El puente tibetano más largo de España está en un pueblo de León
Sabero, en las puertas de los Picos de Europa, inaugura una espectacular vía ferrata de la que forma parte un puente tibetano de 110 metros

Sabero, situado a 64 km al norte de León y a 33 de Riaño, fue en el siglo XIX una referencia de la industria siderúrgica. En el pueblo hay un museo que recuerda los altos hornos de cok, abiertos en 1864. Fue la primera siderurgia moderna en España, que cerró pronto. A finales del XIX abrió Hulleras de Sabero, una mina de carbón que cerró en 1991 tras un siglo de actividad, y que de repente dejó sin trabajo a 900 personas. «Fue un shock», dice José María Escapa, concejal de Deportes.
Ese pueblo, que tuvo que aprender a vivir de otra manera, conserva algo más de 1.100 habitantes y busca en el turismo de aventura una forma de ayudar a estabilizar esa población. «Es lo que tenemos, una naturaleza privilegiada», añade Escapa.
Allí, en la puerta del Parque Nacional de los Picos de Europa, este verano se han inaugurado las obras de mejoras de un espectacular canal de aguas bravas, en el río Esla, donde se celebran competiciones europeas y nacionales, y el pasado 6 de agosto abrió una vía ferrata de la que forma parte el puente tibetano más largo de España.



Las vías ferratas -a mitad de camino entre el senderismo de montaña y la escalada- son itinerarios deportivos en auge en España. Suelen estar equipadas con peldaños, cadenas a modo de pasamanos, puentes, clavijas y tirolinas. En el caso de la de Sabero, tiene 460 metros y una guinda brillante: ese puente tibetano de 110 metros de longitud.
La primera vez que Escapa comentó la idea de la vía ferrata fue en una conversación con un amigo durante una ruta por la montaña en abril de 2021. Pensaron que era una actividad con una creciente demanda, sobre todo en Lérida, en el Pirineo, o en Málaga, y que en cambio en la provincia de León solo se podían encontrar dos ejemplos. Era una clara oportunidad para el pueblo, concluyeron luego los responsables del Ayuntamiento. Catorce meses después, la vía ya es una realidad por la que pasan cada día unas sesenta personas.
El recorrido de la vía ferrata arranca en la antigua escombrera de la mina, y requiere unas tres horas de ejercicio exigente en las que los aficionados tendrán que pasar por nueve 'puentes mono' (uno de ellos de cincuenta metros) y una cueva, que enlaza a la salida con el puente tibetano, un gran puente colgante entre dos formaciones rocosas, sobre el valle de Valdetorno, con el pueblo ahí abajo, como telón de fondo.
La vía de Valdetorno -según el Ayuntamiento- «es de baja dificultad, pero con variantes de mayor dificultad... [K4 en la clasificación de la especialidad] por lo que es recomendable una mínima condición física y disponer de equipo de seguridad necesario». También se exige una reserva previa en esta web, donde hay que rellenar un formulario y pagar una entrada de tres euros. La actividad puede realizarse por libre, siempre con el material adecuado, o con alguna de las empresas que ofrecen esta propuesta.
Este año se ha inaugurado en Andorra el Puente Tibetano de Canillo, una pasarela esbelta y vertiginosa, situada a 1.875 metros de altitud, que se promocionó en su momento como el segundo puente de este tipo más largo del mundo, con una longitud de 603 metros, que une los dos extremos del Valle del Río.
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