Laporta, tú luchaste contra lo que ahora eres

Ese Laporta joven, ágil, impetuoso, de sonrisa encantadora murió cuando dejó de ser presidente y se dedicó a derrapar por la parte oscura de la vida. Negocios turbios, sórdidos compañeros de viaje. Ayer a la salida de la Ciudad de la Justicia, quejándose del árbitro para tapar la estafa agravada de la que lo acusan hasta cuatro querellantes, asistió oficialmente al funeral del líder que fue y se convirtió en su más cruel parodia. Contó como siempre con la deprimente complicidad y seguidismo de la prensa deportiva catalana, que es en sí misma otra derrota por lo menos tan severa como la del joven y valiente Jan, arrasado por este dirigente populista, tramposo e imputado que es hoy. Por pereza, por desidia, y por intereses tal vez menos confesables los titulares se ocuparon todos del árbitro y ninguno de explicar la credibilidad de las denuncias que se sometían a juicio. Como en las tiranías del atraso, las jineteras de la propaganda comprada elevaron el delirio a dogma, pero no siempre Flick y su alegre y prometedor equipo podrán soportar sin romperse la degradación y el escándalo que las querellas del Caso Reus describen.

La democracia y la libertad son un esfuerzo, no una pancarta. El no entendimiento de esta obviedad ha sido la causa de los mayores dramas del Barça y de Cataluña. Tú luchaste contra lo que ahora eres y los que te vimos de verdad pensamos que podías hacer algo mucho mejor. Por eso nos duele tanto tener que reconocer que nos equivocamos, y que cada día nos lo recuerdes con tu arrastrarte infame.