Javier Gurruchaga: «La pandemia ha terminado y muchos estamos con ansiolíticos porque siguen sin explicarnos qué ha pasado»

—¿Cómo nace la idea de hacer esta canción? ¿Hubo algún detonante concreto? ¿Quizá alguna noticia sobre Ucrania que colmó su vaso?

—La música la tengo compuesta desde hace dos años, y cuando empezamos a pensar en la letra, mi idea inicial fue hacer un homenaje a la vida después de lo mal que lo hemos pasado en la pandemia. Pero entonces empezó la guerra en Ucrania. El comienzo de los disparos, el pasado 24 de febrero, fue el detonante. Sin embargo, 'No dispares más' no habla sólo de la guerra de Ucrania, ni siquiera habla sólo de las guerras en general, porque también coincide con los últimos sucesos de tiroteos en escuelas y centros comerciales en Estados Unidos. Estamos viviendo un proceso de regresión con todo esto. Las armas proliferan, y el negocio de las armas se hace cada vez más grande y poderoso. Es muy heavy lo que está pasando.

—Impresiona su desgarro al cantar.

—La verdad es que salió en un par de tomas nada más. Y sí, intenté inspirarme un poco en las canciones más desgarradoras de John Lennon, como 'Mother'.

—Es curioso lo que me dijo en nuestra última entrevista, antes de la pandemia: «Estamos viviendo una situación parecida a la de los años treinta». Anticipó el regreso de la guerra a Europa.

—Además hay que decirlo bien alto, que es una guerra. Los rusos le han puesto otro nombre más clínico, lo cual es alucinante. Después de la Segunda Guerra Mundial tendimos un poco a idealizar a los rusos, y ahora fíjate la que están montando. Las imágenes de los bombardeos son terribles. Hasta los Rolling Stones las utilizan en sus conciertos cuando suena 'Gimme Shelter' para denunciar lo que está pasando. Es increíble a estas alturas.

—Y especialmente nada más salir de una convulsión tan bestia como una pandemia global.

—«Vamos a salir mejores», decían. En cuanto salimos aparecieron chorizos que se aprovechaban de la situación con las mascarillas para lucrarse, y el colofón ha sido la guerra.

—Ha habido un intenso debate acerca de si prestamos poca atención a las víctimas de otras guerras, en comparación con las de Ucrania.

—Ucrania es un país rico -otra cosa es cómo se gestione-, y estratégicamente nos toca más de cerca, y también por cultura. Y por supuesto, somos muy hipócritas cuando se trata de guerras que nos tocan más de lejos. Son igual de terribles las guerras de Siria, de Yemen, de tantos países en África...

—También ha habido debate acerca de si ayudar con armas favorece la paz, o la guerra...

—Yo no he entrado en esos cálculos al hacer la canción. Pero es verdad que hay situaciones muy diferentes cuando se ayuda a un invasor o a un invadido. Es un tema delicado, pero cuando hago canciones intento no entrar en esos debates. Sólo pido que no se dispare más, por favor.

—Desde que usted nació ha habido muchas guerras, pero ¿alguna vez había visto al mundo entero tan enloquecido y con tan malas perspectivas?

—No, porque lo de la pandemia ha sido algo insólito. Ahora vuelve a haber muchos contagios y eso da un poco de miedo, pero ahora que parece que lo peor ha terminado, siguen sin explicarnos bien qué ha pasado, si el origen ha sido animal o científico. Se nos ocultan muchos datos, muchas informaciones, y no sólo con la pandemia, también con muchas otras cosas incluyendo la guerra. Ya hubo una pandemia hace cien años, pero el estado de ansiedad, de incertidumbre que nos ha dejado esta es desolador. Muchos estamos con barbitúricos y ansiolíticos para encontrar algo de tranquilidad.

—Cuéntenos qué tiene ahora por delante.

—Estoy recuperando el pulso de conciertos, y la cosa se está animando sobre todo de cara al otoño. Tendremos un espectáculo que se llama 'Historias Extraordinarias' basado en las pesadillas de Edgar Allan Poe, que también tienen que ver con viejas pandemias como la peste o la tuberculosis, que se llevó a su mujer. Mezclamos citas suyas con canciones de La Orquesta Mondragón, todo con mucha fantasía.