Rabat retoma el control en Castillejos tras permitir las salidas a nado a Ceuta

Una vez lanzado el aviso, que complementaba al durísimo comunicado de Rabat del pasado domingo, las autoridades marroquíes no dudaron en hacer un par de guiños a nuestro país : en primer lugar, aceptaron la devolución de más de 70 de los jóvenes que habían llegado el fin de semana a playas ceutíes desde Castillejos, y en segundo término hicieron público un comunicado en el que daban cuenta de la apertura de una investigación para atacar la organización criminal que, según sus pesquisas, está detrás de la salida a nado de cerca de 200 personas desde la citada población marroquí.

Los 70 jóvenes expulsados por España, y readmitidos por Marruecos, fueron llevados a dependencias policiales para ser sometidos a interrogatorios. Las fuentes marroquíes consultadas por ABC explicaron que la mayoría de ellos no residen en Castillejos, sino que llegaron desde ciudades como Tánger o Kenitra. «Eso demuestra que hay una organización criminal detrás» , sostienen fuentes oficiales, que sin embargo no son capaces de explicar la razón por la cual durante todo un fin de semana los inmigrantes irregulares pudieron lanzarse al mar sin que nadie se lo impidiese, y eso a pesar de que el punto desde el que lo hicieron está muy vigilado de forma habitual.

«No ha habido colaboración directa de las Fuerzas de Seguridad marroquíes con los inmigrantes irregulares ; lo que sí se ha existido es permisividad, porque se concentraron en ese punto, que se sabe que es crítico en estos asuntos, cientos de personas que podían lanzarse al mar y no hubo ni rastro de agentes», explican las fuentes marroquíes consultadas por ABC, que insisten en relacionar estos sucesos con el malestar del Gobierno de Rabat con la polémica del líder del Frente Polisario.

Las relaciones con Marruecos son clave en la lucha contra la inmigración ilegal. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha viajado varias veces a ese país para cuidar unas relaciones que el líder de Podemos, Pablo Iglesia s, deterioró en su etapa como vicepresidente segundo del Gobierno . Su salida del Ejecutivo es vista con alivio por Rabat.