Qué ver en oporto
Una de las librerías más bonitas del mundo está en Portugal pero la hizo famosa Harry Potter
Lello, en el centro de Oporto, se hizo mundialmente conocida por J.K. Rowling, que vivió unos años en esta ciudad
Qué ver en Oporto y alrededores

De inigualable belleza gracias a sus estanterías y a su escalera central en caracol y peldaños rojos, la librería Lello, de Oporto, en Portugal, es calificada por muchos como una de las más bonitas del mundo. Sin embargo, no le debe su fama a ... su diseño, ni tampoco a su larga historia o importante fondo bibliográfico (atesora incunables y colecciones privadas como la biblioteca de Amy Winehouse), sino a Harry Potter.
La historia de este lugar comenzó hace más de 120 años, cuando en 1906 los hermanos Lello abrieron su soñada librería tras adquirir uno de ellos los fondos de una anterior perteneciente al francés emigrado a Oporto Ernesto Chardron, quien a su vez la había podido fundar -en 1869- tras ganar la lotería. La obra en el edificio de la Rua das Carmelitas estuvo dirigida por el ingeniero Francisco Javier Esteves, quien le dio el estilo entre neogótico y art nouveau que lo distinguiría para siempre.
En su blanca fachada colocó a dos figuras representando la ciencia y las artes. Dentro, los elementos más singulares son sus estanterías de suelo a techo, construidas en escayola pero imitando madera labrada; su vidriera en la cubierta, con la inscripción 'decus in labore' ("decoro en el trabajo"). y su escalera serpenteante hacia la planta alta, pintada de rojo por un error en una renovación de 1993 que derivó en su seña de identidad y el lugar más fotografiado de toda la librería.
Hacerlo no es gratis. Aunque Lello siempre fue conocida en Portugal por su labor como importadora y exportadora de libros y eje cultural en Oporto, la fama le llegaría desde lejos, concretamente desde Inglaterra, tras la publicación de la sala de Harry Potter por parte de J.K. Rowling y la relación que se hizo entre la pequeña librería portuense y la que la autora imaginó situada en el ficticio callejón Diagon.
No fue una asociación aleatoria. La escritora vivió unos años en la ciudad del norte portugués, donde trabajó como profesora, y aunque años más tarde, ya célebre, negó haber siquiera entrado en Lello, su atmósfera parece estar recogida en su obra como inspiración para diversos escenarios.
Al menos así lo creen los cientos de visitantes que se agolpan cada día, durante todo el año sin pausa, en la acera de la librería, donde se forman largas colas que se han terminado organizando en turnos de media hora de visita del local previo pago de 10 euros que cuesta la entrada.
Los visitantes pueden recorrerlo durante ese tiempo, hacerse todas las fotos que quieran, además de curiosear entre sus libros y comprarlos. En 2018 otra reforma -tres años antes había entrado con el 51% el grupo familiar portugués Pedro Pinto- le devolvió a Lello & Irmão el esplendor del siglo anterior, así que está ahora en plena forma. Además, en esa acometida se habilitó el subsuelo, donde se atesoran los libros más especiales de sus fondos, desde primeras ediciones o ejemplares firmados por sus célebres autores hasta las bibliotecas personales de famosos (la entrada que incluye bajar a ver todo esto cuesta 15,95 euros).
En la actualidad, Lello no solo es uno de los puntos más visitados de Oporto y gran foco de interés turístico, sino que además la empresa posee otros edificios en Portugal, organiza premios literarios y eventos y cuenta con una editorial.



Dormir, comer, ver
Más planes en Oporto:
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Para alojarse: Si se prefiere una ubicación céntrica, el hotel Timbre Virtudes, de cinco estrellas, es una excelente opción. Situado en un edificio del siglo XVI muy bien preservado, está a un paso del Duero y a unos 15 minutos andando de la librería Lello (desde 130 euros la noche).
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Para comer: el chef Henrique Sá Pessoa tiene una estrella Michelin en el restaurante Vinha, situado en Vila Nova de Gaia, en el precioso hotel del mismo nombre. Se puede llegar en coche, o idealmente en barco dando un paseo por el río. El menú, de cocina portuguesa creativa, cuesta 125 euros, aunque también se puede comer a la cara (ticket medio, 65).
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Para visitar: no se puede ir a Oporto sin ver una de sus emblemáticas bodegas, situadas en la ribera de enfrente a la ciudad, en Vila Nova de Gaia. Una de las más importantes es Ferreira, con peso histórico -desde 1751- y actual. Ofrece visitas guiadas con cata de vinos (desde 22 euros).
Quienes peregrinan para conocerla no pueden irse sin la foto en la escalera roja.
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