«O dimites o no volverás a trabajar en España»: los motivos de la rendición de Rubiales

Morgan ha afrontado verdaderos incendios en redes sociales, pero no ha desaparecido de los medios. El futuro de Rubiales parece bastante más tenebroso. Víctima de una 'cancelación' masiva pocas veces observada en la historia del deporte español, blanco principal del feminismo y generador del movimiento #seacabó (que ha arrastrado incluso a algunos periodistas), al ya expresidente de la Federación Española de Fútbol no le será desde luego fácil regresar a puestos de responsabilidad que le deparen una retribución anual de un millón de euros, como disfrutaba ahora (casi 700.000 euros de la federación y 250.000 euros por una vicepresidencia de la UEFA, a la que también renunció ayer).

Ni siquiera encontrará a corto plazo muchas oportunidades para desarrollar su vida profesional por otras vías. La razón principal de su dimisión, tal como confiesa a Morgan, es que «no puede continuar con su trabajo». Inhabilitado ya provisionalmente por la FIFA, es improbable que pueda encontrar acomodo en ninguna organización federativa del fútbol mundial. En España resulta inimaginable que encuentre acomodo en una institución pública o semipública, incluso aunque el TAD le absolviera del proceso administrativo paralelo en curso por faltas graves.

Su mayor y más urgente desafío será enfrentarse a la causa que este lunes ha abierto la Audiencia Nacional tras la denuncia presentada la semana pasada por la Fiscalía y por Jenni Hermoso. Esta aprecia que podrían ser «constitutivos de delito» los hechos que relata la Fiscalía en su querella y que podrían ser constitutivos de agresión sexual y coacciones a la futbolista de la absoluta Jennifer Hermoso.

La futbolista declaró formalmente ante la Fiscalía la semana pasada que el beso no fue consentido. Y añadió que tanto ella como su círculo más cercano fueron presionados por Rubiales y el entorno federativo para que quitase hierro públicamente a la actitud de su superior cuando le agarró la cabeza durante la entrega de premios del Mundial. El posible delito de agresión sexual donde se enmarca el beso está penado en el Código Penal con entre uno y cuatro años de prisión; el presunto delito de coacciones, con entre uno y tres años (más una multa).

Fuentes jurídicas y políticas consultadas habían señalado antes de conocerse la apertura de la causa que el apartamiento definitivo de Rubiales podría facilitar un eventual archivo del proceso judicial, toda vez que numerosos abogados cuestionan la tipificación del primer delito como «agresión sexual» y aventuran incluso dificultades futuras para Hermoso por su comportamiento cambiante (visto con suspicacia por un sector de la opinión pública). «La politización del caso podría conducir a un escenario complicado», señalaban. Rubiales, de hecho, aseguró que sufre persecución por parte de «poderes fácticos» que impedirían su vuelta. La entrevista completa con Morgan, de dos horas, será emitida esta semana.

Este futuro judicial tiene también otra derivada: los hechos a juzgar se produjeron en las antípodas, lo que obliga a cumplir una serie de requisitos para que el sea juzgado en España. La policía australiana anunció este lunes su disposición a colaborar con la investigación sobre el célebre beso en la boca (que podría ser tipificado como una ofensa sexual –asalto indecente– en el país oceánico, con una posible condena de cárcel). También confirmó que ninguna autoridad española se ha puesto aún en contacto con ellos. Pero la Fiscalía ha solicitado al juez instructor de la causa que se dirija a Australia para asegurarse de que la conducta también merece la calificación de delito en el país donde se celebró la final de la Copa del Mundo de fútbol femenino.

En las primeras horas de este lunes, el periodista Kike Marín desveló que dos personas habían resultado decisivas para que Rubiales aceptase la derrota y diese un paso al costado. La primera, su abogado de cabecera, Tomás González Cueto, que le habría explicado cómo las circunstancias actuales ya no le permiten seguir representándolo públicamente. (Abogado del Estado, González Cueto asesora jurídicamente a la Federación y dirige el despacho de abogados GC Legal junto con el actual secretario general de la entidad, Andreu Camps. De su despacho nacieron decenas de querellas presentadas por Rubiales durante el último lustro).

La segunda persona a la que Rubiales escuchó fue a su gran modelo, su padre, quien le aconsejó retirarse ya de escena si quería volver a encontrar un empleo en España o en el extranjero. Luis hijo comprendió que su postura podía conducirle definitivamente a la cuneta.

Un destino obvio para el expresidente dentro de un tiempo podría ser algún club, sobre teniendo en cuenta la cantidad de favores que aún se le deberán en el mundillo del fútbol tras cinco años de poder. Pero su enfrentamiento radical con el presidente de la Liga, Javier Tebas, tampoco augura un clima muy colaborativo con su causa, al menos de momento. Cierto es que son crecientes los casos de 'cancelados' que vuelven a su actividad profesional después de arrastrarse por el fango social y judicial durante un tiempo. Por el momento, no cabe duda de que el próximo gran duelo de Luis Rubiales Béjar es frente a los tribunales. En palabras de uno de sus antiguos empleados en Las Rozas, «lo de menos ahora para Luis es encontrar otro 'curro': si no hace más tonterías, ya tiene ahorros para algunos años».