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Mocasines: cómo, cuándo y por qué

Manual de uso del calzado por excelencia de la época estival

Los mocasines son para el verano Instagram
María Aguirre

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Si existe un zapato en el mercado que se ajusta al estilo de vida propio de esta época del año ese es el mocasín. Basta con indagar un poco en la etimología del término utilizado para referirse a ellos en inglés, loafers, para entenderlo casi todo sobre este calzado. Un loafer es, entre otras cosas, un vago, un holgazán, aquel c0n poca predisposición para cualquier cosa que requiera un esfuerzo. De ahí que este calzado haya sido concebido especialmente para ellos, y por extensión para cualquier hombre en sus días de ocio, retiro y descanso, que suelen coincidir casi siempre con la época estival.

Con este objetivo fueron diseñados en Noruega en los años 30 del siglo pasado, si bien a lo largo todo este tiempo, casi un siglo después, los mocasines se han convertido en uno de los zapatos más polifacéticos que existen porque han dado incluso el salto a los outfits de oficina, ya sean más casuales o más formales, incluidos los trajes. Precisamente esta capacidad de completar siempre con nota cualquier tipo de look convierte a los loafers en los absolutos reyes del verano.

Entre la formalidad y el desenfado

Y es que no hay atuendo estival que no puedan mejorar un par de mocasines. Para entenderlo, basta con analizar el binomio más clásico para los días de vacaciones playeras, el que forman las bermudas y el polo en todas sus variantes, o el más utilizado para ir a la oficina, el que protagonizan el pantalón chino largo junto a la camisa. Son infalibles en el 100% de estos casos. Pero si decides arriesgar y te atreves a rematar un traje con ellos o, en el otro extremo, una combinación deportiva, nadie podrá rebatirte que no sean un acierto: al primero le quitan seriedad gracias a la ausencia de cordones, algo que pide a gritos el sol del verano; y al segundo le aportan un punto de formalidad que estará mandando un mensaje al exterior de que el hombre que los porta va en serio.

Los mocasines son, al fin y al cabo, como un libro en blanco para escribir en él con el único límite del número de páginas. Un libro en blanco que encuentra en el verano el momento de máximo esplendor para ser escrito o coloreado, gracias a que es la estación del año en la que no hay un atuendo que domine sobre los demás. De ahí que su elección sea impecable en cualquier contexto veraniego.

No se puede decir que existan modelos ilimitados, evidentemente, pero es prácticamente imposible que un hombre estiloso no encuentre ese par del que enamorarse. Lisos, con borlas, bordados, con flecos o hebillas , por no hablar de la variedad cromática, ya que atacan casi toda la paleta de colores, excluyendo además aquellos que están más reñidos con la elegancia. El negro y el marrón son los tonos estrella, pero los azules, los tonos tierra, grises e incluso otros más atrevidos como los rojizos son un acierto en verano dependiendo del estilo personal de cada uno.

Comodidad y frescura

Pero por si todas las razones de peso en lo estético fueran pocas, hay que hablar además de las virtudes que aportan a la salud de los pies, que son los grandes sufridores del calor del verano. Los mocasines son extremadamente cómodos en climas cálidos, donde pueden calzarse durante horas sin que den señales de estar presentes, lo cual es la mejor noticia en unos zapatos para el verano. De hecho, son fantásticos para viajar e incluso para conducir; sobre todo los driving shoes, que están diseñados con suelas de goma muy resistentes. Además, son muy ligeros y muy frescos, teniendo en cuenta de que se trata de un calzado cerrado, lo que permite darse el lujo de dejar los calcetines en el cajón de la ropa interior porque el pie no sudará como si estuvieras corriendo una maratón.

Tod's, una de las firmas de emblemáticos mocasines Instagram

En cualquier caso, como los loafers no rechazan a nadie ni a nada, también dan cobijo con agrado a los calcetines si eres de los que no se siente cómodo sin ellos. Puedes llevarlos recortados o tipo pinkies para que no se vean o tradicionales cuando lleves pantalones de pinzas clásicos. Lo importante en este caso es integrarlos en el look con sentido, pero esto recae exclusivamente en el sentido estético de cada uno.

Afortunadamente, las grandes marcas detectaron hace tiempo la magia del mocasín, que ha sido probablemente el zapato clásico que más airoso ha salido del proceso de evolución natural que todo producto básico sufre en algún momento. Por eso se ha convertido en el calzado de los polos opuestos masculinos: desde los hombres más clásicos hasta los más atrevidos al mismo tiempo. Desde los que se sienten representados por el elegante modelo Johannes Huebl a los que lo hacen en la piel del siempre rompedor actor Jared Leto . No sería extraño verles aparecer  con un par de mocasines completamente distintos en la misma alfombra roja, fieles ambos a su brillante estilo personal, tan alejado el uno del otro. Lo que les une a ellos es precisamente lo mismo que a todos los hombres que eligen el mocasín, símbolo, en cualquier caso, de elegancia.

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