La Cuaresma en ABC
Salir sin sufrir de la iglesia: el reto imposible para más de veinte cofradías de Córdoba
Sólo doce corporaciones pueden comenzar sus estaciones de penitencia desde sus templos sin maniobra y otras once tienen que buscar su sitio en casas de hermandad o locales cercanos
El Amor bendice su nueva puerta en Jesús Divino Obrero

La moderna trayectoria de la Semana Santa de Córdoba es una historia de conquistas. Del patrimonio, de la relevancia social de las hermandades y de la carrera oficial, pero también de espacios dignos desde los que salir y a los que regresar.
El contraste entre las dimensiones de los pasos y las de las puertas creó siempre una lucha en la que muchas hermandades han conseguido salir airosas y otras, en cambio, deben acostumbrarse a sus circunstancias. La cofradía de la Sentencia protagonizará este año una de las grandes novedades de la Semana Santa cuando salga de la nueva casa de hermandad que ha adquirido la parroquia de San Nicolás, entre las calles Saravia y Barroso.
Le servirá para evitar el sufrimiento en el atrio, el lugar en que estuvieron sus pasos desde el primer momento, y también para evitar una entrada complicada: por sus dimensiones, cuando el paso de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia llegaba a San Nicolás tenía que esperar a la Virgen de Gracia y Amparo, que debía entrar antes.
Y la mejora no se quedará ahí, porque la nueva casa permitirá unas dimensiones más armónicas para el paso de palio, que desde este año tendrá más altura y más anchura, algo que hasta ahora era imposible.
Desde el suelo
Su conquista es la última que han hecho las cofradías, que tanto en las iglesias históricas como en las nuevas tienen una larga historia de lucha contra las dimensiones de las puertas. Sólo quince pueden salir sin una maniobra más o menos difícil. No es una cifra grande, pero a principios del siglo XXI sobrepasaban la decena por muy poco.
De las 38 cofradías que llegarán este año a la carrera oficial de la Semana Santa, once lo tienen que hacer después de salir con rodamientos por las puertas de sus iglesias. Los pasos se bajan hasta el nivel del respiradero, cruzan el arco y después tienen que ascender hasta su altura normal, en una maniobra delicada que los costaleros suelen cumplir sin problema. Son la Entrada Triunfal, las Penas, la Vera-Cruz, Ánimas, la Santa Faz, el Perdón, el Calvario y las Angustias.
El Cristo de la Universidad debe hacerlo hundido en el monte calvario, sobre todo por el dintel de la iglesia del Juramento de San Rafael, al igual que, en menor medida, el Cristo de la Buena Muerte. La Reina de los Mártires también salva la salida de San Hipólito con rodamientos.
La más dificultosa de todas es la de la hermandad del Resucitado: el Señor sale por la puerta ojival de Santa Marina y la Virgen por la de la nave de la Epístola. Alberto Villar, catedrático de Historia del Arte y hermano mayor de la Universitaria, insiste en que estas puertas de los templos antiguos indica que la primitiva Semana Santa de Córdoba era de tronos más pequeños, adaptados a esta fisonomía.
Nuevas corporaciones como la O y las Lágrimas tampoco ahora puertas en sus iglesias para que salgan los pasos de sus titulares
Son casi todas cofradías del Casco Histórico que no tienen otra alternativa: residen en iglesias antiguas en las que no pueden abrir nuevas puertas ni tocar la anchura y altura de las que tienen. Sí que pueden salir a su altura normal, con más o menos maniobras, la Expiración desde San Pablo, la Misericordia desde San Pedro y especialmente el Santo Sepulcro desde la Compañía.
También lo hacen los misterios del Buen Suceso y de las Penas desde San Andrés, pero no sus pasos de palio. Recientemente ganaron altura y eso obliga a echarse abajo, sobre todo en el cancel interior, aunque para sus cofradías compensa más la armonía de las proporciones. Lo mismo pasa con la Virgen de la Candelaria en San Francisco, otra puerta con una dimensión más amplia.
Otras cofradías lograron en cierto momento abrir nuevas puertas. Lo hicieron la Estrella, la Sagrada Cena, la Piedad, y en, tiempos más recientes, la Soledad y el Amor, que ahora sale por un lateral de la parroquia y no tiene que utilizar la rampa. Hace décadas también lo hicieron la Pasión y Jesús Nazareno.

¿Qué solución tienen las demás? Las casas de hermandad o locales más o menos próximos no es lo que más gusta, pero es la única posibilidad. A ello recurren Jesús Caído, el Císter, la Paz, el Rescatado, el Cristo de Gracia, la Merced, el Descendimiento, la Conversión y, desde este año, la Sentencia. El Prendimiento sale desde el colegio de los Salesianos a la espera de poder comenzar con su nueva casa de hermandad.
La situación más singular ahora es la de la Agonía. Sale de la Catedral y entra en el colegio San Acisclo y Santa Victoria. En la nave junto a su templo sólo hay espacio para el paso de Cristo.
No son las mejores cifras, pero a comienzos del siglo XXI los Dolores todavía instalaba sus pasos en la plaza de Capuchinos y cofradías y la Cena no pudo salir de una iglesia hasta 2008.
Las nuevas cofradías tendrán que afrontar el mismo problema. La de las Lágrimas y la agrupación parroquial del Traslado al Sepulcro salen de zonas próximas a sus templos, mientras que la O lo hace desde el Centro Cívico Levante.
Cena, Soledad, Estrella y Amor han labrado nuevas puertas en los últimos años y Presentación quiere hacerlo
La Presentación al Pueblo sale de San Vicente Ferrer por la puerta principal, pero está a la espera de poder hacer una nueva, mientras que la Salud sí puede hacerlo desde Puerta Nueva, pero también con el paso en el suelo. A la misma solución podría recurrir en un futuro la Quinta Angustia, al menos para un paso de palio. Sí tiene puertas suficiente la Confianza en la parroquia de la Inmaculada.
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