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Cinco minutos de gloria

La realidad imita a Goya

No aprendemos. Por eso, Goya es replicado una y otra vez por artistas contemporáneos que están considerados 'enfants terribles'

Otros textos de la autora

'Niños pelando y jugando en un balancín', de Goya
Laura Revuelta

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Por esos azares del destino que no vienen a cuento detallar ahora, acabé el otro día en el Museo Goya-Camón Aznar de Zaragoza y me fui directa a la planta donde tienen expuestas todas las series de grabados de Goya: 'Los caprichos', 'Los ... desastres de la guerra', 'La Tauromaquia' 'Los Disparates' y las litografías últimas de 'Los toros de Burdeos', cuando el maestro de Fuendetodos frisa los ochenta años. ¡Qué lucidez y ganas de tocar los tambores de la denuncia hasta el último momento! Aquella sala da para una semana entera si se miran con detalle cada una de las estampas expuestas: lo que reflejan, sobre lo que llaman la atención… Me quedo pegada a los grabados en los que aparece un niño colgado de un árbol y otros que recrean varias secuencias de una mujer a punto de ser golpeada, violada por las hordas de mamelucos. Dos siglos después, el mundo sigue lleno de hordas de mamelucos que campan a sus anchas agrediendo a las mujeres. No sé si debo añadir más palabras, porque tengo la sensación de que van a sonar huecas cuando solo basta con mirar atentamente estos grabados.

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