La inflación alemana modifica el comportamiento de administraciones, empresas y consumidores
El sector empresarial ha acumulado 765.000 millones de euros en efectivo y depósitos a corto plazo, más que nunca en la historia de la República Federal, para asegurar su liquidez
La televisión pública alemana DW elige Castilla y León para ilustrar el oficio de pastor
Los precios descendieron en Alemania cuatro décimas en noviembre, pero aún así siguen encaramados al 10% y los analistas de la Agencia Federal de Estadística (Destatis) no son demasiado optimistas respecto a 2023. La limitación del precio de la energía, cuya ratificación legal está prevista para marzo, debería contener la inflación energética el año que viene, aunque por el momento no está claro cómo se reflejará en el IPC porque «estamos observando cada vez más aumentos de precios para muchos otros bienes y servicios que o son la energía, como el aumento continuo de los precios de los alimentos que es particularmente notable para los hogares privados», dice el presidente de Destatis, Georg Thiel. Y a la espera de un año complicado, tanto las admnistraciones como las empresas han modificado ya su comportamiento para resistir la embestida. El sector empresarial ha acumulado 765.000 millones de euros en efectivo y depósitos a corto plazo, más que nunca en la historia de la República Federal, para asegurar su liquidez. La inflación, sumada al peligro grave de recesión económica, ha llevado a los responsables de las empresas a aprovisionar 50.000 millones de euros más que el año anterior, en el que ya se habían dotado de importantes provisiones de liquidez debido todavía a la crisis derivada de la pandemia. Así lo demuestran los datos del bufete de abogados internacional Freshfields, publicado por Handelsblatt y basado en estadísticas del Bundesbank y del Banco Central Europeo sobre los depósitos de más de un millón de empresas.
Las últimas cifras trimestrales dejan claro que muchas empresas son bastante pesimistas sobre el próximo año y que incluso corporaciones como Infineon y Deutsche Post, que habían elevado significativamente sus pronósticos para el año en curso, actualmente solo se atreven a dar una perspectiva cautelosa.
Pero las empresas no son las únicas que se adaptan a toda prisa a la subida de los precios. Los ayuntamientos a lo largo y ancho de Alemania también modifican el catálogo de servicios que ofrecen a los ciudadanos forzados por la subida de los precios. Una encuesta de la consultora EY a 301 municipios de más de 20.000 habitantes dibuja un mapa de calles oscuras, piscinas cerradas y recortes en el cuidado de jóvenes y ancianos. El 54 por ciento ya ha recortado los servicios en 2022 o planea hacerlo en 2023: el 42 por ciento reduce la iluminación pública, el 31 por ciento cierra las piscinas y el 17 por ciento reduce su oferta social. Según los datos publicados por Die Welt. El 11 por ciento de las ciudades alemanas ve ya solo potencial de ahorro en las frecuencias de transporte público, mientas que el 7 por ciento de los ayuntamientos está lidiando con el cierre de óperas y teatros, cuyas facturas energéticas no pueden permitirse.
Los esfuerzos de ahorro de los municipios se limitan a los servicios voluntarios, porque otros etiquetados como de interés general, como el suministro de agua y energía, así como la eliminación de residuos, no permiten variaciones, Por eso la Asociación Alemana de Ciudades y Municipios está pidiendo mayor margen de maniobra. «Los políticos deben comunicar honestamente a la gente que muchas cosas que son deseables pueden no ser factibles», intenta justificar su presidente, Ralph Spiegler, que se ha referido incluso al cuidado durante todo el día en las escuelas primarias. «El derecho legal al cuidado durante todo el día en la escuela primaria es un objetivo importante, pero debe poder ser cuestionado si no hay personal y no se aseguran los fondos», ha dicho, tras recordar que muchos municipios con altas deudas antiguas carecen de la solidez financiera para los gastos extraordinarios que se acumulan con urgencia. Para este año se espera que solo el 11 por ciento de los municipios encuestados registren superávit, mientras que el porcentaje en 2019 fue del 54 por ciento. Un notable 31 por ciento de los municipios encuestados están planeando aumentos de impuestos para 2023.
En cuanto a los consumidores privados, que ya destacaban antes de la inflación fuera de control por ser de los más ahorradores entre los europeos, esta situación parece llevarlos al perfeccionamiento de la tendencia. Un 63% de los consumidores en Alemania está comprando menos debido a las subidas de precios, según el último dato de la Federación de Organizaciones de consumidores Alemanas (VAZV), y otro 20% está convencido de que tendrá que empezar a hacerlo en 2023. El 61% compra alimentos más baratos, el 56% menos ropa y una tercera parte ha decidido viajar con menos frecuencia. El ahorro es generalizado cuando el objeto de la pregunta es el uso de energía.
Pero sin duda el dato más preocupante es el que procede de la encuesta realizada por ING y que señala que alrededor del 30% de los alemanes no cuenta ya con reservas porque la inflación se ha comido sus ahorros. El 57% afirma no ganar suficiente para ahorrar en las actuales circunstancias y la mitad asegura que está ahorrando en las necesidades diarias para llegar a fin de mes.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete