Rubiales dimite: «Hay poderes fácticos que impedirán mi vuelta»
El ya expresidente de la RFEF anuncia en una carta su renuncia al cargo para no perjudicar al fútbol español y para centrarse en que prevalezca su verdad
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«Es evidente que no podré volver a mi cargo, para qué aferrarme»: lee el comunicado íntegro de Rubiales
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Luis Rubiales comunicó ayer, pasadas las diez de la noche, su renuncia al cargo de presidente de la Federación Española de Fútbol, una decisión tomada, según sus propias palabras, tras asumir que no podrá regresar a su puesto en el futuro y para no perjudicar al fútbol español ni a la candidatura española para el Mundial 2030.
El ya expresidente reveló sus intenciones en una carta publicada en sus redes sociales, en la que anunciaba en primer lugar, que había comunicado su decisión a su sustituto, el presidente en funciones Pedro Rocha. Rubiales también renuncia a su cargo como vicepresidente de la UEFA.
Poco después, se hizo pública también una entrevista con el periodista Piers Morgan, en la que confirmaba sus intenciones, y señalaba una conversación con su padre y sus hijas como el momento clave que le había hecho cambiar de postura. «Me dijeron: 'céntrate en tu dignidad, en continuar con tu vida, porque si no probablemente vas a hacer daño a gente a la que quieres, al deporte que amas».
Defenderé mi honorabilidad.
— Luis Rubiales (@LuisRubiales17) September 10, 2023
Defenderé mi inocencia.
Tengo Fe en el futuro.
Tengo Fe en la verdad.
Gracias a todos. 🇪🇸https://t.co/yS9rM1HBTm
«Tras la veloz suspensión realizada por FIFA, más el resto de procedimientos abiertos contra mi persona, es evidente que no podré volver a mi cargo», comienza diciendo Rubiales en su misiva. «Insistir en quedarme a la espera y aferrarme a ello no va a contribuir a nada positivo, ni a la Federación ni al fútbol español».
El cambio de postura de Rubiales se produce dieciséis días después de la famosa asamblea extraordinaria de la RFEF en la que gritó en varias ocasiones que no iba a dimitir por sus actuaciones en la final del Mundial femenino.
Desde entonces, el ya expresidente se ha visto denunciado tanto por el Consejo Superior de Deportes como por la Fiscalía, que le imputa dos supuestos delitos de agresión sexual y coacciones, mientras que la FIFA decidió suspenderle de su cargo durante noventa días mientras tramitaba el expediente disciplinario abierto contra él.
«Hay poderes fácticos que impedirán mi vuelta», proclama Rubiales en su carta para justificar su renuncia. Pero a la vez, la sustenta en su deseo de no perjudicar al fútbol español: «No quiero que el fútbol español pueda resultar perjudicado por toda esta campaña tan desproporcionada y, sobre todo, tomo esta decisión tras haberme asegurado de que mi marcha contribuirá a la estabilidad que va a permitir que tanto Europa como África sigan unidas en el sueño de 2030, que permitirá traer a nuestro país el mayor evento del mundo».
Rubiales sigue defendiendo su inocencia, y asegura que dedicará todos sus esfuerzos a partir de ahora en que prevalezca su verdad: «Debo mirar adelante, mirar al futuro. Ahora hay algo que me ocupa con firmeza. Tengo fe en la verdad y voy a hacer todo cuanto esté en mi mano para que prevalezca. Mis hijas, mi familia y la gente que me quiere han sufrido los efectos de una persecución desmedida, así como muchas falsedades, pero también es cierto que en la calle, cada día más, la verdad se está imponiendo».
El ya expresidente termina poniendo en valor su gestión al frente de la RFEF durante los cinco años en los que ha permanecido al frente del ente, deseando suerte a «los trabajadores, asambleístas, federativos y gente del fútbol en general», y agradeciendo a todos los que lo han apoyado en estas semanas.
Un tsunami
Las dos semanas largas que Rubiales ha permanecido enrocado han causado un terremoto de proporciones incalculables en todo el fútbol español. Las decisiones más inmediatas tomada por Pedro Rocha fueron destituir a Jorge Vilda como seleccionador femenino y ascender a Montse Tomé; y el nombramiento de la escondida Elvira Andrés, responsable de integridad en la época de algunos escándalos graves de Rubiales, como nueva directora de gabinete. Andrés ha prometido que la RFEF se va a convertir repentinamente en un «referente» de «la igualdad, la sostenibilidad y la transparencia». Ambas son medidas enmarcadas en los «cambios estructurales» que el antiguo mandatario de la Federación extremeña le prometió al CSD al aterrizar en su nuevo despacho de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas.
Existe, sin embargo, una sensación extendida de que la reforma del régimen clientelar que ha llevado a esta situación no está entre las prioridades de Rocha (que, no en vano, es el delfín de Rubiales). Y, quizá, de que tal renovación es sencillamente imposible. En estas semanas se ha hecho evidente que hay dos corrientes enfrentadas: unos que acusan a otros de deslealtad con el presidente suspendido; y otros que están esperando que los unos caigan junto con otros flecos amortizados.
Entre estos flecos, se da ya por seguro que Luis Medina Cantalejo, presidente del Comité Técnico de Árbitros, será por cuestiones bastante obvias el próximo directivo en caer: su apoyo a Rubiales (no rectificado) y el caso Negreira lo convierten en un activo quemado. Sólo el apoyo de algunos dirigentes territoriales explica su permanencia aún este fin de semana. Pero es que «aquí todo el mundo tiene cosas contra todo el mundo», en palabras de un empleado federativo. «¿Ambiente enrarecido?», responde a la pregunta del periodista. «¡Esto es la Guerra Fría! Hay una tensión brutal».
Más aún que Medina Cantalejo, es el secretario general de la Federación, Andreu Camps, quien funcionará como indicador biológico del nuevo ecosistema. El ariete principal del rubialismo en sus diversas batallas, que pidió desesperadamente a la UEFA un salvavidas para su jefe a cambio de sugerir sanciones para los equipos españoles, sigue en su despacho, inmune a las críticas, protegido por diversos 'barones' regionales, abandonado por el CSD, firme en su alianza con el otro poder fáctico vigente de la RFEF, Tomás González Cueto (responsable jurídico). Está por ver si el anuncio de la renuncia de Rubiales acelera la salida de todos sus fieles.
Aplauso del feminismo
Tras conocerse la decisión de Rubiales varias voces especialmente críticas con él salieron a congratularse. Entre ellas, Yolanda Díaz, vicepresidenta del Gobierno en funciones: «El país feminista avanza cada vez más rápido. La transformación y mejora de nuestras vidas es inevitable», escribía en sus redes sociales, a la vez que enviaba un nuevo mensaje de apoyo a Jenni Hermoso. Las ministras Ione Belarra e Irene Montero coincidieron en su reacción, un escueto «se acabó».
La renuncia abre la puerta, ahora sí, a un proceso electoral en la RFEF. «El Gobierno quiere que se cumplan los cambios estructurales y que se produzcan unas elecciones en la RFEF en tiempo y forma», declaraba Víctor Francos, presidente del CSD, en la Cadena Ser al conocer la carta de Rubiales. «Ha hecho lo que tenía que hacer. Es lo que le habíamos pedido la ciudadanía española. Una buena decisión».
Lo más inmediato será nombrar una Comisión Gestora, que debería salir de la misma Junta Directiva que asumió el poder cuando la FIFA suspendió a Rubiales. La única duda es si habrá elecciones inmediatas o se esperará hasta el último trimestre de 2024, que es lo que marca la ley al tratarse de un año olímpico. En principio, lo que marca el artículo 31.8 de los Estatutos es que haya elecciones cuanto antes, por lo que no es descartable que se produzcan dos elecciones; una de manera inmediata, y otra, convocada ya por el nuevo presidente, en ese último trimestre de 2024.
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