El Papa vuelve a recibir visitas y bromea sobre su «prolongada hospitalización» en un mensaje en el ángelus
El cardenal Parolin se ha pasado por el Gemelli después de no ver a Francisco desde el pasado domingo
El Papa Francisco mejora levemente: «Responde bien a la terapia»

Francisco no recibe visitas desde hace exactamente una semana, y por eso es buena señal que este domingo haya podido estar unos minutos con sus dos principales colaboradores en el gobierno de la Iglesia católica, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, y el número tres de la Santa Sede, Édgar Peña Parra. «Se trata de un encuentro normal, una oportunidad de actualizarlo sobre cuestiones de la Iglesia», explican desde el Vaticano.
Ambos eclesiásticos estuvieron ya en el Policlínico Gemelli el domingo pasado, pero entonces no aclararon si se trataba de una visita de cortesía o de un encuentro relacionado con cuestiones de gobierno.
El Papa ha dormido bien esta noche, gracias al uso de máscara, «ventilación mecánica no invasiva», que le ayuda a evitar crisis respiratorias durante el sueño. Nada más despertarse la ha sustituido por las cánulas nasales de alto flujo. A continuación, ha proseguido la terapia farmacológica y los ejercicios de fisioterapia respiratoria y motora.
También por la mañana ha participado en la Misa en la capilla y por la tarde ha seguido en directo por televisión el inicio de los «ejercicios espirituales» de la Curia vaticana.
Los médicos han confirmado que no era necesario hacer un nuevo parte médico, pues las condiciones no han cambiado respecto a las de este sábado.
Aunque esta vez no se ha escuchado la voz de Francisco, el Pontífice ha distribuido una breve reflexión espiritual en lugar de su tradicional ángelus semanal de los domingos, en la que agradece la cercanía de la gente, bromea sobre su «prolongada hospitalización» y dice que le preocupa lo que está pasando en Siria.
«El milagro de la ternura»
En el mensaje confiesa que estos días está pensando «en las muchas personas que, de diversos modos, están cerca de los enfermos y son para ellos un signo de la presencia de Dios» y reconoce que como paciente necesita ese «milagro de la ternura», «que acompaña a quien está pasando un momento difícil, y lleva un poco de luz en la noche del dolor».
«En mi prolongada hospitalización, también yo experimento el esmero en el servicio y la ternura en el cuidado, especialmente por parte de los médicos y de los operadores sanitarios, a quienes doy las gracias de corazón», subraya.
También informa de que está rezando por la paz, y repasa la lista de conflictos actuales. «Sigamos invocando juntos el don de la paz, especialmente en la martirizada Ucrania, en Palestina, Israel, el Líbano, Myanmar, Sudán y en la República Democrática del Congo», invita. Además dice que le preocupa «que la violencia ha resurgido en algunas zonas de Siria». «Espero que cese definitivamente, en el pleno respeto de todos los componentes étnicos y religiosos de la sociedad, especialmente de los civiles», solicita.
Mensaje a los voluntarios
También se dirige a quienes han viajado a Roma para el Jubileo del voluntariado, y les da la enhorabuena pues «en nuestras sociedades, demasiado supeditadas a la lógica del mercado, en las que todo corre el riesgo de quedar sujeto al criterio del interés y a la búsqueda del beneficio, los voluntarios son profecía y signo de esperanza, ya que testimonian el primado de la gratuidad, de la solidaridad y del servicio a los más necesitados».
«Gracias a todos los que se comprometen en este campo: ¡gracias por ofrecer vuestro tiempo y vuestras capacidades! ¡Gracias por la cercanía y la ternura con las que cuidáis de los demás, despertando en ellos la esperanza!», les asegura. También se despide dando las gracias «a cuantos me están mostrando su cercanía con la oración: ¡Gracias de corazón a todos! Yo también rezo por vosotros».
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