Bankia, ¿«nada más que la verdad»?
Abandonado a su suerte por partido y amigos, Rato, ahora, aunque no esté obligado, quiere decir toda la verdad. Y un «as» en la manga lo mismo aún tiene

«El partido me ha abandonado». Lo escribí en su momento, y lo recupero hoy por su vuelta a la actualidad. Fue una de las frases que dijo Rodrigo Rato a su entorno más cercano justo el día que presentaba su dimisión como presidente ... de Bankia , y cuando aún no sabía todo lo que se le venía encima. Entonces, el que también fuera ministro de Economía, primero, y vicepresidente segundo, después, con Aznar, con el ánimo por los suelos tras tomar la decisión de irse, no lograba entender la falta de confianza en él por parte de los suyos -políticamente hablando- ¡después de todo el esfuerzo, no solo durante los más de dos años al frente de la entidad madrileña, sino, y sobre todo, por lo sufrido en su último mes al frente de la misma! «No entiendo que no me entiendan», se lamentaba en privado.
Rato abandonaba Bankia el lunes 7 de mayo de 2012, y no exactamente por su propia voluntad -aunque no lo reconoció así entonces, dijo que dimitía-, más bien por la del Gobierno . Pero, ahora, con la claridad de las ideas que da el paso del tiempo, casi siete años después, y con todo lo que ha acarreado judicialmente su paso por la entidad financiera -con encierro en prisión incluido-, el exministro, ya sin sentimientos de lealtad personal ni profesional de por medio -sobre todo, por su fuerte amistad con De Guindos -, quiere aprovechar sus declaraciones ante la justicia para decir la verdad. Su verdad, claro. Y esperemos que toda la verdad porque él, como acusado, puede acogerse al derecho de poder omitirla, pero nunca mentir. Otros, los testigos, sí están obligados al y «solamente la verdad».
Pues bien, a tenor de lo escuchado hasta el momento de los diferentes testigos llamados a declarar existe más de una verdad. Y de dos... Vidas paralelas y muy diferentes. Y no digo que mientan, pero cuando las verdades son tan distintas... Porque, sobre todo, hay mucha confusión en lo que concierne tanto a esas últimas horas de Rato al frente de Bankia como del papel de cada uno de los testigos en los momentos que rodeó la decisión de salir a Bolsa en julio de un año antes, precisamente por lo que se le juzga estos días a Rato .
Sorprendentes para muchos han sido las declaraciones del último en acudir ante el juez como testigo: el expresidente de BBVA , Francisco González , el pasado miércoles. Ha sido el único en reconocer que entonces hubo presiones tanto del Banco de España como del Gobierno de Rodríguez Zapatero para apoyar la salida a Bolsa de Bankia . Se «vendió» por aquel entonces, sobre todo por Elena Salgado -según han reconocido, siempre «off the record», grandes empresarios españoles del Ibex 35 -, como de una cuestión de país. Ahora bien, la exvicepresidenta económica desde abril de 2009 hasta finales de 2011 negó taxativamente el año pasado ante la comisión del Congreso que investigaba la crisis financiera -donde, por cierto, también estaba obligada a decir la verdad- que ella contactara telefónicamente con ningún empresario para pedirles que acudieran a la ops de Bankia y así evitar el rescate de la entidad con dinero público.
A pesar de dichas presiones, según afirmaba FG , BBVA decidió no invertir y confió en que eso podría parar la operación. «Pensamos que con nuestra presión podíamos parar la salida a Bolsa, pero desgraciadamente no nos hicieron caso»... Los que bien conocen al banquero afirman que más bien a González no le gustó que se diera por hecho que toda la banca acudiría por motu proprio: «El Ministerio no es mi portavoz», dicen que dijo.
FG también declaraba en el juicio oral que durante las famosas cenas del 4 y 6 de mayo de 2012 con De Guindos -quería exigir más capital y, antes de hacerlo público, quería comunicárselo a ellos- y los presidentes de Santander (Emilio Botín) , La Caixa (Isidro Fainé) , y el propio Rato - él personalmente indicó que no era creíble el plan de Rato de captar 7.000 millones para Bankia . El domingo 6 «le dije que con eso no se solucionaba el problema», y que le planteó que lo mejor era que abandonase la presidencia de Bankia . Al respecto, dijo que Botín expresó su misma opinión, que Fainé se mostró más cauto y que De Guindos asintió. Sin embargo, en la fase de instrucción, FG aseguraba que él no había pedido la dimisión a nadie.
Sobre este asunto, bailan las verdades. En una entrevista televisada en enero de 2015, el ministro De Guindos lanzaba desafiante una pregunta retórica: «¿Quién cambió a Rato ?» Y se respondió: «Yo lo cambié... me tocó cambiar al equipo gestor y se hizo en mayo de 2012». Sin embargo, el 26 de marzo de 2013, en su declaración escrita como testigo ante Andreu la versión era otra: «En ningún momento solicité la salida del presidente Rodrigo Rato (...) Conocí su voluntad de dimitir por una llamada que me hizo el 7 de mayo». «Alguno» recuerda que en el encuentro entre los cuatro financieros y el ministro del 6 de mayo, Guindos cogió a Rato aparte y, tras la petición de FG , le «aconsejó» su dimisión.
El caso es que Rato se tuvo que ir, a pesar de que quería seguir junto a su sucesor, Goirigolzarri , y mucho tuvieron que ver también las presiones llegadas desde fuera en el ánimo del exministro de Economía para no dejarle. Estaba en riesgo el país, a las puertas de un rescate, y desde el FMI había llegado un informe en abril de ese mismo año que apuntaba a las debilidades de la banca nacional y en concreto a las de Bankia. Pero sin citar nombres. El documento avivó las dudas sobre la situación del cuarto banco del país, que unas semanas después fue nacionalizado. En el juicio oral, De Guindos negaba, como insinuó el exgobernador Fernández Ordóñez en su testimonio, que influyese en la decisión del Fondo de adelantar a abril de 2012 la publicación parcial del informe.
Hace siete años Rato no dijo toda la verdad. Abandonado a su suerte por partido y amigos, ahora, aunque no esté obligado, lo quiere hacer. Y un «as» en la manga lo mismo aún tiene. Alguien me cuenta que vio un borrador de ese informe del FMI , en su versión inglesa, en el que no solo se ponía en solfa a Bankia . BMN estaba muy mal. Con nombres y... «apellidos», los de sus exgestores. ¿Y dónde ha acabado BMN ? Que cada cual lea entrelíneas.
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