La coalición abertzale Amaiur, que se presentaba por primera a las elecciones generales, ha conseguido, con el 100% del voto escrutado, colarse con fuerza en el Congreso con 7 representantes, por lo que tendrá grupo propio. Los abertzales obtienen 6 diputados por el País Vasco y uno por Navarra.
Amaiur no cree en «las instituciones de Madrid», como denominan al Congreso y al Senado, pero esta vez sí pretenden «aprovecharse» de ellas, personándose de forma «no permanente, pero sí activa y flexible». Así lo apuntó el pasado 14 de noviembre el cabeza de lista de Amaiur al Congreso por Vizcaya, Iñaki Antigüedad, antiguo miembro de la Mesa Nacional de Herri Batasuna.
«No vamos al Congreso de los Diputados a chillar -resaltó- porque hace tiempo que ya no chillamos; vamos a intervenir no solo en asuntos vascos, sino también en debates ideológicos y pedagógicos».
Amaiur romperá así con la tradición abertzale de tramitar su acta, pero no acudir al Congreso. Los diputados abertzales estrenaron la fórmula «por imperativo legal» a la hora de acatar la Constitución cuando prometían sus cargos y su investidura solía estar rodeada de polémica, como en 1989, cuando el entonces presidente del Congreso Félix Pons rechazó la jura irregular de Jon Idígoras, Iciar Aizpurua y Ángel Alcalde. Tramitaban su acta, y cobraban del Congreso, aunque no participaban en los trabajos parlamentarios y solo empleaban su tribuna en plenos selectivos para sus soflamas. Está por ver qué hará Amaiur.
Los pronósticos preelectorales
Las encuestas le auguraban a Amaiur entre cuatro y cinco escaños. Aunque el CIS le dio solo tres, todas las posteriores, incluida la del Gobierno Vasco, apostaban por una división igualada del voto entre cuatro partidos -PSE, PP, PNV y Amaiur- y le auguraban a esta última entre 3 y 5 escaños, ganando en Guipúzcoa.
La izquierda abertzale se había quedado tradicionalmente como tercera o cuarta fuerza en el País Vasco, con un techo del 17 por ciento de los votos.
Las últimas generales en las que había participado antes del 20-N fueron las de 1996. En el año 2000 renunciaron voluntariamente a concurrir y las ilegalizaciones posteriores mantuvieron a la izquierda abertzale lejos de las Cortes.
En las primeras elecciones democráticas, las de 1977, Herri Batasuna no se presentó, esgrimiendo que no reconocía la legitimidad del Congreso y el Senado por ser instituciones españolas. La marca que concurrió fue Euskadiko Ezkerra, un partido no identificado exclusivamente con la izquierda abertzale y que acabó integrado en el PSOE. Sacó un escaño, y fue la cuarta fuerza con 61.417 votos, el 6,08 por ciento.
De 1979 a hoy
Fue en 1979 cuando Herri Batasuna se presentó por primera vez a las generales: logró 149.685 votos, el 15,02 por ciento, y tres escaños. Fue la cuarta fuerza, tras PNV, PSE y UCD. También logró un senador.
En 1982, en las elecciones en las que los socialistas llegaron al Gobierno en España, HB subió al tercer puesto, con 176.117 votos, el 14,78 por ciento, y dos escaños.
La mayor representación en la Cámara Baja la obtuvo la izquierda abertzale en las elecciones de 1986 (193.724 votos, el 17,78 por ciento, cuatro diputados y un senador). En 1989 lograba menos votos, 186.646 votos, el 16,98 por ciento, y los mismos cuatro escaños, pero dos senadores más, en un año en el que ETA había roto la tregua tras el fracaso de las conversaciones de Argel. El diputado electo Jesús Muguruza fue asesinado en Madrid el día antes de la constitución de las Cortes.
Su declive llegó en 1993, cuando solo logró dos diputados y un senador, con 174.655 votos, el 14,83 por ciento. En las últimas generales a las que se presentó, 1996, volvió a ser la cuarta fuerza política en Euskadi, con 154.853 votos, el 12,47 por ciento. Se quedó con los dos diputados, pero perdió su único representante en la Cámara Alta.
En 2000, tras la ruptura de la tregua de Estella y ya con el nombre de Euskal Herritarrok, pidió la abstención. En un documento interno de EH dejaba clara su postura entonces: «Hay que desengancharse de España». Para cuando quiso rectificar y formar un equipo de interlocución con los diputados de los partidos nacionalistas en una negociación con el Gobierno, ya era ilegal.
