MODA
Cuidado de pies: ¿por qué deberías llevarlos perfectos?
Grietas, durezas y sequedad son los principales enemigos de esta parte del cuerpo que pide a gritos libertad con la llegada del buen tiempo

Después de meses constreñidos por zapatos y botas, llegó el momento de la liberación. Los pies piden respirar, cambiar los calcetines más gruesos por versiones finas o incluso desprenderse de ellos para acompañarse de mocasines o sandalias con los que afrontar mejor las altas temperaturas. Pero esta deseada frescura implica guiarse por tres pilares fundamentales que, aunque deberían estar presentes todo el año, en la época estival requieren una dosis extra de rigor: higiene, hidratación y pedicura en perfecto estado.
Constancia y meticulosidad
“Los pies son una parte fundamental de nuestra imagen, hablan de nosotros igual que nuestras manos, nuestra mirada o gestos faciales”, afirma Dauri Jerez, manicurista de Twentynails (Avenida Menéndez Pelayo, 53. Madrid), quien cuenta que por suerte ya no se dejan tan de lado como ocurría hasta hace unos años: “la gente es más consciente de su cuidado, también por haber tenido malas experiencias como talones agrietados que por falta de hidratación o uso continuado de sandalias, han llegado a sangrar, lo cual es bastante doloroso e impide incluso el hecho de andar”. Aun así, sigue siendo tema tabú en el terreno masculino y queda mucho recorrido por andar como explica Guillermo Alonso Igartua, director y manager de Hom Estetic (General Diaz Porlier, 43. Madrid): “se ha avanzado bastante aunque no todos los hombres dan la importancia a esta parte del cuerpo como deberían”.
Por suerte, siempre se puede tirar de refranero español para recordar que nunca es tarde si la dicha es buena. ¿Cómo se puede por tanto empezar a hacerlo? “Para los iniciados en las manicuras y pedicuras, les diría que no es cuestión de probar una vez y ya está, es necesaria continuidad en el tiempo y venir al centro una vez al mes para mantenimiento, con una “ manipedi exprés ” puede ser suficiente. Productos para recomendar hay muchos, desde mantecas a aceites o exfoliantes, pero también elementos ya presentes en la naturaleza, como el aloe vera, que refresca nuestras manos y pies además de hidratarlos, o el aceite de oliva”, recomienda Jerez. Y es que no se trata exclusivamente de acudir a un centro una vez al mes o aumentar la frecuencia en la época estival ni de someterse a un tratamiento reparador cuando el daño ya está hecho, sino de ser constante diariamente en casa como argumenta el responsable de Hom Estetic: “lo primero es la higiene ya que al llevar al descubiertos los pies es muy fácil que se llenen de suciedad, segundo sería hidratar con la crema previamente aconsejada por el profesional (nosotros recomendamos una dependiendo del tipo de piel de cada cliente) y tercero en el caso que hubiese algún tipo de dureza con una piedra “pómez” limar las durezas”.
Todo cuenta
A estos consejos debería unirse el de Maribi Arnedo, responsable en España de la firma sudafricana Bio Sculpture , quien cree significante preocuparse también por la alimentación y cómo esta influye en la calidad de las uñas, por ejemplo: “hay que hacer hincapié en alimentos frescos y ricos en Omega3 como el aceite de oliva virgen extra, el pescado azul o los huevos, sin menospreciar los suplementos alimenticios que contengan vitaminas B y E, ya que ayudan a endurecerlas y hacerlas así más duraderas. Otros alimentos muy buenos si tenemos las uñas frágiles son el ajo y el limón, ya que el primero es un reconocido antifúngico contra las bacterias y el segundo combate a debilidad en la estructura de la uña gracias a sus ácidos antioxidantes, consiguiendo además acabar con ese color amarillento que muchas veces adoptan”.

Hay incluso una tercer variable a tener en cuenta si nos centramos en la temporada de verano. Agentes externos como el cloro de las piscinas, el sol o la arena de las playas también resecan y estropean en mayor medida los pies por lo que es importante insistir aún más en su cuidado y en el calzado que se escoge: “como consecuencia del calor y las altas temperaturas, desnudamos los pies y optamos por sandalias o chancletas, muchas veces en exceso. Un pie cerrado suda y necesita respirar, pero tampoco todos los días y a todas horas, lo bueno es alternar calzado (…). Nos llegan casos de personas con los pies destrozados, muy secos y con heridas causadas por los zapatos.”, cuenta el experto Dauri Jerez.
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