El PSG se acerca a las semifinales ante un plano Aston Villa

Ese pulso en el banquillo marcó los días previos al duelo porque prometía muchísimo, reunidos los mismos protagonistas de la histórica eliminatoria entre el PSG y el Barcelona de 2017 (4-0 para los franceses en la ida, entonces entrenados por el vasco, y 6-1 para los azulgranas en la vuelta, con el asturiano al mando). Pero a la hora de la verdad no hubo mucho de aquella esencia sobre el césped.

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Salvador Sostres

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Tomó el mando el PSG y el Aston Villa se lo entregó a gusto. La llegada de Kvaratskhelia este invierno ha dado un extra de valor incalculable a los parisinos, y por su lado empezaron a atacar los locales. El georgiano fue, de largo, quien más propuso en el primer acto. Siempre incisivo, obligó a su defensor, el polaco Cash, a ir siempre al límite; y al resto de la defensa inglesa a estar con las orejas tiesas.

Por él pasaban todas las jugadas de ataque en el monólogo en el que se convirtió el encuentro, jugado prácticamente en campo de los 'villanos'. Emery lo fió todo a una contra salvadora. Y, cosas del fútbol, la encontró tras un robo de McGinn, una buena conducción de Tielemans y la culminación de Rogers.

Fue lo único reseñable que hizo el equipo de Birmingham en los primeros 45 minutos. Un premio excesivo, pero que les duró poco. Con el tanto en contra despertó Doué, joven extremo que en apenas cuatro minutos logró la igualada con un soberbio disparo desde la frontal que entró por la escuadra de la portería del Dibu Martínez. Inmediatamente después estuvo a punto de hacer el segundo.

No cambió el paisaje ni la actitud en el arranque del segundo acto. Emery sacó del campo a Cash, con amarilla, y metió a Disasi para tratar de amargar a Kvaratskhelia. Pero la apuesta le salió fatal. A la primera que tuvo, el georgiano desnudó a su nuevo oponente y marcó el segundo del PSG con un potente disparo raso ajustado al palo.

En su etapa de seleccionador, Luis Enrique insistía en mantener la posesión y seguir atacando cuando el equipo se ponía por delante. Esa costumbre no la ha perdido en París. Para eso, y para muchas otras cosas tiene a Vitinha, jugador estratosférico al que le ponen compañeros al lado en el centro del campo para disimular, porque da la sensación de que no los necesita.

Emery probó a cambiar el guion dando entrada a Marco Asensio, pero el juego del Villa siguió igual de plano. El tanto en la prolongación de Nuno Mendes hizo justicia al esfuerzo y las ganas del PSG.