CIENCIA
El Imibic se consolida desde Córdoba como referente de la investigación nacional biomédica: claves y testimonios
ABC recoge tres casos de investigadores del centro cordobés que cuenta ahora mismo con cinco grandes programas científicos y medio centenar de grupos de investigación
Córdoba impulsa un proyecto pionero de mejora de la calidad de vida de personas con VIH
El cirujano Álvaro Arjona, junto a su equipo de trabajo
El Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (Imibic) está a punto de cumplir 17 años desde su creación en abril de 2008. En este tiempo ha cumplido con creces con el objetivo trazado de convertirse en un espacio de excelencia y vanguardia científica a través de la investigación y también de la innovación. El centro cordobés es uno de los escasos 35 institutos que hay acreditados en nuestro país para la investigación sanitaria por el Instituto de Salud Carlos III, que se hizo especialmente popular por su datos en la pandemia.
El Imibic vive ahora mismo un momento dulce dentro de su trayectoria. Fruto de su prestigio cuenta ya con más de mil investigadores en sus diferentes programas científicos y grupos de investigación. Actualmente, dispone de 1.054 investigadores. El instituto cordobés, entre personal investigador y de gestión, alcanza a 1.122 personas.
Ahora mismo, el Imibic llega a 50 grupos de investigación, entre los que atesora un total de 32 que se catalogan como consolidados. Además, dispone de seis grupos emergentes y otros doce con carácter de asociados. Todos trabajan dentro del tronco común de los cinco grandes programas científicos del centro: Envejecimiento activo y fragilidad; Nutrición, enfermedades endocrinas y metabólicas; Enfermedades infecciosas, inmunológicas y trasplante de órganos; Cáncer (Oncología y Oncohematología); y Enfermedades crónicas e inflamatorias.
Análisis
El director científico del Imibic, Pablo Pérez, señaló, en declaraciones a ABC Córdoba, que «el Imibic trabaja en proyectos innovadores con una visión participativa, acercando la ciencia a la sociedad e integrando sus opiniones en el diseño y desarrollo de los mismos, para construir soluciones más inclusivas y alineadas con sus necesidades».
El Instituto Maimónides cuenta actualmente con 1.122 trabajadores, de los 1.054 son investigadores y el resto del área de gestión
En esta línea, Pérez destaca que se han impulsado diversos proyectos con una participación activa de la ciudadanía, como e-DUCASS Advance, una iniciativa destinada a mejorar la salud cardiovascular a través de un programa educativo en varios barrios de Córdoba. Este proyecto evalúa si el impacto de la intervención varía según el nivel socioeconómico de la población que lo recibe, y cómo esto puede influir en una mayor o menor mejora de su estado de salud.
Los investigadores, a nivel regional y nacional, se enfrentan al reto diario de encontrar financiación para sus proyectos de investigación, así como la necesidad de dar un paso adelante en la estabilidad de su carrera.
Álvaro Arjona
«Estamos haciendo ensayos clínicos muy potentes»
Álvaro Arjona
Es cirujano, cordobés y tiene 45 años. Álvaro Arjona dirige dos importantes investigaciones sobre cáncer de colon y la pseudomixoma. Su equipo cuenta con «12 a 15 personas», que trabaja en «investigar la enfermedad oncológica avanzada, sobre todo cáncer abdominal».
Arjona apunta que «hacemos una simbiosis entre los clínicos y los investigadores; los clínicos ponemos la parte dirigida hacia el paciente, y los investigadores nos dan las herramientas para poder hacerlo; esa unión es buena». El cirujano explica que «estamos desarrollando ensayos clínicos muy potentes». Entre ellos, está uno dirigido «hacia el cáncer de colon localmente avanzado». En este caso, «hacemos una terapia en cirugía», que se trata de realizar una intervención «avanzada en la que también introducimos quimioterapia dentro del abdomen» durante la operación.
Los resultados son ilusionantes: «Los estamos evaluando en un ensayo clínico que engloba a 23 centros a nivel nacional, y nosotros somos los coordinadores de esto». Arjona asegura que «hemos tenido buenos resultados» con esta nueva terapia que trata de cambiar la práctica clínica habitual hasta ahora en este tipo de cáncer. Entre ellos, han logrado «mejoría de la posible recidiva que tengan esos tumores», que son «grandes de colon» y en estado «avanzado».
El equipo investigador de Arjona hace algunos ensayos, en fases más precoces de la enfermedad, «para probar nuevos medicamentos en terapias de una enfermedad rara que se llama el pseudomixoma». El doctor explica que se trata de «un tumor raro del abdomen que viene del apéndice, y que provoca mucha acumulación de moco dentro de la barriga». Buscan una «terapia eficaz hacia ese tumor que no tiene un tratamiento eficaz, salvo la cirugía, ya que cuando ese tumor vuelve a aparecer, no tenemos una quimio que funcione».
Entre los hitos de su investigación han logrado «modelos animales para poder evaluar las terapias», lo que supone «un gran avance». Arjona añade que «a través del uso de la proteómica hemos encontrado distintas dianas terapéuticas que pueden ser útiles en este tumor; una de esas dianas la hemos conformado como anticuerpo para atacar el tumor».
Rosario López
«La biomedicina nos permite ayudar al paciente»
Rosario López
Es la voz de la experiencia investigadora. Rosario López lleva «más de 30 años» trabajando en este ámbito. Es responsable de un grupo de investigación que está centrado «en el estudio de las enfermedades comunes sistémicas e inflamatorias crónicas». Su grupo de investigación está adscrito «al servicio de reumatología» del Hospital Reina Sofía. Para López, la investigación engancha porque «tiene mucho de innovación, de crear y de desarrollar ideas». Recalca que «la investigación biomédica te da siempre ese enfoque de la posibilidad de ayudar al paciente, de que aquello que tú hagas en el laboratorio, al final le sirva al clínico para mejorar el tratamiento de los pacientes; esto crea como una ilusión en el trabajo diario».
Rosario López destaca que desde hace lustros «estamos trabajando en el daño orgánico y el desarrollo de enfermedad cardiovascular en pacientes con enfermedades sistémicas» y también están «valorando cormobilidades como el síndrome metabólico asociado a la obesidad que está presente en pacientes con artritis reumatoide o psorasica e incluso el daño hepático que pueden sufrir durante el desarrollo de la enfermedad».
López recalca que en el día a día «recogemos muestras» para evaluar «los mecanismos moleculares que explican la progresión de la enfermedad, la respuesta o no respuesta a un tratamiento y también, en función de ese perfil molecular que cada paciente tiene, buscamos posibles alternativas en aquellos que no responden a la terapia o que muestran resistencia o recaída tras un periodo de tratamiento». Insiste en que «nuestro objetivo es siempre buscar nuevas alternativas de cuidado del paciente» desde el ámbito investigador.
Según López, uno de los avances más relevantes es que «estamos involucrados en un proyecto europeo en el que se está llevando un ensayo clínico específico para que, antes de iniciar el tratamiento al paciente, se le analice el tejido sinovial (en el caso de un paciente con artritis reumatoide) y en función del perfil molecular de ese tejido se decide administrarle una terapia u otra». Con ello, están comprobando que «el paciente responde mejor a la terapia que se asocia a su alteración molecular específica».
Beatriz Gros
«La divulgación es vital»
Beatriz Gros, durante una jornada de actividad en el Imibic
Nació en Zaragoza y tiene 34 años. Beatriz Gros ha vuelto hace un año al Imibic, después de tres en el Reino Unido, en Edimburgo. Lleva varios proyectos, aunque principalmente investiga «la enfermedad inflamatoria intestinal, que es una enfermedad crónica del aparato intestinal, que engloba mayoritariamente al Crohn y a la colitis ulcerosa». Su grupo realiza «estudios sobre factores ambientales que aumentan el riesgo de la progresión de la enfermedad», puesto que son «crónicas y no tienen cura», pero siendo conscientes de que «con el tiempo progresan por algunos motivos que no están bien caracterizados».
La investigación que controla «intenta aclarar qué variables ambientales de exposición, como el tabaco, la dieta, determinados fármacos o variables genéticas, aumentan el riesgo de que estas enfermedades progresen y en qué manera lo hacen, porque pueden progresar de distintas maneras».
Gros explica a ABC que «en el Crohn y en colitis ulcerosa hay muchos avances» gracias a las investigaciones. Beatriz asegura que «el primer problema» para su estudio «es que como no se entiende bien en qué circunstancias se inicia la enfermedad, pues es muy difícil poner una prevención», por eso defiende que «es importante seguir indagando en esto» y es el motivo por el que «me interesa tanto este tema», puesto que «las medidas preventivas sólo pueden llegar cuando se conoce bien en qué circunstancias se inicia la enfermedad, una vez que se ha diagnosticado cómo progresa y si progresa más en estos o en estos otros individuos».
Beatriz añade que «una de las investigaciones que se está haciendo ahora, es saber qué expresión molecular tiene 'X' paciente para poderle dar el fármaco que le vaya perfecto para su enfermedad», pero todavía «estos son estudios piloto». A su juicio, «lo ideal es que pudiéramos poner el fármaco perfecto para la persona concreta», puesto que apunta que en «España cerca de una de cada 100 personas ya tienen estas enfermedades», por lo que «personalizar el tratamiento es la clave» y es en lo que «se está trabajando mucho ahora mismo».
Gros reivindica que «la divulgación» es «vital, fundamental» para que «la ciencia llegue a las personas» de forma comprensible. Por eso, esta especialista en el aparato digestivo se esfuerza en explicarlo en su web (www.ibd-eii.com), que es gratuita sobre enfermedad inflamatoria intestinal y «ha tenido 405.000 visitas y tiene 1475 suscriptores en dos años»; y en sus perfiles en redes sociales, donde cuenta con casi 20.000 seguidores en el Instagram @dr.beatrizgros y en Twitter/X @bealoquebea.
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