LA OTRA AUDIENCIA
‘La casa de papel’, benditos profesores
Están de moda: ‘La casa de papel’ despide al más famoso. Veremos a Irene Arcos en ‘Todos mienten’. Ya sentimos ternura por Jay Duplass en ‘La directora’

Todavía no somos conscientes, no del todo, de lo importante que es ‘La casa de papel’ para la ficción española. Nos falta perspectiva. Cuando surge un éxito así en cualquier país, el mundo entero se gira hacia ese nuevo pozo de talento. La serie ... creada por Álex Pina lanzó el viernes 3 de septiembre su última ráfaga de capítulos. Pero después de un triunfo tan rotundo, sin fronteras, lo moderno es buscar los errores del plan trazado por El Profesor. También sospechar de sus improvisaciones. Los errores son indiscutibles; los aciertos son rayos de lucidez y ramalazos de genialidad.
La quinta y última temporada regresa con un episodio de recapitulación, porque sería absurdo negar que cada vez era más difícil no perder el hilo, más aún en este mercado de la sobreabundancia. El primer capítulo es algo oscuro, como una vieja victoria de Karpov sobre el tablero de ajedrez. Sus rivales se rendían sin saber siquiera cuándo habían cometido el error definitivo. El segundo recupera la tensión y se parece más a un ataque en tromba conducido por Mijail Tal o un Kasparov inspirado.
Alternar registros
Esa facilidad para alternar registros es uno de los fuertes de esta historia que ha hecho historia, con un nivel de producción altísimo, un diseño visual imborrable y personajes colosales , que terminan de prender con ayuda de las partituras de los amigos Santisteban y Martínez Lacámara, capaces de adaptarse siempre a los cambios de ritmo del montaje.
No sé si el lazo final estará a la altura, pero es casi mejor desconocerlo, para no incurrir en el resultadismo habitual de los cronistas deportivos. Aquí el mercado de fichajes ha sido fructífero. Destaquemos a Patrick Criado , un actor joven con una versatilidad fuera de lo común.
Truco final
Lo que ha conseguido ‘La casa de papel’ es casi tan increíble como el camino recorrido, de la televisión generalista a la de pago, de las vetustas ondas a los unos y ceros que vuelan por nuestros dispositivos. La serie es premonitoria, pionera y valiente, con un intelectual al mando . El Profesor, Álvaro Morte, también acusa el desgaste, pero sigue siendo un referente. Lo recordaremos siempre, por encima de la brillantez del truco final de esta serie mágica.
Está bien que los personajes de maestro se pongan de moda, aunque se conviertan en atracadores populistas, tengan relaciones ilícitas, como en la inminente ‘Todos mienten’, que pronto estrenará Movistar+ , o acaben en la pira pública por algún chiste nazi, como en ‘La directora’, de vuelta a Netflix. Esta última refleja con clarividencia la maldición de la corrección política y el daño que hacen siempre las jaurías, incluso cuando tienen un toque intelectual. El personaje que interpreta Bob Balaban desmonta esta época en la que solo cuentan las audiencias y los ‘followers’. «Jesús solo tenía doce seguidores. Debió de ser un fracasado».
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