Tenis
Djokovic, maestro de la presión
El serbio, ya en cuartos tras concluir el triunfo ante Hurkacz, ha ganado 14 tie breaks consecutivos en Grand Slam en 2023, récord absoluto masculino
Retos y enigmas de jugar en la hierba de Wimbledon

Está Novak Djokovic en cuartos de final de Wimbledon. En él, que lleva 43 victorias seguidas en la pista central (desde la final de 2013 contra Andy Murray), que suma 32 victorias consecutivas en el torneo, cuatro títulos del tirón (desde 2018 -en 2020 no se disputó por la pandemia-) es lo normal. Este lunes culminó su triunfo ante Hubert Hurkacz (7-6 (6), 7-6 (6), 5-7 y 6-4), imperturbable en la reanudación a pesar de perder el cuarto set, después de suspenderse tras acabar el domingo al llegar el toque de queda del torneo: las 23 horas. En Londres no se puede pasar de esa hora en eventos multitudinarios por cuestiones de seguridad, logísticas y, sobre todo, de respeto al descanso de los vecinos. Lo normal en Wimbledon.
Lo que ya no es tan normal en el mundo del tenis es que el serbio haya conseguido, en este 2023 impoluto, ganar los últimos 14 tie breaks disputados en un Grand Slam. Récord absoluto en el circuito masculino desde que se instauraron, en 1970, y que deja en 12 el de Pete Sampras en 1994. Desde el que perdió en la segunda ronda del Abierto de Australia ante Enzo Couacaud (6-1, 6-7 (5), 6-2 y 6-0), el serbio no ha vuelto a fallar en estos lances del juego; uno de los momentos más tensos y con más alta adrenalina de este deporte, en el que todo pende más del alambre mental que del físico; donde más diferencias se hallan entre el buen jugador, el mejor y el superior. En Melbourne: Dimitrov (7 puntos logró el búlgaro) y Tsitsipas (4 y 5); en Roland Garros: Kovacevic (1), Fucsovic (2), Davidovich (4 y 5), Khachanov (0), Ruud (1); en Wimbledon, hasta ahora: Cachín (4), Thompson (4), Wawrinka (5) y Hurkacz (6 y 6).
En el primero ante el polaco estuvo, incluso, a merced del rival, que logró dos minibreaks y tuvo tres opciones para terminar el set a su favor. Ahí estuvo la maestría de Djokovic bajo presión, el saque estupendo y el mejor resto para resistir, las tres veces. En el segundo, tuvo el serbio una bola de set, pero resistió el polaco. Solo esa vez. A la segunda, Djokovic no perdonó. «La diferencia, y lo que lo hace tan bueno, no solo en los tie breaks, si no en los momentos de mayor presión y más decisivos, es que los gestiona mejor que nadie. Por eso ha llegado donde ha llegado», explica a ABC Pato Clavet.
«Es sin duda el momento más tenso de un partido, porque llega al final del set y porque se saca cada dos puntos. Asocio lo bien que lo está haciendo Djokovic en estos lances en el que momento de confianza que tiene. Lleva ya un porcentaje muy elevado de tie breaks ganados y eso ayuda», explica para ABC Anabel Medina. «No son una lotería, y se añade que tienes poco margen de error para recuperarte. Mientras que otros jugadores suelen jugar más tensos y arrugarse más, Djokovic hace todo lo contrario: saca su mejor tenis, e incluso eleva su nivel, con lo que un porcentaje muy alto de esos puntos importantes y esos tie breaks caen de su lado», suma Clavet.
Medina, además, añade: «A nivel táctico y técnico hay dos explicaciones: aun no siendo un especialista, Djokovic saca muy bien en los momentos importantes; y, además, hoy por hoy, es el mejor restador del mundo. Es un combo perfecto: la experiencia que tiene en estos lances (20-4 en 2023; 322-162 en su carrera, con un porcentaje del 66 % de triunfos), la confianza y su juego». ¿Se puede entrenar? Clavet apunta más a la veteranía: "Se puede entrenar pasando muchas veces por esas situaciones de presión. Y para llegar a ganar 23 Grand Slams, tener el récord de semanas como número 1, el récord de Master 1000... parece bien acostumbrado a lidiar con la presión y ponerla de su lado".
Ambos extenistas apuntan al nivel mental: «Mentalmente es muy fuerte. A nivel psicológico es uno de los mejores y donde más se nota eso precisamente es en estos tie breaks», señala Medina. «Sí, Djokovic controla como nadie (con Rafa Nadal) esas situaciones. Las afronta desde una superioridad mental, que le permite elevar todavía más sus estándares y ponerse a un nivel por encima al resto de los jugadores. A ellos les motivan estas situaciones y hasta parecen disfrutarlas. Mientras a otros jugadores les 'queman'».
Quemó a Hurkacz, con dos errores con su servicio cuando había tenido unos números impolutos hasta el momento, con 27 saques directos. Y se explica de mil maneras, aunque ninguna tan gráfica como la que ofreció Alejandro Davidovich. Con 3-6, 6-4, 6-3, 4-6, 6-6 y 8-5 a favor en el super tie break (en el quinto set no hay tie break normal, sino que gana el primero que consigue llegar a 10 puntos), el malagueño decidió hacer un saque por abajo para intentar sorprender a Rune. Pero el danés lo vio y encadenó cinco puntos para ganarse la plaza en octavos. «Es que no quería jugar ese punto. Estaba temblando. Todo el mundo grita y te pones nervioso... Lo voy a decir en un término andaluz: estaba 'cagao'», reconoció Davidovich. Donde unos se empequeñecen, Djokovic se crece.
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