Cuerpo amplía en 1.500 millones la caja para negociar los Presupuestos con su revisión del PIB

El margen fiscal disponible para la negociación parlamentaria de los Presupuestos, que acostumbra a mover varios cientos de millones de euros en el trámite de enmiendas, quedó muy estrechado tras el fiasco de la reforma fiscal impulsada por el Gobierno, que aspiraba a conseguir 8.000 millones de euros extra, pero que tras la caída del impuesto a las energéticas, de la equiparación fiscal de gasolina y diésel, el retraso en la entrada en vigor de algunas medidas y la aprobación de determinados incentivos fiscales a las pymes para contentar a Junts perdió buena parte de su potencial para generar nueva recaudación.

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Bruno Pérez

La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) ya había advertido además que si bien el Gobierno no necesitaría de ajustes extra para cumplir la rebaja del déficit y la deuda comprometida con Bruselas para 2025 cualquier posible desviación sobre esos parámetros podría hacer descarrilar ese objetivo.

En este contexto de apreturas, las dos décimas que el Ministerio de Economía ha decidido añadir a su previsión de crecimiento de 2025, que pasará del 2,4% al 2,6% en el momento en que se apruebe en el Consejo de Ministros, abren una ventana para mejorar también la previsión de ingresos del año. Tomando como referencia los parámetros empleados en 2024 por la Airef para calcular la mejora potencial de los ingresos del Estado derivada la revisión al alza de la previsión de crecimiento del país -seis décimas de mejora de la previsión de ingresos por tres décimas de mejora del PIB nominal-, esas dos décimas extra se traducirían en unos ingresos extra de entre 1.200 y 1.500 millones de euros en la cuenta del Estado respecto a los que resultarían de la anterior previsión (según se tengan en cuenta o no la parte de las cotizaciones sociales), que ensancharán el margen disponible para 'jugar' con la cuenta de gastos del proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2025.

La revisión anunciada por el Ministerio de Economía, que fuentes ministeriales desvinculan del procedimiento presupuestario y atribuyen a razones «totalmente macroeconómicas», tiene mucho de inusual. En los últimos años y a pesar de las bruscas oscilaciones que han experimentado las cifras de crecimiento, el Ministerio de Economía ha presumido de revisar el cuadro macro solo «cuando tocaba», y cuando tocaba era cuando había que disponer la base para la presentación de un proyecto de Presupuestos o cuando había que remitir a Bruselas la actualización del programa de estabilidad, es decir, o bien a finales de abril o bien a finales de septiembre.

Con esos precedentes afrontar la revisión en febrero y sin vincularla de forma expresa a los Presupuestos resulta inusual. La explicación oficial es que con un dato de cierre del año del 3,2% y un crecimiento en el último trimestre del 0,8%, en ambos casos holgadamente por encima de lo previsto, «vemos la necesidad de llevar a cabo esa actualización» y que por ese motivo se ha precipitado esta decisión respecto al 'timing' que se ha empleado en ejercicio anteriores.

Desde el área económica del Gobierno se continúa manteniendo el discurso de que el objetivo es presentar el proyecto de Presupuestos para el año 2025 y este requiere de un cuadro macro que los sustente, lo cual también podría explicar la decisión del Ministerio de Economía de afrontar esa revisión de dos décimas ya en febrero.Hasta la fecha los intentos del Gobierno por encarrillar las cuentas públicas de 2025 han resultado infructuosos hasta el punto de que buena parte del Ejecutivo ha puesto ya sobre la mesa la posibilidad de continuar la legislatura aún sin presupuestos, gestionando un año más con las cuentas prorrogadas del año 2023.