Las 12 millas náuticas que podrían cambiar el destino del galeón San José

Basándose en documentación revelada a este mecanismo de control ciudadano, Muñoz denuncia que parte de los restos de esta nave española hundida por piratas ingleses en 1708 frente a Cartagena de Indias con un tesoro de lingotes, monedas y joyas se halla más allá de las 12 millas náuticas del mar territorial colombiano, en aguas internacionales.

«No presento nada en el libro que no esté sustentado», asegura el veedor, que reproduce en sus páginas documentos confidenciales que llegaron a él por orden de un juez, «a pesar de las reticencias de la Armada». Muñoz pidió explicaciones sobre la compra de un vehículo sumergible de control remoto ROV y el magistrado «ordenó que se me entregara una información que en apariencia era inofensiva desde su perspectiva, aunque la Armada le suplicó de diferente manera que no me permitiera el acceso, y esa información desencadenó una serie de pruebas», relata.

En los estudios previos para la compra del ROV, la Armada señalaba la ubicación del galeón San José en una imagen generada a partir de Google Earth, con una escala y una parte del litoral costero que ha permitido a Muñoz integrarla en los mapas «como una pieza en un rompecabezas». La documentación indica que los restos se encuentran dispersos en una zona de 32 millas náuticas cuadradas que denominan «área vital» y cuyo nombre clave es «teniente de navío José María Palas». Señala además que dentro de esta zona «se presentan profundidades máximas que oscilan entre los 452 y 1.241 metros».

En ese polígono de 32 millas cuadradas, los restos del barco se hallarían diseminados en cuatro puntos principales, pero en la Veeduría tienen dudas sobre su disposición. «Si están en posición noreste, bajo nuestro análisis, tres de esas cuatro partes se encontrarían fuera del mar territorial colombiano y en caso de estuvieran en posición sureste, habría tres dentro de las aguas territoriales pero el punto principal del hallazgo quedaría fuera», explica Muñoz, quien además subraya que »dentro del mar territorial colombiano, en esa zona, no hay profundidades superiores a los 400 metros».

«El discurso de que el galeón está a 600 metros o más lo colocaría automáticamente fuera del mar territorial colombiano», resalta este investigador, que en los últimos días ha agitado a la prensa del país al preguntar por el destino del sobre sellado y lacrado que guarda las coordenadas secretas del galeón San José.

El pasado 4 de agosto, asistió a una audiencia en la que, según narra, el exdirector del Archivo General de la Nación, Armando Martínez Garnica, dijo haber entregado dicho sobre al ministerio de Cultura al dejar el cargo y Muñoz quiso saber dónde se encuentra actualmente esta documentación y cuál fue la cadena de custodia. Al no recibir en plazo respuesta de las instituciones, denunció en un comunicado de prensa que las coordenadas del San José estaban «extraviadas», enojando a los responsables del Archivo que tildaron de «increíble» e «indignante» que entregara a la prensa información «errónea».

Según el Gobierno colombiano, el ministro de Cultura, autorizado por el presidente Gustavo Petro, verificó que el sobre lacrado se custodia en el Archivo General de la Nación. En su respuesta, señala que en 2019 el Ministerio solicitó la consulta de los documentos y estos fueron llevados en vehículo oficial y regresaron de igual modo. «¿En qué fecha y dónde está la orden firmada por el presidente Duque autorizando ese 'traslado'?», se pregunta ahora la Veeduría con desconfianza.

A su juicio, la gestión de todo lo relativo al galeón San José por parte de los gobiernos colombianos «ha sido una cadena interminable de errores que empezó hace más de cuatro décadas y aún sigue». Muñoz sostiene, por ejemplo, que el pecio no fue descubierto en 2015, como anunció el entonces presidente Juan Manuel Santos, sino «redescubierto» ya que, según dice, una imagen de sonar tomada por investigadores estadounidenses en el lugar en los años 80 ya mostraba anomalías. Afirma también que hay indicios de que «el galeón ha sido saqueado» y asegura que en 2016, cuando se tomaron las imágenes para el famoso ortomosaico -«un trabajo de tres o cuatro horas para el que se demoraron diez días»- la escolta de la Armada llegó un día después y se retiró al séptimo día. En esa operación, añade, »el Seabed Prince apagó el sistema de posicionamiento satelital un día antes de entrar en la zona y lo prendió cinco días después«.

Para el veedor del patrimonio sumergido, «Colombia ha tenido conocimiento de que parte del galeón San José está fuera de su mar territorial desde hace mucho tiempo y ese ha sido el motivo por el cual han tenido todo este manejo desafortunado del tema». Con la información que ofrece en su obra cree que «España estará muy interesada en verificar la ubicación del galeón y en hacer valer sus derechos«.