Ojo con el aquaplaning
Es uno de los fenómenos más peligrosos en la conducción y se produce al rebasar balsas de agua o grandes estancamientos en la vía que pueden provocar la pérdida momentánea de la dirección. Estos son algunos consejos para afrontarlo con garantías de seguridad.
En días de lluvia como los que llevamos este invierno, y como los que aún deparará en abundancia la primavera a punto de arrancar, el aquaplaning ( flotación o deslizamiento de las ruedas, en concreto las directrices , sobre una superficie altamente acuosa perdiendo el contacto con el asfalto) se convierte en uno de los fenómenos más peligrosos de cuantos se pueden afrontar en la conducción. De hecho, si no se presta atención y sobreviene de manera inesperada es relativamente fácil perder el control del vehículo al hacerlo la dirección .
Para evitarlo y prevenir así sustos y percances, hay consejos que conviene tener presentes:
- E xtremar la precaución al circular bajo intensos aguaceros, artícifes de embalsamientos de agua que derivan en aquaplaning. Y eso que el riesgo puede empezar incluso antes de una lluvia torrencial: las primeras gotas de agua, mezcladas con la grasa y la suciedad de la carretera, generan una peligrosa y deslizante capa . Nada mejor que una conducción preventiva que evite brusquedades en las maniobras.
- A decuaremos la climatización del vehículo para evitar que los vidrios (sobre todo el parabrisas y la luneta trasera) se empañen , restando visibilidad. Para esto, un truco que siempre funciona es conectar, además de la resistencia térmica (algunos coches incluso la llevan delantera), el aire acondicionado, aunque sea invierno, e incluso la posición de recirculación, dirigiendo el flujo a la zona superior.
- Antentos a posibles encharcamientos que, a menudo, suceden sobre tramos bacheados o bajo puentes donde caen torrentes o drenajes de vías superiores. Si vemos que, con todo, no queda otra que pisar una de esas balsas, manteniendo la calma agarremos con firmeza la dirección e intentaremos superarla lo más rectos posible sin tocar el freno, manteniendo la velocidad constante o reduciéndola levemente (mejor antes de entrar). Por cieto, en lo posible trataremos de meter todas las ruedas en la charco y no sólo las un flanco del coche, más peligroso y proclive a derrapajes y trompos.
- Si el vehículo sobrevirase (tendencia a irse de atrás o derrapar), sin tocar freno ni embrague contrarrestaremos el giro o «latigazo» girando levemente la dirección en sentido opuesto al citado efecto, acelerando a su vez con suavidad. Si por el contrario el coche sigue recto (subviraje, menos frecuente en caso de aquaplaning) nos centraremos en la dirección olvidando los pedales, girándola en sentido opuesto al movimiento frontal del vehículo.
- Reducir la velocidad y aumentar la distancia de seguridad en estas circunstancias son, claro está, factores esenciales.
- Pasado el trance, tocaremos suavemente lo frenos para secar y recuperar la eficacia de discos y pastillas.
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