La increíble batalla por controlar el colegio de España en Bolonia
Un grupúsculo del Ministerio de Asuntos Exteriores pretende controlar la institución privada de mayor prestigio y éxito fuera de nuestras fronteras
Es el único testimonio que aún existe en la Europa continental de colegios medievales
El Real Colegio de España en Bolonia aceptará mujeres tras 656 años de exclusión
Está al caer la sentencia sobre una dura batalla legal, planteada desde hace años, que afecta a una de las instituciones privadas españolas de mayor prestigio en el exterior, ambicionada por los poderes públicos. Se trata del Real Colegio de España en Bolonia, fundado por ... el cardenal Gil de Albornoz en 1364, con un patrimonio urbano y rural inmenso, y aún mayor si cabe el valor de su patrimonio histórico y cultural. Se autofinancia gracias a una buena gestión y no recibe ni un euro de financiación pública, ni del Estado español ni del italiano. Quizás por eso suscita el interés de ciertos grupos durante los gobiernos de turno para hacerse con el control de un centro católico, sobre todo por parte de algunos grupúsculos del ministerio de Asuntos Exteriores, con el pretexto de actualizarlo, intentando eliminar el carácter privado de la institución, según explica a ABC el profesor Nicolás Nogueroles, colegial en Bolonia, presidente de la Asociación Cardenal Albornoz. «No es un problema de partidos, sino de personas o grupúsculos incrustados dentro de los correspondientes partidos, por un sector de personas en el Ministerio de Asuntos Exteriores que operan durante el periodo del Partido Popular y siguen operando durante el periodo del Partido Socialista, por lo mucho que representa el Colegio», asevera.
Una institución histórica y un patrimonio inmenso
Algunos datos que reflejan su importancia histórica y el origen de su imponente patrimonio. El Real Colegio de España, cuyo nombre completo es Real Colegio Mayor de San Clemente de los Españoles, es el único testimonio que aún existe en la Europa continental de colegios medievales. Todos desaparecieron con la excepción del brillante ejemplo de Bolonia y algunos otros que han sobrevivido en el Reino Unido. La Biblioteca está considerada como la más antigua biblioteca universitaria de Italia. Se remonta al año de la fundación del Colegio, 1364. La Biblioteca Antigua, por su parte, alberga cerca de 3.000 libros; entre ellos, 289 manuscritos, 126 incunables y 456 impresos del s. XVI. Los manuscritos están disponibles en reproducciones digitales de alta resolución. El Colegio de España lleva el título de 'Real' desde el año 1530. Recibió a los primeros colegiales españoles en 1369 (antes de crearse la Universidad de Salamanca, en 1401), para estudiar en la Universidad de Bolonia, llamada 'Alma Mater Studiorum'. Fundada en 1088, es la universidad más antigua del mundo occidental y una de las más prestigiosas, una referencia imprescindible en el panorama de la cultura europea, con una historia en la que se mezclan grandes personajes de la ciencia y de las letras, incluyendo también españoles célebres.
En el Colegio y en el Alma Mater de Bolonia estudiaron algunos de los más ilustres personajes de nuestra historia, como Antonio de Nebrija, Juan Ginés de Sepúlveda, Antonio Agustín, Luis de Usoz, el Conde de Romanones, San Pedro de Arbués y un sinfín de estudiosos e intelectuales como los calificó el propio Juan Pablo II. También se acercaron en diferentes momentos históricos el dramaturgo Leandro Fernández de Moratín, que les dedicó diferentes textos, Benito Pérez Galdós o el propio Miguel de Cervantes, como se desprende de la obra 'La Señora Cornelia'. En efecto, entre los estudiosos vinculados a la 'Casa Hispánica', como en principio la bautizó su fundador, estuvo una larga temporada Antonio de Nebrija. Allí nació la primera 'Gramática Castellana', publicada en el 1492. Por eso, José Guillermo García Valdecasas, rector de la institución desde 1978 hasta el 2015, destacaba que con «su fundación casi siglo y medio antes de la unidad de España –cuando aún no se habían unido los Reinos de Castilla, Aragón y Navarra– en el Colegio nació un poco España y también en parte la lengua española con Antonio de Nebrija, colegial en 1465». Los jóvenes estudiantes de Castilla y de Aragón; navarros, leoneses, catalanes, vascos, gallegos, andaluces... eran conocidos en Bolonia como 'los españoles', al igual que hoy. Actualmente hay 32 colegiales; 15 son mujeres, a las que se abrió las puertas del Colegio el año 2020 mediante la creación de un programa de becas femenino financiado exclusivamente por el propio Colegio, un paso sin duda histórico.
Becas para jóvenes talentos
El Colegio de España ofrece anualmente becas para que jóvenes licenciados o graduados universitarios, españoles y portugueses, realicen sus estudios de doctorado en cualquiera de los cursos ofrecidos por la Universidad de Bolonia, siendo posible obtener el título de 'Dottore europeo di ricerca' (doctor europeo de investigación). Las tesis se presentan y defienden, como mínimo, en dos lenguas oficiales europeas. El Colegio se ocupa de los gastos de viaje, manutención, alojamiento, matriculación, etc. Se conceden con un riguroso concurso nacional de méritos y su duración es de dos cursos académicos, con posibilidad de tres. Los aspirantes deberán tener nacionalidad española, ser menores de 30 años, haber finalizado los estudios de licenciatura, presentar un excelente curriculum académico y no ser funcionario público.
Por exigencia del fundador, en los estatutos se establece también que los aspirantes han de ser católicos. Todos los estudiantes realizan, en solemne acto presidido por el Arzobispo de Bolonia con ocasión de la fiesta de la Madonna di San Luca, su juramento colegial sobre una Biblia que perteneció al cardenal Albornoz, respetando la confesión católica, los estatutos del Colegio, el patrono y su rector. Acabar siendo 'bolonio' –así son llamados quienes pasaron por el Colegio de España– es una marca de excelencia en el mundo académico, con una preparación profesional de primerísimo nivel. Con varios 'bolonios' que habló ABC, todos expresan la misma opinión: «El tiempo que pasé en el Colegio de España en Bolonia fue decisivo para mi formación académica y en valores humanísticos».
Cien millones de euros
La institución patrocina, cofinancia y realiza también actividades académicas y culturales, incluyendo seminarios y conferencias, así como conciertos de música y eventos sociales. Todo se financia con el patrimonio que le donó el cardenal Albornoz. En ese patrimonio se incluyen algunos conocidos palacios de Bolonia y fincas rústicas de gran extensión en su provincia explotadas con un gran rendimiento por profesionales, produciendo desde remolacha a patatas, maíz, grano o soja. El patrimonio se valoró en alguna publicación en ochenta millones de euros. Fuentes conocedoras de su valor actual nos comentan que supera ampliamente los cien millones de euros. Los colegiales visitan esas fincas rústicas y participan en algunas de las tradiciones rurales de la zona, como la matanza del cerdo en enero o la trebbiatura –recogida del grano– en verano. El rector acompaña personalmente a los colegiales a las fincas rústicas, pues el propio cardenal Albornoz dejó dicho en sus estatutos que los colegiales tenían que conocer el campo y que era importantísimo visitar al campo, como mínimo, un par de veces al año.
Una figura excepcional: el cardenal Gil de Albornoz
Este patrimonio de valor inestimable, que hoy quieren controlar los poderes públicos, tiene su origen en una figura excepcional, un personaje intrépido cuya biografía sirve para explicar una institución que ha sembrado hispanidad en Bolonia durante más de seis siglos y medio, elogiada y reconocida en Italia. Se trata del cardenal Gil de Albornoz (Cuenca, 1302/1303 – Viterbo, Italia, 1367), perteneciente a la nobleza guerrera castellana. Estadista, legislador, diplomático y estratega militar, fue arzobispo de Toledo primado de España (1338-1350), en cuya catedral está sepultado desde el año 1373. Gil de Albornoz tuvo que exiliarse en 1350 ante el odio mortal desatado por Pedro I El cruel, a quien el arzobispo de Toledo reprendía por su lujuria y crueldad. Gil de Albornoz, con el bagaje de una extraordinaria formación política y su experiencia militar en Andalucía cuando siguió al rey Alfonso XI de Castilla durante su campaña contra los moros, se marchó a la corte papal de Aviñón, sede entonces del papado, donde fue acogido calurosamente por Clemente VI que lo hizo cardenal en diciembre 1350, dimitiendo como arzobispo de Toledo.
El pontífice preparaba entonces una campaña militar para restaurar la autoridad en Estados Pontificios y preparar su vuelta a Roma. Gil de Albornoz fue considerado el candidato ideal para dirigir el ejército papal, misión que le encomendó en julio 1352 el papa Inocencio VI, con el nombramiento de legado papal y vicario general en Italia. Con un pequeño ejército y el apoyo de los arzobispos de Milán, Pisa, Florencia y Siena inició con éxito sus operaciones militares, logrando entre 1356 y 1357 la recuperación de casi todos los Estados Pontificios. El 28 de octubre de 1360 Albornoz entró en Bolonia entre los vítores de la multitud, porque se sintieron liberados del poder tiránico de Giovanni Visconti, viendo en Albornoz un elemento de estabilidad, creándose grandes expectativas. El cardenal Gil de Albornoz falleció en Viterbo 1367, dejando al Colegio de España que había fundado un rico legado mediante su testamento. De acuerdo con sus deseos, fue sepultado en la basílica de San Francisco de Asís, en la capilla de Santa Caterina que él mismo encargó al arquitecto Matteo Gattaponi, quien realizó muchas obras para el cardenal, incluido el Colegio de España de Bolonia. Cuatro años después sus restos fueron trasladados a la catedral de Toledo, en la capilla de San Ildefonso, patrono de la ciudad.
Una herencia que ya codiciaba Napoleón
Es verdad que la herencia del cardenal Albornoz ha sido durante siglos foco de interés, con intentos de apropiación y confiscación. Entre ellos cabe destacar el de Napoléon, en el siglo XVIII. Pero siempre la ciudad de Bolonia y las instituciones italianas, incluida la Justicia, defendieron la autonomía del Colegio de España, en cuya defensa se distinguieron siempre los propios colegiales, como está ocurriendo en la actualidad. Es la respuesta que mereció siempre la memoria y la obra de Gil de Albornoz, aunque si ahora el cardenal levantara la cabeza no daría crédito a la increíble batalla legal que parece interminable. «El Colegio ha pasado de vivir unas de sus peores crisis económicas a finales de los 70 a disfrutar de una situación patrimonial óptima gracias al saneamiento realizado durante años por el rector Valdecasas. La tarea de modernización fue admirable incluso para la Unión Europea, como reconoció con la concesión del Premio Europa Nostra en la categoría de restauración o recuperación del patrimonio artístico y cultural en el 2012. No es cierto, como se venía diciendo en ámbitos ministeriales para provocar o justificar su intervención, que el Colegio esté arruinado ni que esté sin estudiantes», explica a ABC el rector Juan J. Gutiérrez Alonso.
La idea que late en ciertos grupúsculos de Exteriores para intervenir y controlar el Colegio es esta, según ha manifestado a ABC un antiguo colegial que prefirió mantener el anonimato: «Se está utilizando el nombre de España. Si esto se llama Colegio de España, el representante de España en Italia es la embajada. Entonces, deberíamos disponer de él y controlarlo». En estos términos se llegó a expresar un embajador ante el Quirinal en Roma ante el rector del Colegio, hace años. Un sinsentido. (No es, todo hay que decirlo, la posición de la actual embajada española en Roma ante el Quirinal, que se mantiene al margen). «Este singular razonamiento permitiría a Inglaterra disponer de El Corte Inglés», señaló con ironía el rector del Colegio de España, Juan J. Gutierez Alonso.
El 'asalto' empezó en 2014
Este intento de 'asalto' al Colegio, que viene de finales del 2014, con ocasión del relevo del rector Valdecasas, tras más de treinta años de exitoso mandato, activando una operación en el ministerio de Asuntos Exteriores, con dos apoyos: una diplomática que actuaba en el patronato del Colegio, compuesto por cinco miembros, como representante del Ministerio, y el exministro franquista Fernando Suárez, representante de algunos de los antiguos colegiales desde 2002. La Iglesia tiene un representante en el órgano de gobierno que es el arzobispo de Toledo. Pero en la práctica se mantiene al margen de una institución en la que también está implicada la Casa Real. El nonagenario exministro fue repudiado públicamente por abrumadora mayoría de los estudiantes a consecuencia de estas maniobras, cuyo objetivo era muy claro, según cuenta a ABC el presidente de la Asociación Cardenal Albornoz, Nicolás Nogueroles, profesor de Derecho Civil y Registrador de la Propiedad en Barcelona.
«Con el tiempo lo que se ha venido a demostrar es que había un intento de apropiación del colegio, llevándolo a la esfera de control del Ministerio y perdiendo así su naturaleza jurídica privada, que está reconocida por el Tribunal Supremo. El señor Suárez no es más que un elemento en todo este entramado y solo es apoyado por un pequeño grupúsculo», asegura el profesor Nogueroles.
Los que intrigan están sobre todo en el ministerio de Asuntos Exteriores, que pretendían y pretenden colocar un peón dócil como rector, (en concreto al profesor Ángel Martínez, de la Universidad de Jaén) y a continuación reformar los estatutos del Colegio para hacerse con el control del órgano de gobierno, desplazando a la familia descendiente del cardenal fundador y a los propios colegiales. Cuando se desveló la operación más de un centenar de 'bolonios' escribieron al presidente del patronato, D. Íñigo Arteaga y Martín, pidiendo el relevo de Fernando Suárez y rogándole que protegiera la independencia y autonomía de la institución.
El nonagenario Fernando Suárez considera que tiene un mandato vitalicio irrevocable y emprendió acciones judiciales cuando se le relevó a finales de 2014 en un proceso con gran participación colegial. «En la Asociación además estos años hemos tenido elecciones. Hemos sido transparentes. La candidatura partidaria del señor Suárez fue ampliamente derrotada. Además, algunos colegiales que mantenían cierta tibieza, hoy son claramente contrarios al señor Suárez, solo apoyado por un pequeño grupúsculo, aunque él se considera representante vitalicio de los colegiales, una contradicción en los términos», nos dice Nicolás Nogueroles. La batalla legal, también seguida por Ángel Martinez, sigue todavía hoy, nueve años después, y está pendiente de resolución en varias instancias judiciales, incluido el Tribunal Supremo.
Para articular el nombramiento de Ángel Martínez como rector promovieron un controvertido Real Decreto, que no pasó por el Consejo de Ministros, publicado en el BOE en el 2015, cuya irregularidad denunciaron reputados expertos (Tomás Ramón Fernández, Torres del Moral, Enrique Gimbernat, Jorge de Esteban, Elisa de la Nuez, etc.). Ni siquiera el Ministro de Exteriores de entonces, José Manuel García Margallo, entendió aquel real decreto, como reconoció a ABC en julio de 2019. «Fue un lío monumental, pero no me acuerdo de lo que pasó allí».
Se instó a la Abogacía del Estado en el Ministerio de Exteriores para que justificase el empleo de la fórmula de real decreto en el nombramiento de Ángel Martínez y se precipitó su publicación en el BOE sin que esté muy claro siquiera si esto es posible como también vino a denunciar el Consejo de Transparencia en su Resolución 225/2019, de 25 de junio. Además, para terminar de complicar todo, en julio de 2017, con la presencia y sin oposición del representante del Ministerio, el embajador D. Roberto Varela Fariña, se nombró al actual rector, Juan J. Gutiérrez Alonso, profesor de la Universidad de Granada. El ministerio se desdijo posteriormente de su propio acto y reconocimiento, mientras Ángel Martínez continuó con las acciones judiciales que había emprendido en Italia en 2016 para hacer valer su nombramiento y conseguir entrar en el Colegio, contra la voluntad del Patrono, que siempre quiso evitar esta situación buscando fórmulas de entendimiento, y de la inmensa mayoría de los estudiantes que hoy están reunidos en la Asociación Cardenal Albornoz. Los tribunales de Milán y Bolonia han rechazado recientemente algunas de esas acciones, incluidas las penales que se han ejercido hasta contra personal trabajador del Colegio. En 2016 el tribunal de Bolonia primero resolvió que no se puede reconocer un real decreto español, y posteriormente otras resoluciones han reconocido que quien ejerce el cargo de rector desde hace tiempo, con título suficiente y aparentemente válido, es el profesor Juan José Gutiérrez Alonso.
Para cerrar el polémico asunto, el Gobierno hizo incluso, en octubre de 2019, una consulta al Consejo de Estado sobre la forma de modificar los estatutos del Colegio de España. El dictamen se hizo a la medida del Gobierno y se conoció en febrero del 2021, aunque no se hizo público: Por unanimidad, se dictaminó que el Colegio es «una institución singular española, vinculada al Ministerio de Exteriores, de base originariamente privada», aunque con características próximas a una entidad pública. En consecuencia, el Consejo de Estado consideró que el Gobierno «tiene competencias para aprobar unos nuevos estatutos», para ajustarlos a las «exigencias constitucionales». Toda una maniobra con la que no ha tragado la Asociación de colegiales, según nos explica el profesor Nogueroles: «Claro, cuando empiezan a aparecer los dictámenes del Consejo de Estado, pues se ve claramente cuál es la finalidad y esto es lo que alerta a más colegiales. Lo que hay, y se ve claro en los dictámenes del Consejo de Estado, es que hay un intento de transformar la naturaleza del colegio y apropiarse de él. Así de claro».
La Asociación Cardenal Albornoz se anotó un importante éxito procesal en el 2021. Su petición de revisión de oficio del real decreto de nombramiento de Ángel Martínez se rechazó inicialmente por el Consejo de Ministros, negándoles incluso legitimidad para emprender esa acción. Pero Tribunal Supremo en octubre del 2021 sostuvo lo contrario, es decir, que la Asociación tenía interés legítimo para solicitar la revisión de oficio y además reconoció la naturaleza privada del Colegio, contrariamente a lo que había sostenido el Consejo de Estado. Una vez dictada esa sentencia del Supremo, el Gobierno de Pedro Sánchez resolvió acto seguido que el Real Decreto era conforme a derecho. Esa resolución del Consejo de ministros fue impugnada ante el Tribunal Supremo nuevamente por la asociación Cardenal Albornoz. La sentencia final podría llegar en octubre o noviembre. «Lo que nosotros siempre esperamos de los tribunales es que fallen con arreglo a Derecho –afirma el presidente de la Asociación, Nicolás Nogueroles–. Y el Tribunal Supremo ya dejó claro en la sentencia del 18 diciembre del 2021, que estamos ante una institución de carácter particular, de naturaleza jurídica privada». Lo que tiene muy claro la Asociación, que engloba a la inmensa mayoría de los 'bolonios', es que defenderán siempre por todos los medios el carácter privado del Colegio de España.
«Téngalo por seguro –afirma el presidente de la Asociación– que todos los colegiales que en su día hicimos un juramento para defender el colegio, su independencia y carácter privado, respetando la voluntad del fundador, que para eso donó sus bienes y constituyó el Colegio de España, estamos dispuestos a seguir defendiéndolo. No le quepa duda a nadie». El rector del Colegio sentencia: «Sabemos que en España todos los conjurados mienten. Mienten e intoxican para perfilar y disponer del Colegio a su gusto, ignorando a los colegiales y sorteando incluso al Patrono. Quien no miente es desde luego nuestro archivo histórico del Colegio. Es una batalla muy desigual porque cuentan con todos los recursos del Estado, pero nos defenderemos hasta el último aliento».
Los 'bolonios' tienen muy claro lo que representa su institución: «El Colegio de España como institución es el mejor ejemplo de éxito que tiene España fuera de sus fronteras. Por hablarle solo de los últimos cien años es interminable la lista de personas que han pasado por la institución, desempeñando brillantemente sus profesiones, sirviendo al país en todos los ámbitos, desde la cátedra Universitaria, al Tribunal Constitucional, el Tribunal Supremo, el Consejo de Estado o la diplomacia. Y también en la investigación científica, por ejemplo, Juan Carlos Izpisúa, uno de los más ilustres investigadores que tiene España en Estados Unidos, de fama mundial, es colegial de Bolonia».
El hecho de que haya 'bolonios' en todos los ámbitos profesionales, con los puestos entre los más relevantes, ayuda a la Asociación de colegiales a tener informaciones de primera mano, incluyendo las maniobras que se organizan en el propio ministerio de Asuntos Exteriores. Algunas anécdotas son muy reveladoras. Por ejemplo, la confidencia de una alto cargo de Exteriores que llegó a manifestar: «Ahora ya estamos a punto de incorporar al Ministerio al colegio de Bolonia. Yo no he estado, pero he visto fotos y es una monería, una auténtica monería». Toda una vida lleva el Colegio de España padeciendo intrigas e intentos de asalto. «Que continúe existiendo como quiso Albornoz –afirma su rector Gutiérrez Alonso– es un milagro. Los colegiales de antes, como los de ahora, velaron con gran celo por la memoria y la honra de Albornoz y los suyos».
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