Fruta y verdura a diario, carne roja una vez por semana y nada de bebidas azucaradas: el plan del Gobierno para el menú de los colegios
El Real Decreto de Comedores que impulsa el Ministerio de Consumo modificará la comida de los comedores para impulsar hábitos saludables y frenar el porcentaje de menores con sobrepeso
La mitad de los niños de familias con rentas bajas padecen exceso de peso, según los últimos datos del estudio Aladino
Dime cuánto ganas y te diré lo que pesa tu hijo: la mitad de los menores de familias con rentas bajas padecen exceso de peso
Competencia pide justificar mejor la prohibición de ciertos alimentos en los comedores escolares

Pese a que los indicadores de obesidad infantil en España han mejorado con respecto a los últimos años, nuestros niños siguen padeciendo en exceso esta forma de malnutrición. En concreto, el 16 por ciento de los niños tienen obesidad y un 20 por ciento sobrepreso, lo que a la suma deja en claro que más de un tercio padecen un exceso de peso. Así lo constata el estudio Aladino sobre alimentación, actividad física, desarrollo infantil y obesidad, presentado este jueves en el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030.
Sin embargo, los porcentajes se disparan cuando se analiza la situación de aquellos niños que pertenecen a un estrato social donde la renta familiar es más baja: la mitad de los menores de familias con rentas inferiores a 18.000 euros padecen exceso de peso. De todos los parámetros que analiza el estudio de la Aesan que se enmarca en la iniciativa de Vigilancia de la Obesidad Infantil (COSI) de la OMS y que ha utilizado una muestra aleatoria de 12.678 escolares de 296 centros de Primaria públicos y privados, la renta familiar es uno de los principales determinantes que explican la brecha de peso existente.
Los hábitos, como el sedentarismo o la calidad de los desayunos, difieren mucho cuando el niño vive bajo el amparo de una renta familiar que supera los 30.000 euros a cuando los ingresos no llegan a los 18.000. Por poner un ejemplo, solo uno de cada diez niños de rentas altas tiene sobrepeso, frente a uno de cada cuatro cuando la renta es mucho menor. Además, consumen más bebidas azucaradas y menos frutas y verduras a diario.
Ante esta situación, el ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, ha anunciado que se prohibirán las bebidas azucaradas durante las comidas de los centros escoalres, y sus comedores tendrán que ofrecer una comida saludable cada día de la semana. «Vamos a garantizar que las cinco comidas que se hagan cada semana en colegios e institutos respondan a criterios de salud y de sostenibilidad de la Unión Europea», ha manifestado. Se ofrecerán fruta y verduras frescas en todas las comidas, y solo se ofrecerá una ración de carne roja a la semana, con el objetivo de convertir los comedores en «espacios para adquirir hábitos saludables y combatir la desigualdad». «Todo niño y adolescente tiene derecho a una alimentación saludable y de calidad, independientemente de los recursos de su familia o del barrio donde haya nacido», ha declarado.
La normativa se aprobará este curso
Lo hará a través del Real Decreto de Comedores Escolares Saludables y Sostenibles en el que está trabajando desde sus competencias de Consumo en colaboración con otros ministerios, como el de Sanidad, Agricultura y Juventud e Infancia. La normativa se encuentra en su recta final y verá la luz durante este curso escolar, según ha afirmado Bustinduy. Será una medida de ámbito nacional y deberá ser acatada por todos los centros escolares, independientemente de su titularidad.
Para aquellos que no sigan las indicaciones de la normativa, tendrán que enfrentar a multas que, sin embargo, el ministro no ha especificado. Por otro lado, el ministro también ha recordado que el Real Decreto apostará por los circuitos cortos de producción y por los alimentos de cercanía para acceder así a productos más sostenibles, de calidad y que fomenten las economías locales.
El ministro considera, además, que los comedores escolares son el lugar adecuado para intervenir porque, según los datos que ofrece el estudio, casi la mitad del alumnado (49,5%) hace su comida principal habitualmente en el comedor, y el 54% desayuna a diario en el propio centro. El informe recoge también que la mayoría de las familias (el 70,4%) entienden que el comedor escolar facilita que su hijo o hija tenga una alimentación saludable, a pesar de que solo el 32,5% creen que la comida que se ofrece en su centro es de calidad.
Menos de una pieza de fruta diaria
Un vaso de leche junto a una tostada y manzana sería un desayuno ideal para un niño de ocho años. Sin embargo, menos de la mitad de ellos llegan a comer una pieza de fruta diaria y el 30 por ciento solo toman una bebida en el desayuno, la que es la comida más importante del día.
En aquellas familias con rentas más bajas, solo tres de cada diez comen fruta y apenas el 19 por ciento ingieren verdura a diario. Las cifras chocan cuando ocho de cada diez menores de rentas superiores a 30.000 euros desayunan todos los días algo más que una bebida, más de la mitad (53 por ciento) comen fruta a diario y el 30 por ciento añaden verduras a su plato todos los días.
En cuanto a los refrescos y bebidas azucaradas, el consumo se multiplica por ocho en las familias con menores ingresos respecto a las de mayores ingresos. En las primeras, casi ocho de cada diez niños beben refrescos más de tres días a la semana, frente a las segundas donde apenas uno de cada diez las ingieren más de tres días en una misma semana.
Sedentarismo
Otra conclusión destacada del Estudio Aladino señala que los ingresos familiares también son un condicionante a la hora de adquirir hábitos y acceder a ciertas actividades. Por ejemplo, las niñas y los niños que pertenecen a familias de menor renta hacen menos deporte en actividades extraescolares que quienes forman parte de familias con mayor renta (68,7% frente a 88,6%, lo que supone una diferencia de 20 puntos).
Además, la exposición a pantallas es mayor en las familias con menos renta. El porcentaje de niños y niñas en estas familias que ven dos o más horas de pantallas al día es casi el doble que en las familias de rentas superiores a 30.000 euros (41,4% y 22,8%), lo que, además de reducir la actividad física, los expone a más anuncios sobre alimentación no saludable.
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