GOURMET
El misterioso robo del champán más caro del mundo
El robo del vino está sin resolver dada la perfección con la que se ejecutó el robo
Durante la madrugada del 21 de marzo de 2013 tuvo lugar uno de los robos más misteriosos documentados en la industria del del vino . Afectó a la bodega gala Domaine Jacques Selosse , una de las marcas más cotizadas del momento y el caso acaba de archivarse dada la actuación impecable de los delincuentes.
El vino se convirtió en poco tiempo en un producto de lujo por las a labanzas de la crítica y los numerosos premios que recibió su champagne. El producto despertó la curiosidad de los millonarios amantes de los espumosos, que encargaban numerosas botellas para sorprender a sus invitados. El valor de la marca se disparó, todos los entendidos en vino parecían conscientes de ello, menos la propia marca, que la noche de los hechos no contaba con un sistema de seguridad a la altura.
"Selosse se ha convertido en una de las marcas más codiciadas del mundo, y creo que ellos aún no se han habían dado cuenta ", declaró Blake Murdock, director nacional de The Rare Wine Co, su principal proveedor en Estados Unidos. El suceso afectó a la distribución del champán en Japón y norteamérica.
Domaine Jacques Selosse cultiva y cosecha sus uvas en 7.500 hectáreas de vides en parcelas de Chardonnay en la Côte des Blancs - Avize, Cramant, Oger, Le Mesnil-sur-Oger y algunas parcelas de Montagne de Reims, dedicada al cultivo de Pinot Noir , en Aÿ, Ambonnay y Mareuil-sur-Aÿ. El precio de su producto no dejó de crecer en los últimos 15 años. Su materia prima les permite distribuir solo 57.000 botellas al año .
El robo: un misterio sin resolver
La noche de autos dos personas consiguieron acceder al recinto en el que se guardaba el oro líquido y se llevaron 300 cajas valoradas en más de 360.000 euros .
Los ladrones se llevaron ocho palets que contenían 3.700 botellas, ahí no terminó el daño que le hicieron a la marca: más de 6.000 etiquetas de botellas, 12.000 para el cuello y 2.500 tapones sustraídos les servirán para vender de forma fraudulenta falsificaciones del producto.
Florende Thunevin, representante de la empresa a "Wine Spectator" considera que los " Borraron los rastros de ADN con aerosoles de alcohol, eliminaron huellas dactilares y palmas de la mano con líquidos especiales. Además, evitaron sistemáticamente los sensores de seguridad".
Las fuerzas de seguridad involucradas en el caso sospechan que los delincuentes pudieron haber recibido alguna ayuda interna dada la precisión con la que actuaron. A pesar de las investigaciones, nunca descubrieron la autoría del robo .
La marca reforzó desde entonces la vigilancia de sus bodegas y almacenes, conscientes del valor que encierran y las cuantiosas pérdidas ocasionadas,que trascienden al valor de los objetos sustraídos. El robo más doloroso aquella madrugada fue el que repercutó en el propio nombre . Los ladrones vendieron utilizando sus etiquetas un espumoso de calidad cuestionable que difícilmente tiene que ver con el producto original.
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