La Reserva Federal se toma un descanso y mantiene los tipos en el 5,25% tras diez incrementos seguidos
La institución, desde marzo de 2022, ha aumentado el precio del dinero en cinco puntos porcentuales
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Tras una racha de diez reuniones consecutivas en las que incrementó las tasas de interés, buscando poner coto a la inflación, la Reserva Federal (Fed) decidió tomarse un descanso este miércoles 14 de junio, con el objetivo de reducir el riesgo de una recesión. Los tipos, por tanto, quedan donde están desde mayo: en un rango objetivo de entre el 5% y el 5,25%.
Hasta la fecha y desde marzo de 2022, el banco central estadounidense aprobó incrementos de un total de cinco puntos porcentuales a los tipos, lo que encareció el crédito considerablemente. La Fed ha indicado que no descarta subidas adicionales de cara a futuro; de hecho, en las proyecciones de consenso de sus miembros se apunta a una tasa del 5,6% a final de año, lo que implicaría otras dos subidas más de tipos en las cuatro reuniones que restan hasta terminar el ejercicio. Así las cosas, el actual sigue siendo el rango más elevado de los pasados 16 años.
«El comité continuará monitoreando las implicaciones de la información entrante sobre el panorama económico. El comité estaría preparado para ajustar la postura de la política monetaria según corresponda si surgen riesgos que puedan impedir el logro de los objetivos. Las evaluaciones del comité tendrán en cuenta una amplia gama de información, incluidas las lecturas sobre las condiciones del mercado laboral, las presiones inflacionistas y las expectativas de inflación, y la evolución financiera e internacional», ha indicado la Fed en su comunicado.
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«Entendemos las dificultades que está causando la alta inflación, y seguimos firmemente comprometidos a reducir la inflación de nuevo a nuestro objetivo del 2%», dijo el presidente de la Fed, Jerome Powell, en una conferencia de prensa en la que confirmó que se plantea más subidas de aquí a final de año.
El aumento del coste del crédito ha tenido considerables efectos para los consumidores y las empresas, encareciendo préstamos hipotecarios, de automóviles y otros, lo que a medio plazo ha reducido la cantidad de dinero disponible para el consumo, disminuyendo así la inflación interanual en EE.UU.
La inflación, la tasa a la cual los precios aumentan, fue del 4% hasta finales de mayo, según informó el Departamento de Trabajo esta misma semana. Eso marca una disminución desde el 4,9% de abril, y son ya 11 meses consecutivos en que se han ido conteniendo los incrementos de precios.
En este frenazo a la inflación han tenido bastante que ver los precios de la gasolina, que han disminuido casi un 20%. El precio de los huevos ha bajado un 13,8% desde el año pasado, la mayor caída desde 1951. En general, con ese 4%, la inflación es la más baja desde marzo de 2021, según afirma el Departamento de Trabajo.
Sin embargo, otros precios aún están subiendo de manera constante. En particular, los de la vivienda, incluidos los alquileres, siguen incrementándose de forma considerable. También ha habido fuertes aumentos de precios de la cerveza, la ropa, el mantenimiento de automóviles y hasta las tasas escolares.
Objetivo: bajar la inflación
El objetivo de la Fed sigue siendo reducir la inflación al 2%, tras el alza de los precios producido durante la pandemia y la invasión rusa de Ucrania. El crecimiento actual del Producto Interior Bruto (PIB) en EE.UU. fue de sólo el 1,1% anual en el primer trimestre, el último período del que hay datos.
Cuando en los años 80 la Reserva Federal subió los tipos de interés hasta casi el 20%, contribuyó a que el desempleo superara el 10%. La tasa de desempleo de EE.UU. está en el 3,5%, y el número de parados suma casi seis millones de personas. Asimismo, un acuerdo reciente entre demócratas y republicanos para suspender el límite de endeudamiento público en EE.UU. ha alejado también el riesgo de una recesión. Ambas partes negociaron hasta principios de junio, apurando el límite para que el Gobierno federal evitara quedar en impago de sus deudas.
Y más allá de ello, las decisiones del banco central han provocado controversia en Washington, sobre todo en sectores de la izquierda. Un grupo de legisladores, encabezados por la senadora Elizabeth Warren, llevaba meses presionando al banco central para que detuviera la subida de tipos.
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