus ubicaciones, luces que se encienden y se apagan solas , lamentos, suspiros, murmullos y algún que otro grito ocasional…
Pero lo que realmente provoca el pavor de quienes dicen haberlo visto es la silueta de un hombre delgado , alto y ágil que se materializa en la distancia de los fondos de habitaciones, que parece mirar fijamente a los aterrados espectadores y que, como seña de identidad horrible, tiene la de un rostro amorfo, indefinible y blanquecino , como si una tela cubriese su cara. Pocos dudan que es el fantasma de aquel hombre que murió en el pozo. Quizá aguarde que alguien se pregunte por la causa de su final.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete