El camino a la presidencia del BEI: Calviño y Vestager tendrán que esperar hasta el año que viene
Los ministros de Economía no tomarán ninguna decisión este mes
El Gobierno presenta la candidatura de Nadia Calviño para presidir el Banco Europeo de Inversiones

El proceso de elección del nuevo presidente del Banco Europeo de Inversiones (BEI) podría alargarse mucho más de lo previsto o incluso se podría mezclar con el gran paquete de cargos que hay que pactar en distintas instituciones comunitarias coincidiendo con la nueva legislatura ... europea que empezará la primavera que viene. La vicepresidenta en funciones, Nadia Calviño, que sigue siendo una de las principales candidatas, aseguró ayer a su llegada a la reunión del Eurogrupo (los ministros de Economía de la zona euro) en Bruselas, que la cuestión de la designación de una sede para la nueva agencia europea contra el blanqueo de capitales, a lo que aspira Madrid, es «un proceso totalmente distinto» y que no tiene conexión con el BEI, pero es evidente que puede entrar perfectamente en los intercambios entre distintos gobiernos y los apoyos cruzados a la hora de distribuir los distintos cargos.
En toda caso, los ministros de Economía no tienen previsto tomar ninguna decisión sobre el BEI ni esta semana ni este mes, a pesar de que el mandato del actual presidente caducará en diciembre. La combinación entre el proceso de elección de este cargo y la formación del nuevo gobierno en España podrían entrecruzarse también, teniendo en cuenta que el día 27 termina el plazo para que Pedro Sánchez haya llegado a un acuerdo para no tener que volver a convocar elecciones. Y la posibilidad de que la decisión se tome en la reunión de diciembre podría verse afectada también por las maniobras para acordar las nuevas reglas fiscales, que es una discusión de gran calado en la que los países aún no están de acuerdo, pero podrían usar cualquier posibilidad para tratar de cuadrar un acuerdo. En Bruselas se empieza a echar de menos una decisión de los gobiernos de Francia y Alemania, que tienen influencia suficiente para decantar la elección, ya que los votos están ponderados con el porcentaje de capital de cada país.
Francia tenía dudas entre las dos candidatas, a las que ha obligado a prometer que aceptarán que el BEI financie proyectos de energía nuclear. Alemania por su parte tiene a un canciller socialdemócrata que apuesta por la española, pero un ministro de Economía liberal que prefiere a la principal adversaria de Calviño, la poderosa comisaria de competencia, la danesa Margrethe Vestager Ninguno de los dos países ha presentado un candidato para sustituir al alemán Werner Hoyer. Tampoco se han retirado las candidaturas de Italia o Polonia, que técnicamente siguen sobre la mesa.
Según medios de Bruselas que conocen la situación, Vestager es la que se está sintiendo más debilitada, ya que fue conminada a dejar su puesto cuando presentó su candidatura por la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, mientras que Calviño sigue en el puesto y tiene una mayor capacidad de intentar influir en el criterio de otros países abogando por su candidatura.
La ventaja de Calviño
Si la presidencia del BEI entra en el mismo paquete de nombramientos, en el futuro de Calviño podría influir también la inesperada decisión del primer ministro portugués, Antonio Costa, que era uno de los favoritos para ocupar el puesto de presidente del Consejo Europeo en sustitución de Charles Michel. En principio, esto favorecería a Calviño siempre que Pedro Sánchez no tuviera planes de interesarse por el puesto. Se considera imposible que los dos puestos fueran a parar a españoles.
Para Calviño, el principal objetivo sería llegar a un acuerdo para diseñar las nuevas reglas fiscales que deberían estar listas antes de que termine la presidencia española.
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