POLÍTICA HIDRÁULICA
La CHG olvida su plan para paliar la mala calidad del agua de La Colada, que sigue empeorando
El embalse triplica ya el nivel de la sustancia por la que se prohibió el consumo humano mientras el órgano de la cuenca del Guadiana sólo mira a los ganaderos
Samuel Moraleda, presidente de la Confederación del Guadiana: «Tenemos hasta 18 meses para autorizar las obras de conexión de La Colada»
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El problema del agua en Guadiato y Los Pedroches no es exclusivamente la finalización de la obra de conexión entre los embalses de La Colada y Sierra Boyera, sino de la calidad del agua del pantano de El Viso. El líquido de la ... presa viseña sigue estando en parámetros que harían imposible su consumo humano si no fuera por las drásticas medidas y la fuerte inversión que realizó la Diputación de Córdoba para su potabilización cuando llega al depósito intermedio de Cuartanero y en la planta potabilizadora de Belmez.
La calidad del agua es incluso un poco peor que cuando la Junta tuvo que tomar la decisión de declararla «no apta» para el consumo humano en abril de 2023 por superar 7 miligramos de Carbono Orgánico Total (COT) por litro y situarse en 18. Según el último dato oficial -facilitado por la cuenta a ABC-, de junio de este año, la CHG certificó que el COT estaba en 22 miligramos por litro.
La mala calidad del agua de La Colada ha crecido e incluso supera el triple del umbral mínimo exigible (7) para que pueda, algún día, catalogarse como apta para el consumo humano. Ha estado en 2024 siempre por encima de 20 mg/l: 20,5 en febrero, 24 en marzo, 21 en abril y 20 en mayo.
Incluso, el Gobierno central reconoció que el agua, en el punto de control de Guadamatilla, «no alcanzó el buen estado ni en el 2021 ni el 2022», tras analizar el estado ecológico y el estado químico que le da como resultado el estado final de la calidad del agua. La situación se ha agravado: «Habiéndose producido la bajada de una categoría del estado ecológico». Precisamente, éste, en el 2021, era «moderado» y en el 2022 «fue deficiente».
El Carbono Orgánico Total del embalse continúa en el doble de los niveles permitidos para el consumo humano
Afortunadamente, las lluvias de este año, especialmente en marzo, permitieron la recuperación de las reservas hídricas del pantano de Sierra Boyera, que actualmente surte a los 24 municipios cordobeses que estuvieron más de un año sin agua potable en sus domicilios y negocios. Ahora no hay obligación de completar el suministro con el agua que viene de La Colada.
Sin embargo, el líquido de la presa de El Viso volverá a ser necesario en algún momento para abastecer a los casi 75.000 habitantes del Guadiato y Los Pedroches que se surten de Sierra Boyera cuando ésta vuelva a reducir el agua acumulada. Ahora mismo, se ha estimado que el pantano belmezano tiene volumen suficiente para abastecer a los 24 municipios afectados en la última crisis del agua durante unos dos años.
Es el tiempo que tiene la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), responsable del embalse viseño, para mejorar la calidad del agua por si fuera necesario su uso doméstico a medio plazo. En definitiva, no repetir el error y el problema de que haya cantidad de agua suficiente pero la misma no se pueda utilizar ni para beber ni para cocinar.
Qué están haciendo
Sobre esta base, qué están haciendo ahora las administraciones para acabar con este problema de calidad del agua en La Colada. La Diputación selló un convenio de actuación con la Junta para repartirse las tareas en las que tienen competencias. La Junta se comprometió a finalizar la obra del trasvase y la misma está adjudicada ya adjudicada a Jícar por 9 millones de euros. La Diputación ha realizado cinco intervenciones para conseguir que el agua que llega desde La Colada a Sierra Boyera sea apta para el consumo humano. Las medidas han sido tratamiento con ultrasonidos en el propio pantano, oxigenación en el depósito intermedio de Cuartanero, la cubierta de la planta potabilizadora de Belmez, la eliminación de sólidos del agua en la misma ETAP y la auditoría de toda la red de tuberías. Le ha costado más de cuatro millones de euros.
Mientras, la CHG responsabiliza, de forma genérica y reiterada, a los «vertidos puntuales que proceden de alguna actividad industrial o de poblaciones que deben adecuar sus depuradoras o instalar nuevas estaciones» y también a «la contaminación difusa que puede proceder de la actividad ganadera» a la mala calidad del agua de La Colada, según explicó el presidente de la CHG, Samuel Moraleda, en ABC.
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Sin embargo, la cuenca del Guadiana también puede mirar a su ombligo. De hecho, tiene recogidas una serie de medidas que podría evitar la contaminación del agua de La Colada y para mejorar su calidad en la revisión del plan hidrológico para el periodo 2022-2027. De momento, poco o nada ha avanzado en las mismas. La propia cuenca del Guadiana asume que tiene previstas «la adopción progresiva de las siguientes medidas». Primero, «una red de control para el estado de las aguas superficiales (ríos, lagos y embalses)». Determina que la financiación de ésta acción está prevista, en su mayor parte, por «el Ministerio de Transición Ecológica».
La segunda fija también la «teledetección de masas de agua de la demarcación hidrográfica del Guadiana», igualmente con financiación prevista «por la Confederación Hidrográfica del Guadiana», dependiente del Ministerio de Transición Ecológica.
En tercer lugar, también se compromete a «actuaciones de información y sensibilización» de especie exóticas invasoras y en otras temáticas del medio ambiente. También deberán estar financiadas por la CHG.
En cuarto lugar, propone «convenio de colaboración e investigación con organismos públicos». Por último, alude de nuevo a la necesidad de «agrupación de vertidos y la EDAR de Fuente La Lancha (Córdoba)», que tiene que financiar la Junta.
La CHG sólo incoa ocho expedientes sancionadores por vertidos en cuatro años, pero apunta a ellos
Con todo, la CHG tiene otras medidas que sí estaría aplicando de forma ordinaria en materia de control de las aguas. Uno, el establecimiento de los valores límites de emisiones nutrientes en las autorizaciones de vertidos a La Colada. Entre ellos, están limitados los vertidos urbanos desde Pozoblanco, Alcaracejos, Villanueva del Duque, El Viso-Villaralto; y el vertido industrial de Covap.
Dos, también aplica control de las actividades susceptibles de incorporar nutrientes en la cuenca de aportación al embalse de La Colada. Tres, inspecciones periódicas para detectar episodios de proliferación y alertar de los mismos. Cuatro y último, el Plan de Inspección de Vertidos Plurianual.
Curiosamente, en este punto hay un dato esclarecedor. La CHG, en ejercicio de sus competencias de inspección sobre estos vertidos por parte del Área de Calidad de las Aguas, «desde 2019», señala en una respuesta parlamentaria de noviembre de 2023, sólo ha propuesto la incoación «de ocho expedientes sancionadores en materia de vertidos producidos en la cuenca de aportación al embalse de La Colada». Es decir, apenas dos expedientes sancionadores por año. Sin desvelar si los mismos acabaron, finalmente, en sanción o no.
Pendiente ETAP Belmez II
Además de apuntar a los vertidos industriales y la contaminación ganadera como causas principales de la mala calidad del agua de La Colada, el Gobierno de España, más allá de las medidas previstas por la cuenca del Guadiana, también tiene pendiente otra inversión muy importante comprometida para subsanar el problema de la calidad del agua: la modernización de la planta potabilizadora de Sierra Boyera, proyecto que se conoce como ETAP Belmez II, debido a que prácticamente supone realizar una planta nueva sobre la actual.
En mayo de este año, el Gobierno reiteró por escrito el compromiso «del Instituto para la Transición Justa, mediante convenio de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y la Diputación de Córdoba» de llevar a cabo la actuación denominada «'Mejora de la garantía de abastecimiento de la zona norte de la provincia de Córdoba: Valle del Guadiato y Los Pedroches'». Es decir, la ETAP Belmez II.
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El presupuesto estimado inicialmente era de 5 millones de euros. Sin embargo, el Ejecutivo reconoció a mediados de octubre que la actualización del proyecto ha como resultado un aumento del presupuesto de ejecución «hasta 8,5 millones de euros». Según el Ejecutivo central, la licitación «está prevista» que se realice «a lo largo del año 2025». Tendrá un plazo de ejecución de 12 meses.
El proyecto de la 'nueva' ETAP Belmez II sube su coste a 8,5 millones y 12 meses de ejecución
El propio Gobierno reconoce que «el problema no es la disponibilidad de agua sino la calidad de ésta», según explicó en mayo de este año. El Ejecutivo es consciente de que «con los sistemas actuales con los que cuenta la ETAP de Sierra Boyera, explotada por la Diputación de Córdoba a través de Emproacsa, no se alcanza la calidad suficiente para que sea apta para el consumo». Sin embargo, mantiene en el cajón este proyecto que supone invertir 8,5 millones para modernizar la ETAP de Sierra Boyera y convertirla en la ETAP Belmez II.
Cómo se hace el suministro
El embalse de Sierra Boyera tiene una capacidad de 39 hectómetros cúbicos. El de La Colada, de 58. Son 97 en total entre ambos. Tiene que dar abastecimiento de la zona Norte de la provincia de Córdoba, que comprende 24 municipios que suman una población de casi 75.000 habitantes. De estos municipios, 16 se encuentran en la cuenca del Guadiana y 8 en la del Guadalquivir. La demanda media anual es de 8,7 hectómetros si bien la tendencia «es decreciente». Los pueblos ubicados en la cuenca del Guadiana consumen el 60 por ciento de este volumen y el restante 40% los del Guadalquivir.
El plan hidrológico del Guadalquivir seguirá aportando una dotación desde Sierra Boyera a la ETAP de Belmez de 7,5 hectómetros anuales. Por su parte, el plan del Guadiana (2022-2027) aporta a la ETAP de Sierra Boyera un volumen de 3 hectómetros cúbicos anuales desde La Colada y 0,2 hectómetros desde 'Los Pedroches'. Es decir, la ETAP de Sierra Boyera recibe 10,7 hectómetros cúbicos para abastecer a los 24 municipios y 75.000 del Guadiato y Los Pedroches, cuando se estima que consumen 8,7 hectómetros cúbicos al año.
Sin embargo, cuando se conecte el embalse de La Colada a la ETAP de Sierra Boyera definitivamente, la asignación desde la presa de Sierra Boyera pasará a ser de 5 hectómetros cúbicos en lugar de los 7,5 actuales. Los cinco sumados a los 3 que llegarán desde La Colada y los 0,2 desde Los Pedroches darán cobertura a 8,2 hectómetros cúbicos anuales que demandan los 24 municipios conectados a la ETAP Belmez.
Los ocho municipios del Guadalquivir tendrán una dotación bruta de agua de 250 litros por habitante al día. Los 16 municipios del Guadiana tendrán una dotación bruta máxima de 300 litros por habitante al día.
Por todo ello, el Gobierno concluye que «la demanda del abastecimiento» del Norte de Córdoba «se debe atender desde los dos embalses, Sierra Boyera y La Colada». Para ello, «una opción es la mezcla de las aguas provenientes de ambos embalses que se debería hacer en la proporción necesaria» para que «obtuviera un agua potable» en la ETAP de Sierra Boyera. Por este motivo, es necesario que el Ministerio de Transición Ecológica y la CHG saquen del cajón las medidas y proyectos olvidados para mejorar la calidad del agua de La Colada.
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