Los caseros que revisen el alquiler en abril según el nuevo índice tendrán que asumir casi un punto de la inflación
El IRAV, que solo aplica a los contratos firmados después de la nueva Ley de Vivienda, se sitúa en el 2,08% en febrero, nueve décimas por debajo del alza de precios de ese mes
El colegio de agentes de la propiedad denuncia el agravio causado a los propietarios y advierte de que el tope desincentivará la oferta
El nuevo índice del INE para actualizar los contratos de alquiler moderará las subidas de precios cuando suban del 2%
Un bloque de viviendas en alquiler en Madrid
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado una nueva entrega del índice de referencia de arrendamientos de vivienda (IRAV), el nuevo índice creado por el Gobierno para moderar las subidas de precio que deben aplicarse a los alquileres en función de la inflación. Si el mes pasado el IRAV se situó unas sensacionales siete décimas por debajo del avance del IPC, en marzo lo ha vuelto a hacer y ha quedado en el 2,08%, una cifra algo más de nueve décimas inferior a la inflación del mes pasado, que fue del 3% según el dato confirmado hoy por el INE.
Es decir, que los caseros que revisen contrato en abril -solo los que firmaron después de la entrada en vigor de la Nueva Ley de Vivienda, el 25 de mayo de 2023- tendrán que asumir casi un punto del alza de precios ellos mismos. Precisamente, el Ejecutivo encargó a Estadística la creación de este mecanismo para evitar que el precio de los arrendamientos se disparara en tiempos de acelerón del IPC. El problema, y así lo denuncia el sector, es que el IRAV crea un agravio comparativo con los que firmaron contrato antes de la entrada en vigor de la ley y puede tener un efecto negativo sobre la oferta. Ahora la inflación está controlada, cercana a ese umbral del 2% que el Banco Central Europeo considera seguro, pero, ¿qué sucederá cuando se dispare?
Con esta entrega del IRAV ya van cuatro, las suficientes para hacer balance. En sus dos primeras publicaciones se situó dos y cinco décimas por debajo de la inflación, que fue del 2,4% en noviembre y del 2,8% en diciembre; en la tercera fueron siete las décimas de diferencia -con un IPC del 2,9% en enero-, y ahora el margen es de casi un punto.
Todo depende de los cálculos que hicieron los ministerios de Economía y Vivienda y el INE, que fueron los encargados de definir el mecanismo, a petición del Ejecutivo. El nuevo índice se establece -según explicaron- a partir de una mezcla del IPC, la inflación subyacente y las diferencias entre las tasas de crecimiento anual tanto del IPC como de la inflación subyacente de cada mes. Añádase a esto un coeficiente moderador definido por el Ministerio y que «toma en consideración las circunstancias del mercado del alquiler de vivienda», según aclaró en su día el departamento que dirige Carlos Cuerpo.
En cualquier caso, el IRAV cuenta con la oposición del sector inmobiliario, porque causa un agravio a los propietarios, y porque temen que desincentivará la oferta. «Los alquileres que se revisen ahora siguen acotados a una subida que es muy moderada teniendo en cuenta la inflación, el incremento de los precios de compra de viviendas y la falta de oferta de alquiler en las grandes ciudades», ha lamentado el Consejo General de los Colegios Oficiales de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria en una nota en la que también avisan de que «si el índice del INE sigue marcando cifras tan bajas se va a perjudicar mucho la inversión inmobiliaria en España, que es uno de los principales motores económicos del país».
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