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Atletismo

Adrián Ben, campeón de Europa de 800 metros

Europeo en Pista Cubierta

El gallego suma la segunda medalla de España tras la plata de Adel Mechaal en el 3.000

Enrique Llopis, evacuado en camilla tras golpearse en la cabeza en la final de 60 metros vallas

Adrián Ben cruza la meta como ganador del 800 del Europeo AFP
Javier Asprón

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Eran las seis de la tarde en el Atakoy Arena de Estambul y un profundo estado de intranquilidad se apoderaba de la delegación española en el Europeo en pista cubierta. Faltaba una hora para la clausura y en el medallero aparecían 19 países, pero no había rastro de la bandera rojigualda. Desde el viernes, primer día de reparto por los podios, todo había sido una sucesión de decepciones, una cascada de por pocos y de casis. Una hora más tarde, el oro de Adrián Ben en los 800 y la plata de Adel Mechaal en el 3.000 dibujaban la primera sonrisa en la expedición mientras se esperaba poner un broche decente a los campeonatos con un tercer metal. Sin embargo, el cierre volvió a ser trágico por la brutal caída de Enrique Llopis en los 60 vallas. El peor Europeo en cuanto a medallas desde 2015 terminaba de la peor manera.

Para seguir la secuencia cronológica de esa hora infartante hay que girar la mirada hacia la línea de salida del 3.000. Se acababa de perder la opción de medalla en el relevo 4x400 (otro cuarto puesto) y en la misma pista, separado solo por un atleta del imperturbable Jakob Ingebrigtsen, aparecía un Adel Mechaal reconcentrado, consciente quizás de la nueva responsabilidad adquirida. El de Palamós, que es un valor seguro en estos envites, recogía el guante y brindaba una carrera contundente, a la altura de su magnífico invierno, que culminó hace solo una semana con el récord de España de 1.500. En la meta firmaba su mejor marca de la temporada (7:41.75), lo que le dio para lograr la plata, pero no para batir a Ingebrigtsen, de nuevo a otro nivel.

«Está en un estado de forma increíble, y a los demás nos toca seguir trabajando para intentar darle caza en verano», decía el español, que resistió el ritmo creciente que impuso el noruego hasta los últimos 150 metros. Ahí cedió. «En el último cien siempre tiene una marcha más», reconocía Mechaal.

Machada a la gallega

Sin tiempo de reacción saltó a la pista Adrián Ben. Sin tiempo de reacción saltó a la pista Adrián Ben. Al gallego ya se le había puesto cara de medalla en la semifinal, y en la carrera decisiva no hizo más que confirmar que es un animal competitivo. Mostró la misma fiereza que le llevó a ser finalista olímpico en Tokio 2020 y mundial en Doha 2019. Al paso por el primer 400, el flequillo más famoso de Viveiro aceleró desde los puestos traseros y fue ganando posiciones hasta situarse a la altura del francés Benjamin Robert cuando la campana decretó que era la hora de los valientes. Ellos dos se jugaron el oro en una llegada de foto-finish que dio vencedor al gallego por solo tres milésimas.

«He visto que salían muy fuertes y he intentado no ponerme nervioso porque en Múnich ya pagué que me ocurriese eso», contaba Ben nada más terminar la carrera, muy sonriente y agradeciendo a diestro y siniestro. A sus padres, a su novia Águeda Marqués, finalista en el 1.500 en este Europeo, a entrenadores y demás miembros de la selección... «El caso es que ha habido un montón de toques y eso me ha beneficiado«, continuaba. »Y a falta de 220 metros he tirado para adelante hasta ponerme segundo. Ahí ya tenía claro que tenía que darlo todo para que no se escapase. Tener una medalla internacional era mi sueño. Todos mis compañeros tenían una, Álvaro (de Arriba), Mariano (García), Saúl (Ordóñez)... Yo quería la mía también».

Mucho chocolate

Fueeron las primeras alegrías de la delegación española después de bastantes decepciones, incluso en esta jornada final. Porque por la mañana ya se había quedado sin medalla Jaime Guerra, que llegaba con muchísimas opciones a la final de longitud. En su primera final internacional, el de Cornellá sabía que debía superar los ocho metros para atrapar una medalla. Pero no pudo. Se quedó en 7,84 en su mejor salto, lo que le dejó sexto. No se equivocaba el catalán. El bronce se lo quedó el rumano Gabriel Bitan con un salto de 8,00 metros exactos.

En esa final el griego Miltiadis Tentoglou amplió su reinado. Se fue hasta los 8,30 para sumar su tercera corona continental consecutiva en pista cubierta. Solo le falta el oro mundial al aire libre, al que aspira este mismo verano en Budapest, para completar una colección de ensueño.

Y aún hubo otra decepción con el 4x400. De nuevo la ingratitud del cuarto puesto esperaba al equipo español, que se las prometía muy felices después del inicio explosivo de Óscar Husillos, impecable en la primera posta para entregar a Markel Fernández con una distancia considerable sobre el resto de finalistas. Tanto el vasco como Lucas Búa, tercer relevista, aguantaron esa primera plaza, aunque la ventaja fue menguando. Para cuando el joven David García Zurita (17 años) tomó el último testigo, aún se soñaba con el oro. Demasiada carga para el joven atleta extremeño, superado primero por Bélgica, el ganador final, y luego, en plena recta de meta y a falta de pocos metros, tanto por Francia como por Países Bajos. García Zurita, que venía como suplente a Estambul, como Markel Fernández, se vio de repente atrapado en la cueva del oso. No era su sitio, pero las lesiones durante el campeonato de Iñaki Cañal y Manuel Guijarro le situaron ahí. El chaval no pudo ni comparecer ante los medios, con una mezcla de desolación e indigestión.

«Era una papeleta importante para los novatos», admitía Lucas Búa, resignado por la mala suerte que les ha acompañado en este Europeo. «Vernos de esta forma, primeros y con esa enorme ventaja durante la carrera... Sabíamos que podíamos hacer podio, ser campeones de Europa, pero... Tengo que dar las gracias a estos compañeros. Quien creyese que los niños no podían dar la talla, se ha equivocado. Este equipo está hecho para soñar».concedía Husillos, que también fue cuarto en el 400 individual. El palentino llegó a Estambul dispuesto a colgarse dos medallas y se marcha con un cargamento de chocolate.

El último cuarto puesto del día lo firmó Lorea Ibarzábal en el 800 femenino. La madrileña, debutante en un gran campeonato, mejoró de nuevo su mejor marca personal (2:00.87) y rozó el bronce.

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