Alberto Fernández: «Queremos vivir el derbi con sevillanía, con gracia, con guasa y con deportividad»
Las relaciones entre Betis y Sevilla siguen alejadas, sin que nadie busque ponerle remedio, y con una ciudad pendiente de sus dos presidentes
Falta altura de miras para que el derbi sea la fiesta del fútbol sevillano

Hace ya cuatro meses que el derbi de la ciudad de Sevilla es menos derbi. El motivo no es otro que una ruptura de relaciones, largamente comentada, por aquella bandera que menospreciaba el símbolo más importante para los béticos, su escudo, con posterior denuncia a ... los comités para que sancionasen a jugadores del Sevilla. Estos son los hechos. Todos ofendidos y nadie le pone freno.
¿Y las consecuencias? Nadie se ha movido un ápice de esa postura alejada que incluso les beneficia mantener. De enfado y agravio. De tener la razón porque me conviene y los míos me compran el argumento. Cierto que quien dio el paso de romper la relación fue el Sevilla y debería ser el mismo club de Nervión quien ofreciese una solución. Dos vecinos no pueden vivir eternamente enfrentados, ni tampoco dar excusa alguna a los alborotadores de turno, que no necesitan que les toquen las palmas para sacar los pies del tiesto.
Si el Sevilla no actúa, que no lo hará, y sigue empeñado en mostrarse como un niño ofendido, el Betis tiene la oportunidad de tender un puente hacia la reconciliación y no quedarse en la comodidad de esto no va conmigo, de no es mi guerra... Es la de todos. Altura de miras, señores, que va en el cargo. La imagen de la ciudad está en juego. El derbi es nuestro. Queremos vivir el derbi con sevillanía, con gracia, con guasa, con deportividad... Y no es el camino que se ha tomado por parte del Sevilla y el Betis.
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