Laura Cámara: «Tener fantasías sexuales es algo que deberíamos aprender a hacer»
La enfermera especialista en ginecología y salud sexual recuerda que muchas mujeres piensan en mil cosas mientras practican sexo en lugar de disfrutar del momento que están viviendo
Cómo gestionar el bajo deseo sexual en las relaciones estables
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En lo referente al sexo cada uno hace lo que puede, vamos tirando y probando, ensayo y error, porque en general no es algo que nadie nos enseñe a lo largo de nuestra vida. Sin embargo, aprender sobre sexualidad es bueno y necesario para saber cómo funciona el cuerpo en lo referente al deseo, la excitación, la lubricación o la erección.
Laura Cámara (@lauracamara.ginesex), enfermera especialista en ginecología y experta en salud sexual, hizo referencia en Formentera Zen a dos sistemas muy importantes que influyen directamente sobre la sexualidad: simpático y parasimpático. «El primero se activa con la adrenalina, mientras que el segundo lo hace con la calma y la relajación», indicó la sexóloga.
En las relaciones sexuales debemos tener activado el sistema parasimpático, es decir, estar en un estado de calma para que de esta forma puedan fluir aspectos como la excitación o la lubricación. «¿A alguien se le ocurre que podamos tener una erección si vemos un león? Por lo general, no», apuntó Cámara.
La adrenalina va completamente en contra de la sexualidad, pues cualquier aspecto que nos haga estar alerta frenará esta respuesta sexual. La experta recordó que el miedo es uno de los mayores activos del sistema simpático y el dolor en las relaciones sexuales, que vean nuestro cuerpo desnudo o el temor a fallar en una erección pueden se precursores de ello.
En este sentido, Cámara animó a apuntar en una hoja dos o tres pensamientos que nos den miedo y puedan aparecer de repente cuando tengamos relaciones sexuales, borrando ese estado de calma. «Debemos ocuparnos de esos leones que cada uno tenemos y nos quitan la tranquilidad», insistió.
Estar en piloto automático
¿A veces vas en piloto automático? Haces algo de forma rutinaria y no estás en el 'aquí y ahora'. Esto ocurre también durante las relaciones sexuales, sobre todo a las mujeres, que están pensando en las mil cosas que tienen que hacer en el día en lugar de disfrutar del momento que están viviendo.
«Una de las frases que más escucho es: 'Estoy teniendo relaciones, pero realmente no siento nada'. Y es porque ponemos ese piloto automático y no estamos presentes», manifestó la sexóloga. Para cambiar esto, trabajar nuestra sexualidad y conseguir una experiencia casi erótica, propuso un ejercicio con un trocito de chocolate.
Después de haber hecho este ejercicio abrid poco a poco los ojos. Seguro que no es la primera vez que coméis chocolate, pero sí habrá sido una experiencia más presente.
Fantasías sexuales
En una relación heterosexual, en general, los hombres piensan en sexo diez veces más que las mujeres. «En nuestro caso no podemos pensar en ello o mostrar interés», señaló Cámara, quien añadió que nuestras fantasías sexuales, las cuales activan el deseo, están también en una posición de desventaja.
Y es que evocar y cultivar nuestras fantasías debería ser algo habitual, pues solo se trata de aquello que nos resulta erótico. «Para cada uno será distinto: para alguien puede ser erótico un paseo romántico por la playa, mientras que para otros será una orgía en mitad de un restaurante. Intentaremos sobre todo no juzgarlo, porque son simplemente pensamientos que tenemos y que estimulan ese deseo que no tiene que ver con la voluntad de llevarlo a cabo. Lo que imagino no tiene por qué pasar, ni siquiera querer que pase, sino que simplemente me activa», aclaró la experta.
«Sería interesante practicar la fantasía sin censura», opinó Cámara. Y para ello propuso aprender a fantasear para activar nuestro deseo a través de un pequeño relato que cada uno debía completar en su cabeza. «Intentad que sea una historia rica en cuanto a sentidos y pensad en ello y en nada más».
Con esta pequeña historia, Cámara pretende que dejemos volar nuestra imaginación de manera consciente para que la erótica entre en nuestras vidas. «A veces, cuando nos quejamos de que no tenemos ganas es porque tenemos olvidada esta parte y no cultivamos estos pensamientos. Por lo que tener fantasías sexuales es algo que deberíamos aprender a hacer».
En su consulta, la experta aconseja tener fantasías dos o tres veces al día, pero si hay alguien a quien le cuesta, puede empezar por leer literatura erótica o ver alguna serie que estimule sus deseos.
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