«Los preliminares en el sexo no existen»: el mensaje que los sexólogos desean convertir en viral
Desde el ámbito de la sexología se aconseja dejar de clasificar las prácticas sexuales usando un contexto temporal (antes y después) y considerar que cada experiencia tiene entidad propia y no tiene por qué ser previa al coito
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¿Por qué lo llaman preliminares cuando quieren decir sexo?«, se preguntan los sexólogos. El lenguaje modula el pensamiento y también cómo se percibe la realidad. El hecho de usar la palabra preliminares puede llevar a separar unas prácticas sexuales de otras y a clasificarlas en base a un »antes de» o a un «después de». Así, con el concepto de preliminares se estaría haciendo alusión a una serie de prácticas que preparan el cuerpo antes de llegar a la penetración. Algo que, según explica Lucía Jiménez, sexóloga de Diversual, sitúa al coito como el punto central de una interacción sexual. Sin embargo, la experta invita a preguntarse si realmente tiene sentido que todo lo que se haga sea dirigido al coito, como si fuese lo más divertido o como si fuera lo único que hace «el sexo sea sexo».
Comparte esta opinión la psicóloga, sexóloga y creadora del canal 'Íntimas conextiones', Raquel Graña; quien explica que hablar de los «preliminares» supone decir que lo que hacemos es algo «previo a...» y validar el «coitocentrismo» o «la penetración como objetivo o fin» de la relación sexual. Por eso considera más oportuno hablar de juego sexual mutuo en el que podrían incluirse prácticas como el sexo oral o la masturbación. Lo que sí conviene tener en cuenta, según aclara la sexóloga, es que el deseo sexual funciona de manera distinta en hombres y mujeres, pues mientras que ellos se excitan con facilidad (una caricia, una insinuación o guiño, una forma sugerente de vestir...), ellas necesitan un proceso más largo de estimulación (caricias, besos, susurros, juegos, ambiente erótico...) para sentir ese deseo.
Por su parte Adnane Kabaj, educador sexual y cofundador de IntyEssentials y Lovely Sins opina que lo que se conoce como preliminares es una experiencia erótica en sí misma, con el potencial de enriquecer el deseo y la conexión entre las personas. De hecho el experto recuerda que los estudios demuestran que la satisfacción sexual está más vinculada a la calidad de las interacciones eróticas que a la frecuencia de la penetración. Según la última encuesta del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) sobre hábitos sexuales, un 74% de los españoles considera que los juegos previos son más importantes que el acto en sí, y un 59% de las mujeres afirma que la falta de estimulación no penetrativa reduce su placer.
Importa más el camino que el destino
Pueden existir, como matiza la sexóloga de Diversual, determinadas prácticas sexuales que se prefieran y que eso lleve a esa persona a querer jugar con las expectativas para así ir provocando una estimulación en las zonas erógenas y que la sensación sea cada vez mayor. Pero eso no quiere decir que haya que perderse el camino por apresurarse, supuestamente, a algún sitio mejor. Se trata, por tanto, de cuestionar el concepto habitual que se tiene de los preliminares para dar entidad propia a cada juego o práctica sexual de modo que con ello sea posible alimentar tanto el deseo propio como el de la pareja. Para ello la experta propone unas cuentas ideas:
Preguntar a la pareja que le gustaría hacer en el próximo encuentro. Según aclara la sexóloga, es importante conocer qué desea la pareja para ser capaces de activar sus ganas cuando se plantea un acercamiento sexual mutuo. Habría que preguntar qué le excita, cuáles son sus juegos preferidos y si existe algún fetiche. Además de obtener información relevante, esta fórmula para compartir deseos permite crear un ambiente erótico con solo imaginar cómo será el próximo encuentro. Para aquellos casos en los que no se sepa cómo iniciar la conversación la sexóloga propone preparar un pequeño kit erótico que incluya juguetes sexuales, aceites de masaje, lubricantes, esposas… Además de ofrecer múltiples posibilidades de juego, permite imaginar diferentes situaciones en función de cada objeto, lo que puede contribuir a elegir o descartar experiencias.
Otra fórmula para despertar el apetito sexual puede hacerse relatando con todo tipo de detalles lo que a uno le gustaría que pasara en la próxima cita procurando incluir aquellas cuestiones que se sabe que apetecen o gustan a la pareja. Esto último es importante porque, según alerta la sexóloga, uno de los errores que se suele cometer a menudo es intentar excitar a la otra persona en base a lo que nos gusta a nosotros, sin tener en cuenta sus preferencias.
Conectar emocionalmente. Existe una frase que suele decirse a menudo y que, según explica Lucía Jiménez, no va del todo desencaminada, independientemente de que se use o no esa palabra. Y es esa de: «Los verdaderos preliminares son una buena conversación». Esto incide en el hecho de que, según explica la sexóloga, a veces se pretende sentir placer cuando ni siquiera se siente conexión con la pareja, ya sea porque ambos pasan poco tiempo de calidad juntos o porque se da por hecho que siempre van a estar ahí y eso lleva a dejar de mirarles con curiosidad, con interés y con deseo. «Una conversación larga, íntima, con verdadera escucha, puede fortalecer el vínculo haciendo que esa cercanía también se refleje en el sexo», revela Jiménez.
Crear el ambiente necesario para que no haya prisas ni estrés. «¿Sabías que el sistema nervioso precisa de relajación para poder sentir placer?», plantea la sexóloga. Un cuerpo en estado de alerta está pendiente de una posible amenaza, por lo que difícilmente se rendirá a la práctica de gozar. Por eso para la sexóloga es importante crear las condiciones externas y el ambiente necesario para que ambos disfruten de la experiencia de estar juntos. Para algunas personas puede ser un buen recurso darse una ducha juntos. A otros les puede funcionar un masaje o una sesión caricias. O incluso una música tranquila junto al uso de aromas sugerentes puede funcionar como un buen preámbulo para ayudar a que la mente conecte con el aquí y el ahora, con el cuerpo, con la presencia y con el tiempo compartido con la pareja. La mente siempre está saltando de un pensamiento a otro y esos recursos pueden ayudar a reconectarla con el cuerpo, con el presente y con la predisposición a sentir placer.
Prevenir el dolor en el sexo
La excitación sexual depende en gran medida del sistema nervioso parasimpático, responsable de la relajación y la respuesta de excitación. Para que este sistema entre en acción, el cuerpo necesita sentirse seguro, relajado y en sintonía con el placer. Es ahí donde las prácticas no penetrativas cobran todo su sentido, pues besos, caricias, masajes, estimulación manual y oral permiten a la mente desconectarse del estrés y al cuerpo responder con una lubricación natural y una mayor sensibilidad, según recuerda el educador sexual Adnane Kaba. Por eso las prácticas que facilitan el deseo y la excitación son también claves para prevenir el dolor en el caso de que se produzcan encuentros con penetración.
Esta importancia se hace patente también en la investigación médica, pues un estudio reciente publicado en 'The Journal of Sexual Medicine' señala que las personas con relaciones en las que la estimulación no penetrativa es habitual tienen menos probabilidades de experimentar dispareunia (dolor durante la penetración) y más probabilidades de alcanzar el orgasmo de manera satisfactoria.
Ritualizar la intimidad
Para favorecer la activación del sistema nervioso parasimpático y permitir una respuesta sexual más plena, es fundamental ritualizar ese momento, según propone Adnane Kaba. Así, como también planteaba la sexóloga de Diversual, el experto revela que crear un ambiente propicio con iluminación tenue, música suave y productos sensoriales puede ayudar a profundizar la conexión y la relajación. «Recurrir a productos pensados para enriquecer la experiencia erótica a través de la estimulación sensorial, tales como aceites naturales de masaje, concentrados para potenciar la excitación en las zonas erógenas, lubricantes naturales a base de aloe vera adaptados al pH y la osmolaridad de la zona pueden contribuir a amplificar el placer sin necesidad de penetración y a transformar el encuentro sexual en un ritual sensorial», argumenta Kaba.
En definitiva, replantear la sexualidad desde un enfoque no penetrativo no solo amplía el repertorio erótico, sino que también contribuye a una experiencia más saludable, placentera, consciente, intensa, enriquecedora y libre de dolor. Por eso los expertos inciden en la importancia de entender que la satisfacción sexual no se mide en función del coito, sino de la conexión, la exploración y el bienestar compartido.
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