Luisgé Martín, autor del libro sobre Bretón, escritor y activista político del PSOE

Luisgé Martín (Madrid 1962) llegó a la política como asesor en el gabinete de la ministra de Cultura del gobierno socialista entre 2009 y 2011, Ángeles González-Sinde. Siempre fue un miembro relevante de la izquierda cultural y de los colectivos LGTBI, a los que, por otra parte, da voz en libros como el ensayo 'El amor del revés' y novelas como 'Cien noches', premio Herralde. También ganó el premio Vargas Llosa por 'Los dientes del azar', el premio del Tren Antonio Machado de la Fundación de Ferrocarriles Españoles por 'Los años más felices' y el Gómez de la Serna por 'La muerte de Tadzio'.

Cuando Pedro Sánchez llegó al Gobierno llamó a Luisgé Martín a su equipo de asesores de la Moncloa para un puesto importante. Allí tuvo el encargo de escribir los discursos del presidente durante el llamado 'gobierno bonito' y también «hacer lobby cultural» como él mismo ha confesado en ocasiones. Durante aquellos años tuvo también un papel muy protagonista en las redes, por ejemplo en apoyo de la radicalización izquierdista del movimiento feminista en las manifestaciones del 8-M en las que miembros de Ciudadanos sufrieron acoso, insultos y salivazos cuando Podemos y el PSOE aún hacían la marcha unidos (antes de que la política con el colectivo Trans quebrara esa unidad).

Noticia Relacionada

Anagrama defiende la publicación de 'El odio', el libro sobre José Bretón

ABC

Su perfil como activista no deja lugar a dudas, y ha participado en los debates de los últimos años, por ejemplo, en apoyo de la Ley Trans y con argumentaciones en contra del amor romántico. En entrevistas literarias no rechaza hablar de su relación con el poder, como dijo a 'El confidencial', que es una realidad muy complicada que hay que conocer, y aprovechó para lanzar una diatriba contra los partidos de la oposición: «Y en ese sentido el mundo de la política tiene sus cloacas, en España concretamente la derecha tiene todavía un camino enorme por recorrer en lo que tiene que ver con la lealtad al país y no a unos intereses, a una posición o a esa voluntad de gobernar».

Poco después de su paso por el equipo de Pedro Sánchez en la Moncloa fue destinado a dirigir el nuevo Centro del Instituto Cervantes de Los Ángeles, cuya creación fue anunciada por el propio presidente del Gobierno en una visita a la ciudad. Es por ello que, cuando Luisgé Martín acabó imponiéndose a nueve candidatos para liderar el nuevo centro, no faltaron voces que unieron su pasado cargo como asesor y el nuevo destino anunciado por el propio Sánchez. Tuvo que ser el director del Cervantes, Luis García Montero, quien saliera al paso de estos comentarios cuando declaró que, sin duda, Luisgé Martín era el mejor candidato que se había presentado para el puesto.

Todo esto cobra nueva relevancia ahora, al saber que, durante sus años como director del Cervantes de Los Ángeles, Luisgé Martín preparó y mantuvo los contactos con José Bretón, en su papel de escritor a la caza de una nueva historia para el libro de la polémica. La visita a la cárcel de Herrera de La Mancha sucedió, igualmente, durante su mandato.

Precisamente, el pasado diciembre, el Cervantes tuvo que reconocer que Luisgé Martín dejaba su puesto y apuntó a que el motivo de su salida (no hay aún relevo) estaba relacionado con nuevos proyectos personales. A la vista de lo ocurrido esta semana, con la polémica por la publicación y la denuncia contra 'El odio', puede concluirse que esta declaración era también una táctica de control de daños ante las cuestiones que la salida de su nuevo libro iba a suscitar, para un cargo público a sueldo del instituto cultural más poderoso de España.

O tal vez no tuvo nada que ver y, sencillamente, va a emprender una nueva etapa profesional, de la que aún no sabemos. Hoy mismo, tras días evitando hacer declaraciones, Luisgé Martín ha hecho público su propio comunicado, en el que se defiende de las críticas y reivindica una vez más su derecho a publicar este libro. La única cuestión que no figura en su texto y aún no tenemos es la respuesta a por qué no quiso conocer la versión de Ruth Ortiz al respecto antes de acabar su libro. Puede que esa constituya la mayor de las opciones que el autor ha otorgado a quienes critican el libro.