el caso iván pajuelo
La batalla perdida por las autopsias en las muertes repentinas en el deporte
Las autoridades antidopaje trataron sin éxito de crear un protocolo para analizar los cuerpos de fallecidos por sorpresa, como Pajuelo o Puerta
El proyecto de analizar los órganos quedó frenado cuando se requirió poner de acuerdo a tres ministerios diferentes
Una investigación revela que el atleta Iván Pajuelo, fallecido en enero, se trató con el doctor Maynar

Del futbolista Antonio Puerta al atleta Iván Pajuelo, la muerte tiene un recorrido contradictorio y penoso en el deporte español. Detrás de la tragedia, la soledad y el ocaso repentino se esconde un vacío legal en el afán por llegar a las últimas consecuencias. ... En España no hay un protocolo establecido para los fallecimientos súbitos, fulminantes o inesperados. Hace un lustro, con José Luis Terreros al mando de la Celad (Comisión española para la lucha antidopaje en el deporte), las autoridades antidopaje intentaron crear, sin éxito, un sistema de actuación para analizar en las autopsias los cuerpos de los deportistas fallecidos. La burocracia, ese manto tan nocivo en el devenir de un país, frenó la iniciativa.
El atleta Iván Pajuelo murió a los 31 años mientras preparaba una prueba de marcha, dos días incomunicado, en la soledad de un apartamento en San Fernando (Cádiz). Unos días antes había emitido mensajes inquietantes en las redes sociales. «Luchando cada día por el lugar al que quiero llegar. No me gustaría irme de este mundo sin cumplir todos mis sueños. En especial el de ser feliz». Murió casi en el anonimato, hasta que la noticia saltó a los medios de comunicación.
Fuentes policiales aseguran a ABC que lo más probable es que al marchador no se le realizase autopsia, puesto que si no lo pide una autoridad legal (el fiscal, la Guardia Civil, la Policía Nacional), lo normal es no practicar una necropsia. No a todas las personas que fallecen en España se les hace una autopsia, tiene que haber una petición expresa y legal.
Lo que no se sabía es que Iván Pajuelo se había puesto en manos del doctor Marcos Maynar y su ayudante Ignacio Bartolomé para aumentar su rendimiento deportivo. Maynar ha sido detenidos dos veces y posee un largo historial vinculado al dopaje, tanto en el ciclismo como en las traineras, y en última instancia, el atletismo, con Pajuelo. Una investigación policial lo conecta al marchador en 2021, en su camino de preparación para los Juegos Olímpicos de Tokio después de haber sido campeón de España de 50 kilómetros marcha. Maynar está a la espera de juicio oral por su implicación en la operación Ílex, por presunto tráfico de sustancias dopantes que involucró al ciclista Miguel Ángel 'Supermán' López y al exdirector de ciclismo Vicente Belda.
Jarque y Puerta
Hace años, en plena epidemia de casos de muerte súbita en el fútbol y otros deportes, las autoridades antidopaje plantearon la creación de un protocolo que cubriese documentalmente los fallecimientos de deportistas en situaciones extraordinarias, repentinas o extrañas. Son los casos de Iván Pajuelo, Dani Jarque y Antonio Puerta, entre otras muchos.
Los guardianes del antidopaje en España plantearon la opción de obtener muestras de órganos, el hígado por ejemplo, de los deportistas muertos con el objetivo, entre otros, de descifrar posteriormente si había consumido sustancias prohibidas y utilizarlo como un método preventivo para evitar las trampas en el deporte.
Y así se empezó a trabajar en una fórmula que incluyese la obtención de muestras de órganos en atletas de mediana edad y sin patologías conocidas. Pero la iniciativa se encontró con una pared insalvable, la burocracia y los plazos eternos. Para llevar a cabo el protocolo con todas las garantías legales tenían que tramitarse permisos y normas en tres ministerios, Sanidad, Interior y Justicia. Tres de los pilares del ordenamiento orgánico en España.
Tres ministerios
El proyecto avanzó según su concepción inicial. Un protocolo de autopsias más amplias aplicable a las muertes extrañas de deportistas, con unos actas de trabajo reguladas para los forenses y según un rango de edad de los deportistas. El asunto quedó paralizado cuando hubo que poner de acuerdo a tres ministerios.
El futbolista Antonio Puerta fue el caso más sonoro de las muertes súbitas de atletas en España. El jugador murió en el césped del estadio Sánchez Pizjuán, mientras su equipo, el Sevilla, disputaba un partido de Liga con el Getafe el 28 de agosto de 2007. Según la autopsia, no mostraba las lesiones habituales de las miocardiopatías arritmogénicas, como se pensó en un principio. Un corazón sin las alteraciones propias de estas afecciones cardíacas.
La Revista Española de Cardiología publicó en 2021 un estudio científico en el que un equipo multidisciplinar analizó desde un punto de vista forense los hallazgos de 288 personas fallecidas mientras realizaban actividad deportiva. La incidencia de muerte súbita en el deporte afectó a 0,38 casos por 100.000 habitantes y año, casi todos varones (99%). La mayor incidencia se observó en adultos entre 35 y 54 años (44 de media). El 56% realizaba la actividad deportiva al aire libre y el 44%, en cerrado. Cuando se produjo el fallecimiento, solo el 4% realizaba deporte de competición. Y la información relevante: en el 7% se detectaron sustancias tóxicas (cannabis, fármacos que prolongan el intervalo QT y cocaína). Y en tres casos, varios productos combinados.
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