DESDE MI RINCÓN
No todo está perdido
En España ha llegado el momento de dar más protagonismo a aquellas personas que con sus actos generan en la sociedad seguridad y confianza en el futuro
José Luque: 'Los sinsentidos'
'Producir y conservar'
Comparto con mis lectores la preocupación que me originan algunas declaraciones hechas por personas con responsabilidad política. Mi temor está en la interpretación que de ellas puedan hacer algunas personas, pensando que, como las dice quien las dice, será Ley. Comento hoy las palabras ... que, valorando una sentencia, pronunció en público un miembro del gobierno de España. Dijo que «es una vergüenza que la presunción de inocencia esté por encima del testimonio de mujeres jóvenes y valientes». Si la sociedad española soporta en silencio esto, será porque hemos perdido la sensibilidad para defender el estado de derecho, mereciendo lo que por desgracia llega cuando eso se pierde.
Como antídoto a esas declaraciones debemos traer las opiniones razonadas de aquellas personas que, con valentía y sentido común, defienden con su trabajo la democracia que España conquistó hace no tantos años y que nos ha dado paz y prosperidad a todos. Nada más fácil para encontrarlas que saber quiénes han revocado la sentencia que condenó a un futbolista por agresión sexual. Y que quede claro que no defiendo en absoluto a dicho individuo ni tampoco le acuso de nada. Como tampoco creo o dejo de creer a quien le acusó. Para eso esta la Justicia, con mayúscula. La resolución que revoca la sentencia nace del pleno de la Sección de Apelaciones del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña,formado por tres mujeres y un hombre que, ante una serie de vacíos, imprecisiones, inconsistencias y contradicciones sobre los hechos, los lleva de forma unánime a concluir que no se ha superado el estándar que exige la presunción de inocencia, revocando por ello la sentencia anterior y dictando una resolución absolutoria. Esas mujeres y ese hombre, todos ellos también valientes y justos, han actuado de acuerdo con las leyes que en democracia nos hemos dado, seguramente conscientes de las críticas que le podrían caer, pero convencidos de que su obligación es hacer Justicia y no otra cosa.
En España ha llegado el momento de dar más protagonismo a aquellas personas que con sus actos generan en la sociedad seguridad y confianza en el futuro. Personas, ¡que las hay y son mayoría!, que nos hagan pensar que no todo está perdido, que hay esperanza.
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