Alemania rebaja impuestos a las empresas e incentiva la inversión
El gobierno alemán intenta remediar el estancamiento de la economía y la decadencia de la industria
La 'coalición semáforo' llega quemada a mitad de su mandato

El estancamiento de la economía alemana y la decadencia de su industria, dañada por los precios de la energía pero también por una pérdida generalizada de competitividad según todos los analistas, se ha convertido en el principal dolor de muelas del canciller Olaf Scholz ... , por delante incluso de la guerra en Ucrania.
En un intento de reaccionar, y dar así un nuevo impulso a la hasta ahora descalabrada legislatura de su coalición semáforo, ha presentado junto al verde y ministro de Economía Robert Habeck y el liberal y ministro de Finanzas Christian Lindner un plan de 10 puntos con el que espera lograr ambas recuperaciones. El plan prevé desgravaciones fiscales para las empresas de 7.000 millones de euros al año hasta 2028 y una aceleración de los procedimientos de licencia. También se mejora la capacidad de las empresas para deducir pérdidas fiscales. En el futuro, el 80% de las pérdidas serán deducibles de impuestos en un plazo de cuatro años. También hay flexibilizaciones en las obligaciones contables de determinados contribuyentes, así como un límite de exención para los ingresos procedentes del alquiler y el 'leasing' y una introducción de una bonificación a la inversión para transformar la economía hacia una mayor protección del clima.
Sin embargo, el precio subvencionado de la electricidad industrial, exigido por el grupo parlamentario del SPD y los Verdes para amortiguar los elevados costes energéticos, no aparece en la flamante Ley de Oportunidades de Crecimiento, cuyo parto ha exigido ciertos peajes. El ministro Lindner habría deseado presentarla la semana pasada, pero fue boicoteada por la ministra de Familia, Lisa Paus, verde, que exigía más dinero para el bienestar infantil básico. Estas zancadillas internas entre los miembros de la coaliciónes semáforo llevan dos años produciéndose sin cesar, llevando a una situación de bloqueo y descontento popular. Tres cuartas partes de los alemanes expresan su insatisfacción en las encuestas y Scholz se agarra al éxito de este plan como a un clavo ardiendo.
La idea es que «las inversiones se hagan ahora y no se posponen» ha instado el canciller al sector privado, que por su parte advierte que los problemas hunden sus raíces a mucha más profundidad. «La recesión china está llegando a Alemania», explica el presidente de la Cámara de Comercio e Industria alemana (DIHK), Volker Treier, «las exportaciones alemanas a China cayeron en el primer semestre un 8,5% y las importaciones un 16,6%».
Treier sugiere que la industria no está en condiciones de invertir y calcula que un millón de empleos en Alemania dependen de las exportaciones a China, por lo que el estancamiento está ejerciendo ya un efecto negativo en el empleo. «En áreas como la transición energética, la transición de la movilidad o la digitalización de la economía, la dependencia alemana de China es particularmente alta», señala, «los principales proveedores de materias primas críticas o productos procesados a menudo siguen en China».
Un plan «demasiado pequeño»
Habeck ha calificado la situación económica como desafiante y ha advertido contra el peligro de que las empresas inviertan muy poco en su futuro, en el clima y que la construcción de viviendas disminuya aún más. Confía en el estímulo económico de los 500 millones de euros destinados a la construcción de viviendas, con el objetivo de promover una refinanciación más rápida y proporcionar incentivos a la inversión que estabilicen el sector. Establece la reintroducción temporal de opciones de depreciación de saldo decreciente para activos muebles y para edificios residenciales cuya construcción comience después del 30 de septiembre de 2023 y antes del 1 de octubre de 2029, así como el fortalecimiento del apoyo fiscal a la investigación.
El plan de diez puntos incluye también una ampliación de la producción de electricidad a partir del sol y el viento, una mayor digitalización y un programa de contratación de trabajadores cualificados extranjeros. Además se facilitará el acceso de las jóvenes empresas a los mercados de capitales con medidas valoradas en otros 1.000 millones de euros.
«El paquete pretende impulsar concretamente el crecimiento y mejorar la competitividad de Alemania como lugar de negocios», dice el documento que presenta el proyecto, con apartados especiales para la promoción de las medianas empresas y las inversiones respetuosas con el clima. «El nuevo paquete hace muchas cosas bien, pero es demasiado pequeño», ha criticado el economista jefe de ING, Carsten Brzeski: «Difícilmente podrá transformar estructuralmente una economía de casi 4 billones de euros con 7.000 millones de euros».
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete