La hija del fallecido incinerado por error en Cádiz: «Quería que le llevásemos flores y que no lo quemáramos»
Alba González cuenta a ABC como ha vivido la familia la confusión que ha impedido a una de sus hijas despedirse de su padre
Antonio González fue confundido con una señora tras morir, su cadáver se envió a Barbate y fue incinerado

Alba y Jennifer González no han podido enterrar a su padre, como era su voluntad. Antonio González falleció este pasado sábado y cúmulo de errores lo llevaron a ser incinerado en Barbate y no ser enterrado en el nicho con su madre en Rincón de ... la Victoria. «Siempre decía que si algún día le pasaba algo quería que le llevásemos flores, que no quemáramos», asegura a ABC su hija Alba, quien recuerda que era muy insistente. «Que me llevéis flores, a mí no me vayáis a quemar. A mí me enterráis», relata la doliente.
No fue así. Antonio está incinerado por un cúmulo de errores, después de morir cuando iba a ver a su sobrino a una carrera de motos. Este pasado fin de semana fue a El Puerto de Santa María, esperando a ver su sobrino correr en el circuito de Jerez de la Frontera. Antonio se quedó en casa de otra sobrina, el resto de la familia se repartió en hoteles.
La noche antes de la carrera su sobrina lo escuchó toser, se levantó y Antonio le dijo que estuviera tranquila que eran mocos. La sobrino lo vio muy mal e insistió en ir al médico, pero Antonio se negó y se marchó al baño. La mujer se fue a vestirse para llevarlo al hospital, pero al volver a por él al baño este le pidió una ambulancia porque estaba mal.
En el tiempo que tardó en llegar la ambulancia falleció. Los servicios médicos estuvieron 40 minutos tratando de reanimarlo sin éxito y al final certificaron su muerte, pero había que hacerle la autopsia. Por lo que el cadáver fue llevado al Instituto Médico Legal de Cádiz.
La familia se puso en contacto con la funeraria y le dijeron que hasta el lunes no le darían el cuerpo. Así que esperaron. «El domingo me llaman del juzgado y me dicen que a mi padre no ha ido a recogerlo nadie, que si tiene funeraria. Le digo que sí, llamo a la funeraria y me dicen que lo recogen el lunes«, recuerda la hija.
Sin embargo, Alba González no tiene respuesta de nadie el lunes y vuelve a hablar con la funeraria. En ese momento, le comunican que están en el IML de Cádiz, pero que hasta las 14.00 horas no se recogen los cuerpos. Y mientras esperan una llamada para irse para el cementerio y organizar el velatorio, les llega la sorpresa.
Confusión de cadáveres
A las cuatro de la tarde la llamada que recibió fue del director del Instituto Médico Legal de Cádiz. «Me dice que lo siente mucho, que ha habido un error y que el cuerpo de mi padre se le ha entregado a otra funeraria, que esa funeraria se lo entregado a una familia y que lo han incinerado en Barbate. Me quedé muerta, solo dije que qué barbaridad me estaba diciendo», recuerda Alba.
El director del IML insistió en la disculpa y le dijo que la Guardia Civil estaba buscando las cenizas para entregarlas a su funeraria y llevarlas a Málaga. Esa misma tarde avisan que el martes están las cenizas de su padre en Málaga para hacerle el velatorio. El cuerpo de su padre fue entregado a la familia de una mujer que había muerto en su casa sola y que llevaba varios días sin vida.
Al ir a reclamar a Antonio, se dieron cuenta de que la mujer que habían enviado a Barbate estaba todavía en la morgue y que era el malagueño el incinerado. «Lo que no quería», añade su hija, que dice que las cenizas están ahora en un columbario del cementerio de Rincón de la Victoria, donde recibieron el cariño de muchos amigos y conocidos, pero con una espinita clavada.
«Error incomprensible»
Jennifer González, embarazada de cuatro meses, no pudo despedirse como era su deseo. «Está embarazada y vive en Córdoba. Esa noche no estaba allí con nosotros. Y ella lo primero que me dijo es que quería ver a mi padre. Le dije a Jenny que cuando llegara a Málaga, abriera el ataúd y lo viera. Ahora no ha podido tampoco despedirse de mi padre», añade Alba, quien dice que Jennifer lamenta que la hayan «quitado» la oportunidad de ver a su padre por última vez y despedirse. «Es mas sentimental y lo lleva mal», reconoce su hermana, quien dice que la hija de Jennifer iba a ser la primera nieta de Antonio.
Damián Vázquez, abogado de la familia y de la Asociación del Defensor del Paciente, está preparando acciones judiciales para depurar las responsabilidades. «Queremos saber en qué momento hubo un fallo. Imagino que hay un protocolo de identificación de cadáveres o lo que sea. El error es, además, confundir un hombre con una mujer», añade la hija del fallecido.
«Si a mí me dices que son dos hombres, puedo entender que tú no conoces a esas personas o se puedan llamar parecido, pero son un hombre y una mujer muertos de manera natural. ¿En qué momento van a quemar a una señora y no ven que es un hombre? ¿Ni siquiera lo comprueban?. ¡Abre! Mira. Es un error incomprensible en el IML, en el traslado de la funeraria y el lugar de cremación», remarca Alba González.
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