Fernando Carro, arquitecto barcelonés del gran Leverkusen: «Si es con españoles, pues mejor, pero a mí lo que me interesa es el éxito»

-¿Quién es Fernando Carro?

-Soy un economista de 59 años que de pequeño estudió en el colegio alemán de Barcelona y he trabajado toda la vida en empresas alemanas y en este país.

-¿Economista? Pero usted está licenciado en ingeniería industrial...

-Sí, en ingeniería industrial y económicas. Es una carrera que en España no existe y que estudié entre 1984 y 1989 en Karlsruhe. Allí, de estudiante, además fui presidente de AIESEC, una asociación internacional de estudiantes. Luego, lo fui también a nivel nacional, entre 1989 y 1990, y entre 1991 y 1993 lo fui a nivel mundial. Esta asociación nació tras la II Guerra Mundial y fue creada por estudiantes de economía fortalecer el intercambio cultural y evitar conflictos futuros en Europa

-Y de ahí, el salto a la empresa.

-En 1993 entré a trabajar en Berstelmann, una empresa de medios de comunicación. Yo siempre me he considerado economista. Me encanta manejar gente y tener puestos de liderazgo. En Berstelmann fui creciendo y acabé dirigiendo una división con 70.000 personas y 4.000 millones de facturación.

-¿Es cierto que hizo sus pinitos de periodista deportivo?

-Sí, sí. En mi época de estudiante hice de 'freelance'. Lo hice como un hobby y cobraba por artículo. Entrevisté en un ocasión a Ángel Nieto y en otra a Mario Kempes para medios austríacos. También trabajé en la radio austríaca para el Mundial de España de 1982 y escribía artículos sobre deportistas en España para medios de países germanoparlantes y viceversa. Estuve en Lausana cuando en 1986 le dieron los Juegos a Barcelona... Me dijeron que tendría que haber trabajado de periodista, pero a mí no me gusta escribir, a mí me gusta preguntar. Radio sí hubiera hecho, pero escribir no (risas).

-A su madre también le gustaba hablar. Y enseñar. ¿A quién le dio clases de español?

-A Udo Lattek y Hans Krankl. Con Krankl llegué a vivir en su casa cuando era estudiante y mantengo una buena amistad. He estado en las bodas de sus hijas y hablamos regularmente. Con la viuda de Lattek mantengo también buena relación.

-En 2018 aterriza usted aquí. ¿Cómo se llega a ser CEO del Bayer 04?

-Hubo un proceso de selección de casi un año a través de un 'headhunter' que ya en el pasado me había hecho ofertas profesionales y yo había rechazado. Siempre le decía que quería hacer algo en el mundo del deporte. Fue Werner Wenning, presidente del consejo de vigilancia, que es el consejo que representa al accionista, el que me ficha en marzo de 2018 a través de ese 'headhunter'.

-¿Cómo han sido estos seis años?

-Pues han sido muy interesantes. Tuve una buena acogida y desde el primer momento me sentí muy a gusto. En lo deportivo, trabajé mano a mano con Rudi Völler (mítico jugador alemán y director deportivo hasta 2022) y aprendí mucho de él. También en mis inicios tuve cuidado de no aparecer demasiado en los medios para no decir cosas que no debía. Luego el cambio más gordo fue subir a Simon Rolfes de director deportivo del fútbol base a director general deportivo del club. Y, ahora, pues somos un club de fútbol de 400 personas y con 300 millones de presupuesto, más profesionalizado, con mejores estructuras y que intentamos invertir inteligentemente los recursos para tener un gran equipo, como lo tenemos hoy.

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-Es un ejecutivo muy activo...

-Es que debe ser así. En el fútbol alemán mandan los ejecutivos. Y mi impresión es que en España mandan los presidentes que no son ejecutivos.

-En lo deportivo, la pelea no es sencilla. Bayern, Borussia, Leipzig… ¿Qué balance hace?

-El objetivo siempre ha sido estar entre los cuatro primeros de la Bundesliga, en el top 20 en Europa y jugar todos los años Champions. Es verdad que el Bayern tiene el triple de presupuesto, el Borussia el doble y el Leipzig también tiene más que nosotros, así que si hay una temporada en la que sale un equipo que da la sorpresa, como ha ocurrido últimamente con el Borussia Mönchengladbach, el Eintracht o el Stuttgart, quedar entre los cuatro primeros se vuelve difícil. Con menos dinero que el resto, intentamos invertirlo inteligentemente para competirles de tú a tú.

-La ciudad está loca con la conquista de la Bundesliga.

-Para Leverkusen es algo único lo que estamos viviendo. Un título que los aficionados llevan muchos años esperando, pero, independientemente de la Bundesliga, el crecimiento del club viene desde tiempo atrás. Hemos duplicado los socios de 25.000 a 50.000, así que tenemos listas de espera para abonados, algo que no había pasado nunca. Antes era imposible llenar el estadio un jueves en la Europa League a las 21.00, que para Alemania es un horario muy tarde, y hoy en día pagan lo que sea por venir. También hemos subido en venta de camisetas y venta de merchandising, y somos el tercer club a nivel de 'social media', tras Bayern y Borussia Dortmund. En definitiva, hemos profesionalizado, internacionalizado y digitalizado el club, pero solo se ve cuando acompaña lo deportivo.

-¿Qué ha pasado con la ciudadanía de honor que querían otorgaros?

-Ha habido algunos debates públicos sobre este tema. Estamos muy agradecidos a la ciudad y a la gente, así que le evitamos al alcalde llevar este asunto a votación.

-¿Qué influencia tiene Bayer en el día a día del club?

-Es el dueño, pero la relación con Bayer la lleva Wenning. Este club nació por empleados de Bayer y ellos sienten que este es suyo, algo lógico. Pero nosotros, relativamente, somos independientes. Bayer es un gigante, una empresa gigante, y nosotros necesitamos rapidez y agilidad en las decisiones. Así que en comparación somos una pequeña empresa independiente dentro de Bayer y, relativamente, autárquica.

-Usted, Xabi, Grimaldo… ¿Le gusta la influencia española en su Bayer?

-En mi opinión, Grimaldo es el mejor lateral izquierdo de Europa y Xabi es el mejor entrenador del momento. Claro, me enorgullece, pero, más que porque sean españoles, me enorgullece el éxito que estamos teniendo. Que venga de españoles, alemanes o ingleses me es igual. A mí lo que me interesa es el éxito. Y si trabajas duro lo que quieres es tener éxito. Si es con españoles mejor, pero lo importante es tener éxito.

-Ha salido bien, pero había un componente elevado de riesgo cuando decidieron ir a por Xabi.

-Yo nunca consideré un riesgo fichar a Xabi Alonso. Cuando estuvimos en San Sebastián, las conversaciones que tuvimos con él me mostraron un Xabi muy analítico y muy inteligente. Sabía lo que quería, tenía experiencia, aprendió de muchos entrenadores distintos… Es verdad que hubo gente desde fuera que lo vio como un riesgo, pero yo no. Lo vi como una apuesta segura.

-¿Qué le convenció de Xabi durante esas reuniones?

-Su personalidad. Simon Rolfes habló mucho con él de qué tipo de fútbol querían para el Bayer 04 y a mí me interesaba más su personalidad, su capacidad de liderazgo. Como vengo del mundo de la empresa, soy consciente que el puesto más difícil en el fútbol es el del entrenador. Tiene que manejar a mucha gente, tomar decisiones continuamente, entrenar… Debe tener una capacidad de facetas muy distintas, y al final la personalidad y la capacidad de liderazgo para que el vestuario le siga es importante. Vi en él un líder.

-¿Habrá triplete?

-Mi deseo es que lleguemos a la final de la Europa League y que ganemos los tres títulos. Ese es mi gran deseo. Estamos en la final de Copa ante el Kaiserslautern (a punto de bajar a Tercera división), y hay que ser prudente, pero ese partido hay que ganarlo. Somos favoritos. En Europa League, es verdad que la Roma es difícil. Lo está haciendo bien con De Rossi y el año pasado caímos contra ellos. Así que tenemos una segunda oportunidad y el equipo irá a por todas para jugar la final y para acabar la temporada invictos.