El sexo entre desconocidos dispara las enfermedades venéreas y pone en riesgo el rastreo de contactos
Los casos de sífilis se duplicaron en 5 años, mientras que los de clamidia se triplicaron
Ricardo Hodann : «El 70% de los adictos al sexo lo son también a la pornografía»

Las infecciones de transmisión sexual (ITS) crecen en España sin freno. Esta tendencia al alza, que ya comenzó a observarse a principios de los 2000, se ha consolidado en los últimos años y los expertos creen improbable que vaya a revertirse. Pero quienes se encargan de la vigilancia de estas enfermedades se enfrentan ahora a un nuevo factor que ha ganado fuerza en los últimos años: las dificultades para el rastreo de los casos. Aunque realizar el estudio de contactos en estos casos para dar con toda la cadena de personas a las que ha podido llegar el contagio nunca ha sido demasiado fácil, ahora ven cómo el sexo entre desconocidos cada día es más frecuente. Así, en muchas ocasiones ni el propio infectado sabe dar los nombres y contactos de las personas con las que ha mantenido relaciones íntimas, el primer eslabón para llegar al resto.
«Lo que vemos en general son comportamientos de sexo, en su mayoría entre hombres, que no conocen a las personas con las que mantienen relaciones, que quedan a través de aplicaciones de chat o de citas», afirma Araceli Arce, subdirectora general de Vigilancia en Salud Pública de la Comunidad de Madrid. Esta situación, dice, dificulta mucho la labor de vigilancia de los contagios.
La búsqueda de contactos, apunta por su parte Asunción Díaz, investigadora del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III (CNE-ISCIII), es habitual en muchas infecciones, no solo las de carácter sexual, pero es cierto que en estas ese rastreo se complica. «Siempre ha habido cierta dificultad. A veces es difícil llevarlo a cabo porque hay contactos que se establecen fuera de la pareja, y ahora además están las relaciones que pueden ser contactos casuales o entre personas anónimas, que también lo dificultan», asegura.
La realidad es que de las ITS sometidas a vigilancia epidemiológica, gonorrea, clamidia, sífilis y VIH, solo en esta última se ven descensos en los contagios. Según el último informe del Centro Nacional de Epidemiología, que data de 2021, en ese mismo año se notificaron 15.338 casos de infección gonocócica (gonorrea). Por poder hacer una comparativa, en 2016, 5 años antes, se informaron 6.366 casos. También se han duplicado los de sífilis en este período (de los 3.373 en 2016 a los 6.613 de 2021). En cuanto a la infección por 'Chlamydia trachomatis' ha pasado de los 7.239 de 2016 a los 20.507 de 2021, casi el triple.
Los expertos ven varias causas en este aumento, además de la mejora de los métodos diagnósticos y de los sistemas de vigilancia a la hora de identificarlos. «Están actuando diferentes factores, como el inicio temprano de las relaciones sexuales, la reducción del uso del preservativo y la baja percepción del riesgo, que hace que no se sospeche una ITS y no se busque atención médica», expone Díaz. La subdirectora general de Vigilancia en Salud Pública de Madrid, por su parte, considera que influyen también «las nuevas prácticas sexuales, como el 'chemsex'».
Sin miedo al contagio
De alguna manera, prosigue Arce, se ha perdido el miedo a infectarse. «Es la realidad más evidente», sostiene, pese a que las administraciones sanitarias no cesan en su empeño por ofrecer recomendaciones y aplicar medidas para evitar esta propagación, colaborando con ONG o facilitando los cribados. «Nos esforzamos para que el acceso a la protección y a los tratamientos no supongan ninguna barrera, pero somos conscientes de que el preservativo no se usa», lamenta. En algunos casos, incluso, ven cómo tras la primera infección el paciente continúa con las mismas prácticas «de alto riesgo» y vuelve a contagiarse, de esa o de cualquier otra enfermedad. «Tenemos pacientes que han podido tener 16 infecciones en 5 años», asevera. Afortunadamente este extremo solo se da en el 1% de los casos, aunque que haya más de un contagio en un solo año no es tan poco habitual.
La mayoría de los casos que ven, coinciden ambas expertas, son en hombres, excepto en la clamidia, que afecta más a mujeres. La edad ronda los 35 años de media. «La edad mediana en los nuevos diagnósticos de VIH es de 36 años; 31 años para la infección gonocócica; 36 años para la sífilis; 27 años para la infección por 'Chlamydia trachomatis' y 36 años para el linfogranuloma venéreo», detalla la investigadora del CNE.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete