El comercio de Córdoba confía en el sprint final de Reyes para salvar una campaña discreta

«Esto es un no parar». El comentario, medio de broma y medio de queja por el aturdimiento de la tarea de la mañana que ya apura sus momentos, lo hace una dependienta de una conocida franquicia de ropa con sede en la calle Gondomar de Córdoba. Parece que hace un siglo desde la digestión de las doce uvas y apenas ha pasado un día entero. A la pausa del festivo del 1 de enero le sigue el frenesí de las compras para los Reyes: es el tramo final de las fiestas de la Navidad y la calle es la patria del detalle de última hora, del capricho del niño, del compromiso con el vecino. La categoría de ciudadano ha sido sustituida por la de consumidor. Y a mucha honra. A ver quién se libra. O a ver quién quiere librarse.

Si alguien sabe cómo está la cosa es El Corte Inglés. Hay matices, a veces hasta cuestiones de importancia, entre el negocio del gran almacén por excelencia y el del el comercio al detalle, pero las vibraciones suelen coincidir. Así que los tiros van por donde van: por buen camino, pero sin alegrías que lleven a encender cohetes de salvas. Un interlocutor autorizado de la firma de compras con sede en Ronda de los Tejares y en la Ronda lo resume con una frase redonda: «Los datos son positivos, aunque nos queda el remate: estos días, desde hoy [por ayer] a la víspera de Reyes, son fundamentales para que el balance sea definitivamente bueno».

El pequeño comercio tiene una impresión similar, si bien con un punto menos de optimismo. «Estamos a la espera de conocer el balance cerrado de diciembre: por el momento estamos como en la campaña del año pasado, que tampoco fue del todo buena», resume Manuel Blasco, el presidente del Centro Comercial Abierto 'Centro Córdoba'. 

Blasco confiesa cierta desazón. ¿Por qué? Porque el puente de diciembre —el de las celebraciones de la Constitución y de la Inmaculada— abrió el apetito de las cajas registradoras. «Fue bueno, mejor de lo que esperábamos, en torno a un quince o un veinte por ciento por encima de la temporada pasada, y pensábamos que el ritmo se iba a mantener hasta enero, pero creemos que no ha sido así», señala. Con todo, el pulso comercial es evidente en estas vísperas de Reyes.

En el centro de la ciudad, y en concreto en los ejes que forman Cruz Conde, Gondomar, Jesús y María y, en un segundo plano, Claudio Marcelo, no hay quien camine por delante de un escaparate sin tener que pedirle al ojeador de un escaparate que se aparte. «El textil, el calzado, la perfumería y la tecnología concentran los productos más demandados en estas fechas», añade el presidente del Centro Comercial Abierto 'Centro Córdoba'.

Una visión más general la tiene Rafael Bados, el presidente de la Federación Provincial de Comercio. «Está siendo una campaña similar a la del año pasado: estamos ante la principal campaña de ventas del sector, y es muy importante siempre, y más ahora porque ha sido un año complicado; hay muchas expectativas puestas en ella, pero el volumen de ventas es similar al del año pasado, por lo que no estamos ante un buen dato», se queja Bados. Las causas son conocidas: «La capacidad real de consumo de los clientes ha disminuido por la subida del precio del dinero, por el encarecimiento de las hipotecas: hay familias que gastan un 60 por ciento de ingresos en alimentación y en abono del alquiler o de la hipoteca, y eso no nos beneficia», analiza el presidente de la Federación Provincial.

La sensación es muy pareja en los centros comerciales de los barrios, tal y como expusieron ayer a ABC los responsables de las organizaciones sectoriales de La Viñuela y de Ciudad Jardín —este periódico intentó, sin éxito, pulsar también la opinión de la de Santa Rosa—.

Manuel Rubio, el vicepresidente de la asociación empresarial de La Viñuela, empieza exponiendo que «2023 ha sido un año complicado, porque no se han cumplido las expectativas por el encarecimiento del coste de la vida y de nuestros proyecto».

«En el centro comercial hemos hecho una campaña dinámica y atractiva para nuestros clientes habituales y para los visitantes, y esperamos que surta efecto: tenemos animación en la calle, atracciones en 'Viñuelandia' con descuentos para los niños, actividades de convivencia vecinal, visitas del heraldo real y del cartero de los Magos, además de la Cabalgata: a ver cómo funciona y si esto nos ayuda a remontar», remata Rubio.

Ramón Luque, presidente Centro Comercial Abierto 'Ciudad Jardín', también confía en que las vísperas de Reyes y sus actividades complementarias supongan un vuelco. «Estamos preparando el Rey Mago que montamos en Infanta Doña María, que va tres días de esta semana, y luego la Cabalgata: antes de la Navidad, las ventas iban flojas, y la campaña está siendo floja también; no nos ha resuelto nada, no hemos visto un repunte. A ver cómo acabamos», se pregunta.

La esperanza en el sprint para alcanzar la meta tras la que se encuentran los regalos de Melchor, Gaspar y Baltasar es fundamental también para El Corte Inglés. «Los datos que manejamos por el momento son positivos, y los días dos, tres, cuatro y cinco de enero son definitorios, los que van a marcar el signo de la campaña los que marcan la campaña», indica el centro de compras. Es una cuestión de hábitos de los consumidores, que no son iguales en todas partes. «Aquí, del Centro de España hacia abajo, las compras de Navidad se concentran ahora, y más arriba en la semana previa. En esto estamos»