Polémica entre Italia y Francia por la escalinata de la Plaza de España
Un informe del Tribunal de Cuentas de París que criticaba la gestión del patrimonio francés en la capital italiana genera controversia al ser interpretado como una reclamación sobre el icónico monumento
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Parece una inocentada a destiempo, pero el asunto no es para bromas porque ha surgido una polémica entre Italia y Francia sobre la propiedad de la icónica escalinata de Trinità dei Monti, que conecta la iglesia del mismo nombre con la Plaza de España. ... El Tribunal de Cuentas de París emitió un informe criticando la gestión del célebre monumento, lo que fue interpretado por algunos medios como una reclamación francesa sobre la escalinata más célebre del mundo, visitada diariamente por miles de turistas e inmortalizada en famosas escenas de películas y en series de televisión.
Con cierta provocación, la ministra italiana del Turismo Daniela Santanchè ha escrito en la red social X: «¿Qué sería de Francia sin Italia? No pueden prescindir de nuestro lujo, de nuestras obras, de nuestra belleza. Pero ahora exageran: También quieren apropiarse de la escalinata de Trinità dei Monti».
En los últimos meses, técnicos franceses enviados por los magistrados del Tribunal de Cuentas de París visitaron Roma para controlar la gestión del patrimonio francés presente en la capital italiana. Entre los bienes incluidos en el informe también se encuentra el complejo de Trinità dei Monti, uno de los símbolos de la Ciudad Eterna.
El informe de los magistrados franceses es despiadado: denuncia la dejadez y desinterés en la gestión del patrimonio, calificándola como demasiado «descuidada» y poco rigurosa. En la Ciudad eterna, el rico patrimonio francés incluye cinco iglesias y numerosas propiedades en su centro histórico, destacando entre ellas, además, Villa Medici, la iglesia de San Luigi dei Francesi, algunos palacios históricos y numerosos apartamentos y locales que se alquilan a privados e instituciones. Según el Tribunal de Cuentas de París, los ingresos por el alquiler de las propiedades francesas en Roma deberían garantizar el mantenimiento de las iglesias y su patrimonio artístico.
En 1790, el Papa Pío VI decidió confiar al cardenal François-Joachim de Pierre de Bernis, entonces embajador de Francia ante la Santa Sede, la gestión unificada de todos los edificios religiosos franceses en Roma, agrupándolos bajo una única administración: los 'Pieux établissements de la France à Rome'. Popularmente se conoce como Obra Pía. También España y otros países tienen su Obra Pía, que incluyen 'establecimientos' religiosos y numerosos pisos y locales que se alquilan.
La escalinata de Trinità dei Monti, con sus 136 escalones, fue encargada por el cardenal francés Pierre Guérin de Tencin y construida entre 1723 y 1725 gracias a la financiación del mecenas francés Étienne Gueffier, que invirtió en su construcción la considerable suma de veinte mil escudos. La decisión de construir la escalinata estuvo motivada por el deseo de crear un acceso llamativo a la iglesia de la Santissima Trinità dei Monti.
Además, una placa conmemorativa a lo largo de la escalinata recuerda su construcción (la inauguración fue en 1725) bajo la dirección del arquitecto Francesco De Sanctis durante el papado de Benedicto XIII Orsini. La misma placa destaca la contribución francesa a la obra, mencionando al rey Luis XV de Francia.
El Louvre y los 'bienes robados'
En la polémica que ha suscitado el informe del Tribunal de Cuentas de París ha intervenido también el vicepresidente de la Cámara de los Diputados de Italia, Fabio Rampelli, destacado dirigente de Hermanos de Italia, el partido de la primera ministra Giorgia Meloni: «Enviaremos expertos al Louvre para actualizar el reconocimiento de los bienes robados a Italia durante la historia, sobre todo los del siglo XIX o los regalados por genios quizás obligados a privarse de las famosas obras de arte que han hecho del Louvre el museo más visitado del mundo».
La verdad es que se trata de una polémica que no tiene sentido, porque no hay ni puede haber una reclamación francesa sobre la escalinata. Al todo quedará reducido a una anécdota. Otra cosa es todo lo que se refiere a la gestión del patrimonio histórico e inmobiliario de la 'Opera Pia' francesa.
En efecto, Claudio Parisi Presicce, superintendente de Bienes Culturales del Ayuntamiento de Roma, ha explicado: «Es una polémica infundada, no hay ninguna reivindicación por parte francesa. La escalinata es un lugar monumental de altísimo valor artístico, pero también es una vía pública y, por tanto, es sin discusión parte integrante de Roma como capital de Italia. Me parece que hay cierta confusión en este asunto y es importante hacer una distinción: Se debe separar la gestión de la escalinata de las apreciaciones del Tribunal de Cuentas francés contra la administración de los 'Pieux établissements de la France à Rome». La escalinata «desde el siglo XX en adelante siempre ha sido mantenida, restaurada y gestionada en todos sus aspectos por las administraciones municipales de Roma», ha añadido el superintendente de la capital.
La controversia ha sido cerrada por el presidente del Tribunal de Cuentas francés, Pierre Moscovici: «Quiero tranquilizar a nuestros amigos italianos: el informe sólo pide una aclaración sobre la situación del patrimonio. Estoy realmente muy asombrado de que se pueda interpretar y tergiversar el sentido del informe». Según Moscovici, éste se dirige «a los franceses y en particular a los 'Pieux Etablissements' por su gestión del patrimonio religioso en Italia».
Por tanto, según él, no hay reclamación de la escalinata: «Siempre puede haber ambigüedades, pero el Tribunal pide que se aclare la situación. Los jueces sólo piden que se aclaren hoy esos antiguos acuerdos entre Francia y la Santa Sede. Son acuerdos de hace siglos, que deben adaptarse a la actualidad. En definitiva, se trata de »conciliar el derecho con los hechos«.
De todas formas, el informe del Tribunal de Cuentas de París sí debería tenerlo en cuenta el Ayuntamiento de Roma. Le debería servir de estímulo para cuidar con más rigor y vigilancia la escalinata de Trinitá dei Monti y la Plaza de España, la más visitada de Roma junto a la Plaza Navona y la del Panteón.
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