Descubren una necrópolis romana en Nápoles con la tumba de un gladiador respetado
El «excepcional» hallazgo reescribe la historia social de la antigua colonia romana, refugio de Escipión el Africano
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Cerca de Nápoles, bajo el suelo de Giugliano, la tercera ciudad más poblada de Campania, con 123.000 habitantes, yace un pasado que sigue sorprendiendo a los arqueólogos. A escasos metros del Foro y el Anfiteatro de la antigua Liternum -colonia romana fundada ... en el 194 a.C. por veteranos de las guerras púnicas-, ha emergido una necrópolis de más de 150 metros cuadrados. En ella se ha descubierto un tesoro inesperado: el epitafio de un gladiador, junto a dos recintos funerarios monumentales, un mausoleo y decenas de tumbas intactas.
Algunas son de tipo 'a cappuccina' -sepultura etrusco-romana, cubierta con tejas-, y otras para enterramientos infantiles, con restos de vasijas. El hallazgo, calificado de «excepcional» por la Superintendencia Arqueológica de Nápoles, arroja luz sobre las prácticas rituales, la estratificación social y la memoria de los combatientes en la arena en el mundo romano.
Entre la veintena de tumbas descubiertas, destaca una lápida de mármol casi intacta. La inscripción, aún en estudio, conmemora la vida de un gladiador cuyo nombre y hazañas podrían redefinir lo que sabemos sobre estos luchadores en la Campania romana. «No se trata solo de un hallazgo emocionante por su rareza», explica la arqueóloga Simona Formola, directora de la excavación, «sino porque revela cómo la comunidad honraba a estos hombres, a menudo marginados en vida pero elevados a héroes tras su muerte».



El epitafio, grabado con precisión, establece su lugar en la memoria colectiva y menciona detalles sobre su carrera en una de las dos categorías más populares de los gladiadores: posiblemente como 'retiario' -combatiente con red y tridente- o un 'murmillo', armado con escudo y espada corta. «Estas inscripciones son ventanas a la mentalidad romana», añade la arqueóloga Formola. «Nos hablan de un hombre que, pese a su condición de esclavo o liberto, alcanzó fama suficiente para merecer un monumento perpetuo».
Junto a la lápida, los arqueólogos han recuperado monedas de bronce, lámparas de aceite decoradas y vasos, objetos que acompañaban al difunto en su viaje al más allá y que ahora servirán para datar con precisión el yacimiento. La tumba del gladiador se ha convertido en la joya de esta sorprendente excavación. A diferencia de los combatientes anónimos enterrados en fosas comunes, este recibió honores propios de una élite. Los arqueólogos se preguntan ahora si fue un luchador local o un veterano de los juegos en el cercano Anfiteatro de Liternum. Las respuestas llegarán con el análisis epigráfico y antropológico de sus restos, aún por exhumar.
Hogar de Escipión y Séneca
El descubrimiento no es casual. Liternum, enclave estratégico junto al lago Patria y la Vía Domitiana -arteria que conectaba Puteoli (hoy Pozzuoli) con Roma-, fue refugio de Escipión el Africano tras su exilio político en el 187 a.C. Allí murió, en el 183 a.C. y su legado impregnó la identidad de una colonia habitada por veteranos de la Segunda Guerra Púnica.
También en Liternum, en la costa norte de Nápoles, vivió Séneca. Sin embargo, hasta ahora, el perímetro urbano de la ciudad era un enigma. «Esta necrópolis confirma que el área ceremonial y residencial se extendía más allá de lo que creíamos», explicó el superintendente Mariano Nuzzo. «Cada tumba, cada muro, nos acerca a reconstruir el mapa completo de Liternum».
Los trabajos, iniciados en una zona ya protegida por su valor histórico, han sacado a la luz dos recintos funerarios separados por un espacio cerrado y un pozo ritual de profundidad insólita. En el centro de uno de ellos, un mausoleo de tres metros de lado -construido en 'opus reticulatum', técnica de malla romana con bloques de toba gris- conserva nichos revestidos de estuco blanco, diseñados para albergar urnas cinerarias. «Era un monumento para una familia acaudalada», explica Formola. «El uso de mármol en las inscripciones y la calidad de los frescos rojos en los muros reflejan un alto estatus social».
Todos estos elementos no solo ofrecen un panorama sobre las técnicas constructivas y estéticas de la época, sino que también evidencian la importancia que los antiguos romanos concedían a los ritos funerarios y al culto a los antepasados.
Un viaje en el tiempo
El yacimiento no solo ilumina el pasado, también mira al futuro. Tras el éxito de la Tumba del Cerbero -descubierta en 2023 con sus frescos mitológicos intactos-, la superintendencia planea integrar esta necrópolis en un circuito turístico financiado con fondos europeos. «Para 2026, queremos abrir el sitio al público», adelanta el superintendente Nuzzo. «Será un viaje en el tiempo: desde los ritos funerarios romanos hasta la figura del gladiador, un símbolo de valentía que aún fascina», sentencia Nuzzo.
Mientras, los vecinos de Giugliano asisten asombrados a cómo su tierra, hoy marcada por la expansión urbana, fue hace dos milenios crisol de historias épicas. Así lo resume un trabajador en la excavación: «Cada palada nos recuerda que pisamos la misma tierra que Escipión y los legionarios. Esto no es solo arqueología: es nuestra memoria».
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