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Pasta: cómo leer las etiquetas para comprar la más saludable
Es importante revisar si los ingredientes son integrales, así como el tipo de harinas y la cantidad de añadidos que llevan

Hay pocos alimentos que generen tanto consenso como lo hace la pasta: es difícil encontrar a alguien que no le guste, aunque sea alguna de sus variantes. Desde los típicos macarrones con queso, a la pasta artesanal más elaborada, el mundo que abarca este alimento ... es tan amplio que se hace difícil de enumerar. Hay muchos tipos de pasta , así como muchas maneras de prepararla. Pero, al igual que pasa con la mayoría de alimentos, no todas las variedades de pasta cuentan con los mismos valores nutricionales y beneficios, por lo que es que muy importante aprender sus diferencias, y el qué mirar en los paquetes para terminar llevándonos a casa el mejor tipo de pasta posible.
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Para empezar, el consejo principal de la nutricionista Fran Sabal es que, al mirar la etiqueta, elijamos la pasta con la menor cantidad de ingredientes en su etiquetado ya que, cuantos menos ingredientes tenga, más natural es la pasta. «Debería tener principalmente harina y agua, evitando los conservantes y preservantes», indica. Entrando más en materia, la dietista-nutricionista Laura I. Arranz explica que, a parte de la lista de ingredientes, debemos fijarnos en la descripción del producto que normalmente encontramos en la parte de atrás del envase. En estas indicaciones encontramos qué tipo de pasta tenemos entre las manos. Las más comunes son:
Tipos de pasta
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Pasta alimenticia
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Pasta alimenticia de calidad superior
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Pasta alimenticia integral
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Pasta alimenticia compuesta al huevo
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Pasta alimenticia compuesta a las espinacas
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Pasta alimenticia al tomate
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Pasta alimenticia rellena de carne
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Pasta fresca
¿Qué significa todo esto? Nos explica Laura I. Arranz que, cuando la indicación dice simplemente «pasta alimenticia», se trata de una pasta elaborada con harina de trigo duro o semiduro o blando. «Cuando indica "de calidad superior", es que solo se ha elaborado con sémola o semolina de trigo duro», apunta.
«Cuando las pastas son compuestas quiere decir que además del trigo tienen otros ingredientes y en ese caso tenemos que buscar el % de esos ingredientes extras en la lista de ingredientes», explica, y continúa: «Si hablamos de pasta fresca , esta puede ser como cualquiera de las secas, pero en este caso no se le he aplicado un proceso de desecación y por tanto tiene menos margen de caducidad».
La pasta más saludable
Si hablamos de qué pasta es la más saludable , ambas nutricionistas coinciden en que nuestra elección debe ser la de una pasta integral . «Al ser pasta integral, esta se digiere más lentamente, con lo cual la liberación del azúcar natural de la pasta en nuestra sangre es mucho más lenta. Esto ayuda a que haya una mejor regulación de la insulina y así no activemos nuestro tejido graso», explica Fran Sabal, y añade Laura I. Arranz que además, «otro de los beneficios es que la pasta integral aporta un contenido vitamínico que la normal no tiene».
Para asegurarnos de que la pasta que compramos es integral, explica Laura I. Arranz que esta debe tener como único ingrediente la sémola y/o harina integral de trigo duro. «Lo que no sería realmente integral es una pasta que en su lista de ingredientes lo que contiene es sémola y/o harina de trigo y además añadido salvado de trigo o germen de trigo», dice y comenta que, en este último caso, la etiqueta debe indicar el porcentaje, pero aún así «no estaríamos delante de una verdadera pasta integral».
Beneficios de la pasta de colores
Una de las pastas que encontramos de manera más común en los supermercados es la pasta «de colores» . Estas tienen añadidos alimentos que de por sí aportan ese color, como puede ser el caso de las espinacas, el tomate o la cúrcuma. «Los porcentajes que se suelen poner de esos alimentos son bajos, por lo que no se puede considerar que aporten un gran beneficio; por comer pasta de colores que tenga verduras no quiere decir que estemos comiendo verdura ya que la cantidad es insignificante», advierte Laura I. Arranz. Fran Sabal reincide en la idea de que, aunque la pasta sea «de colores», si no es integral nos encontramos ante una pasta refinada . «Todo lo que sea refinado ya sea pasta blanca, arroz blanco o pan blanco son alimentos pobres en nutrientes debido a que al refinarlos pierden gran parte de sus propiedades nutricionales».
Por otro lado, encontramos tanto las pastas con huevo como las rellenas. Las primeras, comenta Laura I. Arranz «son igual de saludables, aunque un poco más nutritivas puesto que incorporan cierto porcentaje de huevo con todas sus cualidades nutricionales, aunque la diferencia en general no es muy significativa». En el caso de las rellenas, también apunta que pueden ser saludables, consumidas en el contexto de una dieta equilibrada y variada . La recomendación de Fran Sabal es que preparemos nosotros la pasta rellena, así como, en general, para hacer del plato de pasta una opción más saludable, preparar salsas basadas en ingredientes saludables, para darles más sabor a nuestras comidas y seguir comiendo de manera nutritiva.
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