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Sucesos

Drones para introducir droga en las prisiones: desarticulan en Córdoba un grupo criminal que actuaba en cárceles de España

Actuaban de noche y las aeronaves llevaban la mercancía a los reclusos de la organización a través de las ventanas de las celdas

La Audiencia de Córdoba condena a 26 años de prisión a seis acusados de meter 4.500 kilos de hachís desde Málaga a Francia

Dron utilizado para introducir droga y otros efectos prohibidos en la prisión. ABC
Davinia Delgado

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Las aplicaciones técnicas que tienen hoy en día los vehículos aéreos no tripulados abren un abanico muy amplio de posibilidades; incluso pueden ser instrumentos estratégicos en las manos equivocadas. Así ha sucedido en Córdoba, donde la Guardia Civil ha desarticulado una organización criminal que utilizaba drones para introducir estupefacientes y otros efectos prohibidos en distintos centros penitenciarios de la geografía española. Los agentes han detenido y abierto una investigación a seis personas como presuntas autoras de un delito de tráfico de drogas y pertenencia a grupo delictivo.

Según informa el Instituto Armado, la investigación se inició en la prisión de Córdoba, después de que los agentes encontrasen en sus inmediaciones un dron accidentado. Los efectivos comenzaron las pesquisas y descubrieron la trama de la red criminal, que tenía a uno de sus cabecillas recluso en el complejo penitenciario cordobés.

Los drones contaban con una cuerda y un sedal para transportar la droga y los efectos prohibidos

Junto a este reo, la Guardia Civil ha investigado a otros internos que cumplen condena en distintas cárceles españolas, y que «harían de punto de contacto con el resto de la organización para garantizar la introducción de efectos prohibidos en los centros penitenciarios», indica el comunicado.

Así, el grupo desarticulado, originario de Ceuta, disponía de miembros itinerantes que se desplazaban por todo el territorio nacional para llevar a cabo su acción ilícita. «En el seno de la organización existía un reparto de funciones, entre la que cabe destacar la del especialista en el vuelo de aeronaves no tripuladas (drones), que eran adaptados para el transporte de distintos objetos y que volaban en horario nocturno sobre las prisiones».

Los drones eran manipulados para eliminar cualquier tipo de iluminación que emitiesen y eran provistos de una cuerda y un sedal transparente atados a su carcasa, de donde pendían los objetos que introducían. Sobrevolaban los centros penitenciarios y se dirigían a las ventanas de las celdas previamente acordadas, donde el interno correspondiente cortaba el sedal y se hacía con los efectos transportados.

Los reclusos recibían la droga a través de las ventanas de las celdas. Valerio Merino

Los agentes han logrado determinar que los drones realizaban varios vuelos en un corto periodo de tiempo, haciendo distintas entregas en una misma noche.

Fruto de un minucioso análisis policial, fue descubierto uno de los puntos desde los que la organización hacía despegar los drones, ubicado a una distancia aproximada de un kilómetro respecto del centro penitenciario. «Allí, entre la maleza, la organización tenía oculto material para la manipulación de las aeronaves, tales como cuerdas, sedal transparente y cinta aislante», informa el Instituto Armado.

Dentro del centro penitenciario, la organización criminal contaba con infraestructura suficiente como para recibir, ocultar y distribuir los efectos prohibidos entre los internos, contando para ello con reclusos especializados en las distintas funciones. Para hacerse con la mercancía, disponían de señales lumínicas y sistemas de geolocalización para determinar e indicar el punto de recepción de la misma. Del mismo modo, una vez en el interior del centro penitenciario, la organización disponía de otros reclusos especializados en la ocultación y distribución final de una mercancía.

En la fase final de la operación, los agentes detuvieron al líder del grupo itinerante, e intervinieron en el registro domiciliario de su vivienda habitual, material electrónico e informático, así como material de inhibición y detección de señales.

Drones de la droga en cuatro prisiones

«Asimismo, a lo largo del desarrollo de la investigación, a la organización le han sido intervenidos cinco drones que ya habían sido utilizados para sobrevolar los centros penitenciarios o se encontraban a punto de hacerlo, así como teléfonos móviles y varias dosis de hachís en forma de tabletas», señala la Guardia Civil.

En cuanto a los internos del centro penitenciario de Córdoba relacionados con la organización investigada, les han sido intervenidos, por funcionarios de ese centro, cuatro teléfonos móviles, una baliza de señales lumínicas y más de 500 gramos de hachís.

La organización investigada actuó, además de en la prisión cordobesa, en los centros penitenciarios de Villanubla (Valladolid), Dueñas (Palencia) y Albolote (Granada).

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