Fútbol
El escándalo Rubiales se vuelve mundial
Intervención de la FIFA, portadas en todos los periódicos del mundo, protestas en todos los países y el riesgo de las secuelas
El plan del Gobierno para inhabilitar a Rubiales

Este sábado, los suscriptores al suplemento que el 'Financial Times' dedica cada semana al negocio del deporte recibieron un e-mail titulado: «La nueva crisis del fútbol español». «Lo que debería haber sido un momento gozoso ha degenerado rápidamente en un escándalo», escribe su responsable: « ... Así que pensemos por un momento en La Roja, que debería estar alborozándose en su victoria en lugar de tener que luchar para que los dirigentes de su propio deporte conserven los niveles más básicos de decencia y respeto«.
Ni siquiera el caso Negreira o los insultos racistas a Vinicius Jr. (que también menciona el diario británico) tuvieron una repercusión internacional comparable al bochornoso espectáculo del presidente de la Federación: las miserias del fútbol español han merecido portadas esta semana en el 'New York Times', el 'Washington Post', 'USA Today', 'ESPN.com', 'The Guardian', 'La Nación' o 'Le Monde', entre otras incontables cabeceras. El viernes y el sábado, la 'BBC' abrió su 'Global News Podcast' diario con el maltrato a las futbolistas españolas y la falta de reacción institucional. Desde México, algunos periodistas han mostrado su preocupación por cómo la reciente ola de atracos en casas y robos ha sido silenciada por el beso a Jenni Hermoso, que ha copado la actualidad del país norteamericano durante tres días.
El número de jugadoras internacionales y referentes del deporte de todo el planeta que ha mostrado su apoyo a las integrantes de la Selección en las últimas 48 horas es sencillamente abrumador, como demuestra un simple vistazo a las redes sociales. Ayer al mediodía la FIFA resolvió el retraso del Consejo Superior de Deportes en tomar medidas tajantes para detener la hemorragia y reaccionó al alboroto internacional suspendiendo a Luis Rubiales «de toda actividad relacionada con el fútbol a nivel nacional e internacional» durante un plazo máximo de 90 días (mientras se tramita el procedimiento disciplinario abierto el pasado jueves). En una acotación casi humillante, y «al objeto de preservar los derechos fundamentales» de Jennifer Hermoso, la FIFA ordenó además a Rubiales «que se abstenga, mediante el mismo o terceros, de contactar o intentar contactar con la jugadora o con su entorno cercano».
La FIFA, como la UEFA, se consideran a sí mismas entidades supranacionales sujetas a su propio derecho a quienes no afecta el sistema jurídico de cada país. Son las dueñas tanto del reglamento como de las competiciones y por tanto todo lo referente al fútbol les compete. Al producirse los hechos en el marco de una competición de FIFA afectando a su propia imagen y viendo que la entidad delegada nacional (RFEF) no solo no ha hecho nada, le abre expediente y le aplica medidas cautelares (la suspensión previa) dentro de su propio reglamento.
La RFEF comunicó que, recibida la notificación de la Comisión Disciplinaria de FIFA de la suspensión provisional de Rubiales (que se defenderá legalmente, dice) y de acuerdo con lo previsto en los estatutos, el vicepresidente adjunto, Pedro Rocha Junco, asume la presidencia interina durante estos tres meses. Una figura cercana a Rubiales, persona de perfil bajo y fama de buen gestor, que llegó al mando de la territorial del fútbol extremeño en 2013 y con polémica, acusado de fraude electoral (falsedad documental y falsificación de firmas).
El goteo de voces que se unían al lema 'Se acabó' y apoyan la decisión de las jugadoras de abandonar la selección no hizo sino crecer el sábado tras conocerse la medida punitiva de la FIFA (incluyendo a algunas que se retractaron de sus aplausos del viernes).
También estuvo activa la Federación en la defensa de su suspendido presidente y en nuevos ataques a Jenni Hermoso, a la que acusó de «mentir en todas las afirmaciones formuladas contra» Rubiales «en un texto claramente preparados por terceros». El organismo no entiende el cambio de opinión de la jugadora y promete acciones legales «contra aquellas personas que están falseando la realidad y cometiendo delitos muy graves». Un comunicado que, una vez recibido el castigo de la FIFA, fue borrado.
Algún día, lejano aún, se evaluarán los costes intangibles y económicos de las acciones de Luis Rubiales y su camarilla tras la fabulosa conquista del Mundial femenino (especialmente en un contexto geopolítico en el que el deporte tiene cada vez más valor para la marca país, siendo utilizado por naciones con poco respeto a los derechos humanos para limpiar su reputación, y recibiendo críticas por ello desde Europa). Si el deporte español había tenido ya un mal año en cuanto a reputación por las repercusiones de los pagos del FC Barcelona al vicepresidente de los árbitros (el 'caso Negreira') y por la ineficaz lucha contra el racismo y los cruces de declaraciones entre Javier Tebas (presidente de la Liga) y Vinicius Jr., los gestos obscenos y el abuso de autoridad de Rubiales han deslucido por completo la gesta de Sídney mientras España prepara su candidatura para albergar el Mundial 2030.
El tiempo
El Gobierno es perfectamente consciente del daño a la marca España y al fútbol nacional, razón por la que el secretario de Estado para el Deporte, Víctor Francos, pidió al TAD este viernes que se reuniera de forma extraordinaria el próximo lunes, «porque todo el tiempo que podamos ganar será bienvenido». España, Portugal y Marruecos tienen previsto lanzar su candidatura este mes de octubre. Sin embargo, hay una fecha clave para el éxito de esta propuesta: el próximo Congreso de la UEFA, a celebrar (precisamente) en Madrid el 8 de febrero del 2024. El emplazamiento de la cita es un gesto de la UEFA en apoyo de esa candidatura; nadie duda de la conveniencia de llegar a febrero con una nueva directiva electa que permita olvidar este caso cuanto antes, con una imagen renovada, respetuosa y acorde a los tiempos (es de suponer que para entonces Rubiales ya no ostentará una vicepresidencia del ente que rige el fútbol europeo).
El 'escándalo Rubiales' ha sido también aprovechado, cómo no, por célebres antiespañoles para robar algún minuto de protagonismo y mostrar sus peculiaridades psicológicas: destaca entre ellos Josep Lluís Alay, jefe de la oficina del fugado expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, que prefirió centrar sus críticas en las jugadoras: justificó el acoso sufrido por Hermoso como «el precio por jugar con la camiseta española» y reprochó a Alexia Putellas, la Balón de Oro, que haya expresado sus quejas contra Rubiales en idioma castellano.
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