Deportistas en silla de ruedas y con unos 12.000 euros de compensación: «Te sientes abandonado»

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En el caso de lesiones medulares como la de Márquez Quesada, la recuperación no llega con el alta hospitalaria. Y adaptar tu vida a tu nueva realidad, empezando por comprar una silla de ruedas y seguir con la rehabilitación, supone hacer esfuerzos económicos de más de tres ceros. La sucesión de malas noticias continuó cuando el seguro obligatorio que tiene cualquier deportista federado les comunicó que su responsabilidad acababa «con 18 meses de asistencia sanitaria y una indemnización de 15.000 euros» de la que aún no han recibido ni un céntimo. «Sólo la rehabilitación es bastante cara, si no fuera porque tengo una beca mi familia tendría que hacer un esfuerzo muy grande. Además hemos tenido que alquilar un piso, porque mi casa no se podía adaptar», cuenta el gimnasta, que pese al aplomo con el que habla reconoce que sí se ha sentido «abandonado» por la federación.

Gracias a la Fundación Lucas18, que asesora a deportistas que han sufrido lesión medular, supo que podía pelear con una indemnización mejor. La Ley del Deporte que entró en vigor el 1 de enero de 2023, explica su abogado, Jaime Machado, establece que «la cuantía de las prestaciones mínimas del seguro obligatorio deportivo (SOD) será, como poco, la del baremo establecido para la valoración de los daños y perjuicios causados en accidente de circulación». Según esta norma y el peritaje médico, a Adrián Márquez Quesada le correspondería una compensación «superior a tres millones de euros», apunta Machado, que ya ha puesto en marcha la demanda correspondiente para defender los derechos del gimnasta.

«Sólo la rehabilitación es bastante cara. Si no fuera porque tengo una beca mi familia tendría que hacer un esfuerzo muy grande«

No es el único caso. El letrado también lleva el pleito de Sergio Martín (27 años). Este ciclista profesional del equipo Caja Rural tuvo un choque frontal con una furgoneta mientras entrenaba en la sierra madrileña para una contrarreloj el 7 de marzo de 2023. «Antes de perder el conocimiento fui capaz de coger el teléfono y llamar a mi madre, casi por instinto», recuerda.

Estuvo veinte días en la UCI y cinco meses en Toledo. «El equipo tenía una mutua de accidentes que ha podido cubrir mi rehabilitación, la silla de ruedas y cualquier cosa que necesitase; me han ayudado mucho. Pero si no fuera profesional hubiera tenido problemas, porque otros seguros y federaciones se han olvidado de mí. Los semiprofesionales o juveniles que están entrenando corren los mismos riesgos y no tienen esos apoyos. No se debería jugar con esto, al final se parten vidas», asegura.

Antes

Después

Él comenzó con una rehabilitación muy intensiva, de 25 horas semanales, pero ahora hace doce para encontrar el equilibrio entre el ejercicio y su vida social y laboral. De hecho está tan agradecido al equipo que en un futuro le gustaría volver a formar parte, de otro modo, del proyecto. Martín cuenta además con la ayuda de un psicólogo para aceptar su nueva realidad y «mirar hacia delante».

Mucho más indignado está, aún hoy, Carlos Tatay (21 años), que sufrió en julio de 2023 una caída a más de 260 kilómetros por hora en el Europeo de Moto2 del JuniorGP en un circuito de Portugal. «Al principio todo fue bien, hasta que las federaciones [valenciana y española] recibieron el parte de lesión medular. Ahí desaparecieron», relata. Ahora está a la espera de juicio. Su abogado, Raúl Castañeda, además de llevar el litigio y mientras se resuelve el embrollo de los seguros, le ayuda a financiar su rehabilitación, que supera los 5.000 euros mensuales.

Antes

Después

«No eres consciente de lo que te puede pasar y al final federación hay solo una, ellos juegan con eso. Con el margen de beneficios que tienen podían aumentar la cobertura de los seguros para estos casos», asegura el piloto, que afirma que, con todo, el gusanillo de la competición siempre está ahí. Hace dos semanas compitió en 'rally-raids' y su sueño es correr el Dakar.

Para la Fundación Lucas 18, que lleva años peleando junto a pioneros como Alberto Aláiz para que los federados de cualquier nivel reciban indemnizaciones dignas, haber logrado que la nueva Ley del Deporte establezca que las compensaciones por lesión medular deben equipararse al baremo de tráfico fue un verdadero éxito. Sin embargo, ver ahora que esta reforma no se está aplicando supone una nueva decepción contra la que, eso sí, no piensan dejar de luchar.

Antes

Después

«Te sientes abandonado. Al final cualquiera cambiaría la mejor de las indemnizaciones por no tener lesión. El dinero no da la felicidad, pero te da la opción de poder adaptar tu vida, pararte y pensar», reconoce Lucas de Ulacia, que junto con su padre puso en marcha la fundación al darse cuenta en 2019 de que el reglamento que fijaba las indemnizaciones en caso de lesión medular no se había actualizado desde 1993. Entonces se hablaba de dos millones de pesetas, por eso los seguros ofrecen aún hoy esas pírricas compensaciones a los lesionados.

«Yo cogí esta bandera por todos los niños que están haciendo deporte, no solo por los profesionales que pueden acceder a una indmenización por accidente laboral. El problema es que, afortunadamente, somos cuatro gatos», asegura Aláiz, que sostiene que, las mismas federaciones que desaparecen ante estos grandes problemas, son las primeras que hablan de casi cuatro millones de deportistas federados. «Para que haya un Nadal o un Márquez se necesitan muchos chavales practicando y las federaciones tienen miedo de que al subir los seguros y subir el precio de las fichas«.

Desde el Consejo Superior de Deportes (CSD) explican a ABC que no se han actualizado los seguros de las federaciones correspondientes porque es necesario un reglamento que desarrolle los principios de la ley, según el artículo 22.2.c. y la disposición adicional quinta de dicha normativa. Además, afirman que están trabajando en este desarrollo normativo y que es «una de sus prioridades». Mientras, puntualizan, está vigente el de 1993, por lo que «no se puede hablar de desprotección».

Desde la Federación Española de Motociclismo argumentan, en línea con el CSD, que mientras no exista este reglamento que diga en qué casos y cómo aplicar ese nuevo precepto de la Ley del Deporte no pueden hacer nada. Durante un tiempo, tuvieron además la opción de contar con una póliza ampliada que solo contados pilotos contrataban. Eso sí, advierten: «Eso implicará que suba el precio de las licencias, quizás de manera exponencial, porque está muy condicionado por el seguro». La pena, lamentan los deportistas lesionados, es que, mientras continúa la batalla legal, muchos jóvenes perderán su oportunidad de tener una vida mejor por no tener los apoyos necesarios.